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Gessen: Maduro no es un muchacho, debe ser un presidente

22 September 2013

¿Es normal que una persona cometa tantos errores al expresarse como lo hace el presidente Nicolás Maduro?

– Mire, pienso que los expertos quienes manejan la imagen del presidente lo han aconsejado desatinadamente. En primer lugar, durante su campaña electoral le hicieron creer que debía fundamentar su estrategia en la imagen de Hugo Chávez lo cual fue un error. El 18 de marzo de 2013, señalé (http://diariodecaracas.com/politica/vladimir-gessen-pedir-votar-chavez-e...) que cuando Nicolás Maduro decía que “este pueblo le iba a dar a Chávez 10 millones de votos”, en las elecciones presidenciales, cometía un grave error estratégico que a la postre destruiría su posible naciente liderazgo, y no me equivoqué. El debió pedir el voto para él y aprovechar la campaña para mostrarles a los venezolanos sus cualidades y habilidades para ser presidente. Maduro no necesitaba recordar a Chávez, porque el comandante estaba muy presente en la memoria de los votantes. Estoy convencido que si hubiera centrado su campaña en su propia imagen hubiera logrado mejores resultados. Todavía no comprendo por qué no genera su propio liderazgo. No sé a qué le teme.

¿Y no lo hace actualmente?

– No. Sigue usando la imagen de Chávez. Fíjese que hasta su familia comete los mismos errores que el presidente.

¿Cómo cuáles?

– Es un grave error nombrar un “equipo” que supervise los planes y acciones del gobierno. De hecho, además es inconstitucional porque ese papel debe ejercerlo la Asamblea Nacional con sus órganos correspondientes como lo son la Contraloría y la Fiscalía General de la República. Pero, el colmo es que designa para dirigir al “equipo” a su hijo Nicolás Maduro Guerra. Explíqueme, como un hijo va a supervisar si su padre lo hace bien o no. Un juez, por ejemplo, no podría juzgar a su padre en su tribunal. Es obvio que tiene que inhibirse por ser juez y parte interesada y afectada a la vez. Esto es un disparate. Lo más grave es que el hijo transmite las limitaciones y convicciones que tiene el propio presidente de la República, cuando dice textualmente y cito: “Mi objetivo es que seamos el mejor gobierno después del presidente Chávez. Para eso hace falta una inspección diaria, una observación diaria de cada cosa que hace el gobierno nacional”. Es decir, se parte del supuesto que el gobierno de Nicolás Maduro no puede ser mejor que el del expresidente. Un total absurdo, porque independientemente de las cualidades de líder de Hugo Chávez, su gobierno –como bien sugirió el ministro de Finanzas Nelson Merentes- la revolución de Chávez no tuvo nunca un éxito económico.

Entonces ¿El presidente Maduro no está incapacitado sino equivocado en su estrategia?


– De una cosa estoy seguro, si no cambia su estrategia, en corto plazo, se verá en problemas, y ya muchos comienzan a decir cosas como que Maduro no terminará su mandato. En el plano militar, es aún más grave. Cuando Nicolás Maduro era candidato, al exacerbar la imagen de Chávez logró que una mayoría de los militares votaran simbólicamente por el fallecido comandante en jefe, quien siguió siendo su comandante, psicológicamente. A tal punto que pasó a ser “Comandante Supremo” y ahora, el propio presidente tiene que dar instrucciones militares mencionando a esta especie de figura mitológica y fantasmagórica: el comandante supremo.

Dada la situación de escasez del país, del descontrol y la crisis económica y social que se atribuye al gobierno y de los errores constantes en la manera de hablar y de actuar del presidente ¿Cree Ud., que Nicolás Maduro es una persona apta para gobernar?

– Los requisitos constitucionales para ejercer la presidencia de Venezuela indican que se debe ser venezolano por nacimiento, no poseer otra nacionalidad, ser mayor de treinta años, de estado seglar, es decir no tener órdenes clericales como ser pastor, sacerdote o cura, y no haber sido condenado. De manera que Maduro –sí cumple con estos requisitos- es apto para gobernar.

Como psicólogo, ¿Considera a Maduro capacitado para ejercer la presidencia de la República?

– Clínicamente no es posible determinar la incapacidad mental de ninguna persona sin realizar los exámenes, estudios y análisis correspondientes. Legalmente, en cuanto al presidente se refiere, solamente una Junta Médica designada por el Tribunal Supremo de Justicia, y con aprobación de la Asamblea Nacional, podría considerar y certificar la incapacidad física o mental del presidente. Electoralmente, una buena parte de los venezolanos votó por Nicolás Maduro, porque obviamente lo consideraron apto para el cargo, además de creerlo así el expresidente Hugo Chávez, los hermanos Castro y la alta dirigencia del PSUV.

¿Qué estrategia le recomendaría al presidente?

– Un líder es una persona a la que un grupo sigue, reconociéndola como guía. Si Maduro se comporta no más que como un seguidor de Chávez, como una persona común, o como un muchacho cualquiera, la gente, los ciudadanos, le perderán el respeto y no consolidará su liderazgo. Si Maduro sigue tratando de ser como Chávez nunca se convertirá en lo que sí fue Chávez, un guía, un verdadero líder, aunque su presidencia estuviera signada por enormes problemas. Si Maduro no asume su propio yo, y se proyecta como el nuevo líder de la Venezuela actual no podrá tomar el control de su gabinete, donde existen otros liderazgos, en la secretaría de la Presidencia, en la economía y finanzas, en lo social, en la diplomacia y en el plano militar. No podrá evitar que el alto mando o liderazgo militar le imponga su criterio. Tampoco podrá entenderse con la Asamblea Nacional dirigida por otros líderes.

