Cesaria Evora, la diva de los pies descalzos
- Aquilino José Mata

- 25 ago
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Considerada como la más importante cantante en la historia de Cabo Verde, Cesaria Evora cumpliría el próximo miércoles 84 años, pues nació el 27 de agosto de 1941 en la ciudad de Mindelo, en la isla de Sao Vicente de ese archipiélago africano, una ex colonia portuguesa.
Pertenecía a una familia de músicos, por lo cual siempre estuvo rodeada de canciones e instrumentos, como los que tocaban su padre, Justiniano de la Cruz, profesional del violín, o su hermano Lela, ejecutante del saxofón.
A los 16 años, “Cise”, como la llamaban los más allegados, comenzó a actuar en bares y hoteles. Interpretaba canciones cargadas de esa melancolía que impregnó toda su obra y que fueron recopiladas en un disco editado en 2008, bajo el título de Radio Mindelo.
Su voz grave convirtió sus temas en inconfundibles, acompañados siempre de los ritmos propios de su tierra, influenciados por la colonización portuguesa y sus raíces africanas.
Coincidiendo con la independencia de Cabo Verde de Portugal, en 1975, la cantante vivió una época de depresión, cuando dejó de lado la música durante una década y cayó en el consumo abusivo de alcohol, concretamente el grog, un aguardiente caboverdiano.
Las mornas -canciones de su tierra llenas de nostalgia, que algunos conectan con el fado luso- y las coladeiras -de ritmo más acelerado- constituían su repertorio. El resurgir de “la diva de los pies descalzos” -apodada así por su costumbre de salir al escenario sin calzado, “en solidaridad con los pobres y marginados de todo el mundo”- llegó a partir de 1985, cuando viaja a Lisboa y comienza a cantar en un local de la capital lusa, donde grabó su primer trabajo en solitario.
Dos años después, el productor José Da Silva la escucha y le propone grabar un álbum en París, titulado precisamente La diva descalza. A este disco, que no suscitó el entusiasmo entre la crítica, le siguió Mar azul, en 1991, y apenas un año después Miss Perfumado, que es cuando realmente le llega el éxito internacional. Tenía 50 años.
Desde entonces recorrió el mundo entero con su música y compartió escenario con algunos de los más reconocidos artistas de su tiempo, como Caetano Veloso, Compay Segundo y Chucho Valdés. Recibió numerosas distinciones, entre ellas el Premio de la Música de la Unesco (1998), un Grammy al mejor álbum por Voz de amor (2004) y la condecoración de Caballero de la Legión de Honor de Francia (2009).
En 2008 comienza a sufrir serios problemas de salud, cuando tuvo un infarto cerebral mientras se encontraba de gira por Australia. Luego de varios altibajos en su delicado estado, falleció el 17 de diciembre de 2011, a los 70 años, en su natal isla de Sao Vicente, debido a una “insuficiencia cardiorrespiratoria aguda y tensión cardiaca elevada”, según el parte médico. La acompañaban sus dos hijos, así como José Da Silva, su fiel agente y responsable de la proyección internacional de su talento artístico.






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