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Esequibo: perdimos el primero y el segundo round… ¿Y ahora qué?


El reclamo del territorio Esequibo no es asunto de ideologías ni revoluciones: es de todos. Foto: geralt, Pixabay

Hace tan solo unos pocos días -6 de abril- la Corte Internacional de Justicia emitió su segunda sentencia desfavorable a Venezuela en el asunto que nos enfrenta con Guyana ante ese tribunal. De los quince magistrados, catorce votaron en contra de Venezuela y solo uno ㅡel Sr. Couvreur, juez “ad hoc” propuesto por nuestro paísㅡ votó en disidencia. Esa cuenta debe invitarnos a reconocer que la Corte de La Haya es un tribunal de derecho, no de opinión pública.


De lo que se trataba en esta oportunidad era de una incidencia planteada por Venezuela solicitando la inadmisibilidad de la pretensión guyanesa toda vez que el Reino Unido, en opinión de nuestra delegación, ha debido estar presente en el juicio siendo que había sido la potencia metropolitana de la colonia de Guyana cuando se emitió el laudo arbitral de 1899 que Venezuela aspira sea declarado nulo.


La Corte, en más de treinta páginas con votación 14-1, expone y explica las razones que sustentan su opinión. Quienes hemos seguido este asunto desde hace varias décadas habíamos intuido el resultado dada la improcedencia mayúscula del argumento de la incidencia. Tenemos entendido que la delegación gubernamental también era consciente de ello, pero decidieron que el intento valía la pena aunque fuera para alargar el proceso algunos meses.


Decimos que esta es la segunda derrota venezolana porque ya en 2020 había sido sentenciada la primera cuestión, cuando la Corte dictaminó que sí tiene jurisdicción para oír este litigio, pese al argumento venezolano de que nunca había reconocido tal jurisdicción. En aquel fallo hubo 11 magistrados que votaron en contra de Venezuela y 4 que expresaron su disidencia. Hoy el tema ya no tiene recurso alguno toda vez que emitida la sentencia de 2020 nuestro país decidió ㅡacertadamenteㅡ litigar el caso presentándose ante el tribunal y no dejar que el tema de fondo (la nulidad o validez del laudo arbitral de 1899) pudiera decidirse en ausencia de Venezuela. Así pues, este asunto tampoco tiene ya vuelta atrás y así lo reconocen los responsables.


Queda ahora por litigar la argumentación de lo que es el meollo de todo el asunto: ¿el laudo de París de 1899 es nulo o no? Si la Corte declarara que sí es válido, pues allí mismo termina el asunto y habrá que discutir con Guyana cómo arreglar el entuerto siendo que ellos tienen la posesión efectiva del territorio en reclamación.


Si la Corte se pronunciara por la nulidad, entonces sí cabe reabrir el tema de la delimitación para el cual se requerirán argumentos legales que acrediten nuestra aspiración. Una cosa es invocarlos en un programa de televisión, otra es presentarlos como prueba en un expediente.


Es de tener en cuenta que si en cualquier momento, por sentencia o negociación, Venezuela perdiese la franja costera del territorio Esequibo, ello incidirá definitivamente en la futura delimitación del mar que baña esas tierras. Y, de paso, allí es donde se ha descubierto y comenzado a explotar en beneficio de Guyana el cuantioso petróleo de ese subsuelo.


Claro está que el momento actual es difícil y que el futuro, lamentablemente, luce más complicado aún, pero no imposible. Con el ánimo de clarificar al lector y a la opinión pública en general haremos algunas precisiones que no son muy bonitas, pero que requieren ser tenidas en cuenta.

  1. Ese territorio es nuestro e Inglaterra nos lo quitó arteramente. Tal afirmación la hace Venezuela y tiene que probarla. Mientras tanto, Guyana tiene la posesión.

  2. El fervor patriótico y la concientización es conveniente, pero hay que entender que no son argumentos jurídicos sino emocionales. La Corte decide conforme a derecho.