¿Cómo es eso de comportarse como un muchacho cualquiera?

– Un muchacho cualquiera no tiene la responsabilidad de administrar un país en crisis. Por ello, puede quedarse sin dormir para ver al Hombre Araña hasta las cuatro de la madrugada. Un presidente –dada su investidura- no puede hacer eso. Tiene que cumplir con su horario de trabajo y de descanso obligatoriamente, si quiere ser eficiente. Solamente en vacaciones puede ignorar su alta investidura y responsabilidad, pero de forma limitada. Es el precio de ser un líder y de dirigir una nación. Cuando Usted me preguntó sobre los excesos verbales del presidente es importante sugerirle a Nicolás Maduro que no hable tanto como Chávez, porque él es diferente. El se destacó internacionalmente por su mesura y su bajo perfil, y es allí donde debe moverse. No en el show de Chávez. En la medida que deje de imitar al comandante y sea más sí mismo –es probable- que tenga mejor desempeño como líder. Esa es la verdad.

Eso está bien pero ¿Qué debe hacer, qué medidas tomar en cuanto a su imagen y persona?

– Lo primero que debe aceptar Maduro es que Chávez fue presidente acorde al momento que se vivía en Venezuela al culminar el siglo XX y a inicios del siglo XXI. Con su desaparición y luego de media generación en el gobierno, se crearon nuevas condiciones y un momento distinto. Hoy en día el ámbito social, político, militar y económico es otro, y Venezuela requiere una nueva dirección ejecutiva para estas circunstancias. Si Nicolás quiere ser el líder en esta nueva época no puede ser igual que el líder anterior. Las actuales condiciones demandan otra forma de dirección. En segundo lugar, Maduro debe reconocer sus errores y corregirlos. No insistir en aquello de “millones y millonas” con la excusa de que así lo leen, oyen o ven más. Eso es verdad, pero cada día que ocurre se convierte en el hazmerreír del mundo. Le recomendaría que preparara sus discursos o sus mensajes con antelación y que solamente se haga presente públicamente para anunciar medidas o soluciones para los problemas que sufren los ciudadanos. No debe hablar por hablar. De esta forma los venezolanos se acostumbrarán que cuando habla el presidente es por algo importante. En tercer lugar, Maduro debe comprender que montar bicicleta era correspondiente al Chávez enfermo. Por ello no debe imitarlo, porque ¿Quién no sabe que segundas partes nunca fueron buenas? En cuarto lugar, Maduro tiene que centrarse en resolver los problemas económicos y sociales. Buscar alternativas pragmáticas, aplicables de inmediato y que apunten clara y rápidamente hacia la mejoría de situaciones como la escasez de bienes y servicios o la inseguridad reinante. En quinto lugar, Nicolás Maduro debe lograr el éxito económico a cualquier costo, en el menor tiempo posible, como hizo Lula da Silva, porque sin ello no habrá éxito social…

… ¿Y políticamente que le aconseja al presidente?

– Maduro tiene que hablarle al país y explicarle que se inicia una nueva etapa de la revolución, la cual implica nuevos planes, nuevos proyectos, nuevas formas de hacer las cosas, nuevo liderazgo, y relanzar a un nuevo gobierno. Obviamente tendría que cambiar el gabinete apenas pueda y reemplazar a los ministros “quemados” –que son más de la mitad- por reconocidos profesionales sean o no del PSUV, pero todos de acuerdo con las orientaciones de Maduro y recomenzar esta “nueva etapa”. No ha de seguir en un gobierno de Chávez, sin Chávez, porque esta situación es insostenible en el tiempo, y no es comprensible…

…La polarización genera una dura confrontación…

– Yo no sé si se atreva a hacerlo, o si los sectores radicales del PSUV se lo permitan, sin embargo pienso que Maduro debe romper esquemas y llamar a un gobierno de concentración nacional. Llamar al país al diálogo. Invitar y sentarse en Miraflores con el líder más sensato de la oposición, como lo es Ramón Guillermo Aveledo, e ir al encuentro de todo el país. Romper la polarización y perseguir la unidad nacional en torno de objetivos nacionales…

…Eso suena utópico

– Sin duda alguna, pero la alternativa –de no cambiarse el panorama actual- puede ser una salida supraconstitucional.

¿Se refiere a un golpe de estado?

– No lo digo yo, el propio gobierno, el presidente Maduro y el presidente de la Asamblea Nacional Diosdado Cabello afirman que se quiere dar un golpe de estado en Venezuela.

¿Las relaciones con Estados Unidos?

– Le propondría a Maduro que cese la confrontación internacional. El debe mantener las relaciones con China, Rusia, Irán, Cuba, el medio oriente y otros países en concordancia con las estrategias venezolanas. No obstante, puede abrir y normalizar las relaciones con Estados Unidos y promover, a la par, las mejores relaciones con países europeos como España, Portugal, Italia, Francia e intensificar las experiencias diplomáticas y comerciales con Alemania e Inglaterra. Lo cortés no quita lo valiente y nos puede traer grandes beneficios económicos y sociales.









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