  3. Damos la espalda a la Corte ahora o después y nos retiramos del caso si la sentencia fuera desfavorable. No es posible porque esa Corte es el órgano judicial de Naciones Unidas y todos, repito, todos los países son miembros y ya Venezuela en 2020 perdió el argumento de no aceptar su jurisdicción.

  4. La culpa de todo la tienen Chávez y Maduro. No es cierto. El tema viene desde que Venezuela realizó la primera gestión en 1963 y se continuaron desde 1966 (Acuerdo de Ginebra) sin resultado alguno. Chávez asumió la conducción de Venezuela en el año 2000 con un asunto bastante manoseado ya. Su pecado ㅡmuy graveㅡ fue haber prometido a Guyana que no se opondría a proyectos de interés en la zona, concesiones, etc. Esa afirmación fue proferida en febrero de 2004 en Georgetown, capital guyanesa, nada menos que por el presidente constitucional de Venezuela, quien en su búsqueda de liderazgo mundial produjo el efecto de incitar a Guyana para ratificar con mayor tesón su posición y al mismo tiempo consolidar aún más su presencia en la zona. En consecuencia, el tema de la culpa ㅡen nuestra opiniónㅡ debe atribuirse a las autoridades de Venezuela que desde que se inicia la reclamación en 1963 siempre han sido constitucionales, a excepción de la usurpación actual. Entendemos que a muchos este caramelo les resultará difícil de tragar. (En todo caso, el gobierno que representa a Venezuela en la ONU y es reconocido por esta es el de Maduro, no el de la Asamblea (2015).

  5. La simpatía y el apoyo mundial casi total es para Guyana, incluyendo la de Cuba y el Caribe, beneficiarios de la generosa solidaridad venezolana. ¿Ingratos? sí, pero esa es la realidad.

  6. Nuestro mapa de Venezuela incluye la Guayana Esequiba. Eso es cierto, es el mapa oficial de Venezuela, es un acto unilateral y no es reconocido en los mapas del resto del mundo. Haga la prueba y mire.

  7. Busquemos una solución de fuerza, estilo Rusia/Ucrania. Venezuela no es una superpotencia y, por lo que se sabe, el apresto militar no está en su mejor momento.

  8. Los jueces de la Corte están todos pagados por Exxon, la empresa que ya está explotando petróleo frente a la costa en reclamación. Aparte de que tal argumento es ofensivo ante quienes emitirán una sentencia, conviene no olvidar que la compañía estatal china de petróleo (CNPC China National Petroleum Corporation) es socia de Exxon precisamente en ese mismísimo emprendimiento y no pareciera que al camarada Xi Jinping le gustaría que su principal deudor (Venezuela) le juegue una mala pasada.

  9. A esta hora lo que corresponde es que nuestro gobierno (cualquiera que sea) dé a este asunto carácter de Estado y como tal incorpore a todos los venezolanos a concientizar y aportar los argumentos, pruebas y entusiasmo que se pueda. No es asunto de ideologías ni revoluciones: es de todos.

  10. Ya otros países, incluso en nuestro propio vecindario, han vivido y superado el mal trago de sentencias que les desfavorecieron o no les otorgaron lo que solicitaban. Perú en 2014 le ganó a Chile la mayoría de la zona marítima que disputaban. Nicaragua le ganó a Colombia la mayor parte del mar que disputaban (2012) y Bolivia recibió el rechazo frontal de su ambición para que Chile le permitiera volver a negociar su salida al mar (2018). Hubo ganadores y perdedores, pero nadie fue a la guerra. El propio Evo Morales fue a La Haya a escuchar la sentencia y tuvo que conformarse con salir del recinto muy apesadumbrado, pero también civilizado.

No se interpreten estas líneas como presagio de nada. Solo hemos pretendido quitar el velo a algunos mitos que más temprano que tarde tendrán que ser develados.


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