Hasta siempre "Alfredito"
- Omar Ávila
- hace 1 hora
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El pasado sábado 6 de diciembre, recibí una triste noticia, de parte de uno de tus hermanos de vida, tu compadre José Luis Indriago (Lichu Tutu), quien me notificó que Alfredo Javier Díaz Figueroa, había fallecido. Quedé sin palabras, sentí un nudo en la garganta, de que ese gran amigo -solidario como pocos- con un gran corazón, con una capacidad de trabajo impresionante, se había ido de este plano.
Desde tu detención el pasado 24 de noviembre de 2024, lo primero que sentí fue impotencia, que se extendió durante estos casi 13 meses que estuviste privado de libertad.
Alfredito, todavía estoy sin palabras y me cuesta creerlo, y aunque no hay plantilla, ni obituario que pueda resumir lo que fuiste: mi hermano, compañero y amigo, no puedo dejar pasar por alto, y dedicarte este humilde, pero merecido homenaje, hombre noble y creyente de nuestra Vallita, como yo, solidario en los momentos difíciles, siempre dispuesto a tender la mano a quien lo necesitara.
Son muchas las vivencias, anécdotas que compartimos y coincidimos en la Isla de Margarita, esa tierra que como tú decías, es dulce hasta la sal.
Un servidor público a carta cabal, entregado en cuerpo y alma a cumplir con su pueblo, quien hoy te llora como quien pierde a un padre, un amigo, un pariente cercano, y así se apreció en los rostros de los miles de margariteños que te acompañaron hasta tu última morada, despidiendo a su verdadero líder social incansable; expresando ese sentimiento de profundo respeto, admiración y cariño, lo que dejan claro su intachable trayectoria política, marcada principalmente por tu humildad, sencillez y cercanía con tu gente. Lo que sin lugar a duda ratifica que nos deja un legado admirable y positivo para todos aquellos que lo conocimos. Un ciudadano íntegro.
Los compañeros de tomar café en las mañanas en la Plaza Bolívar, los que compartían contigo todos los sábados en el Mercado de Conejeros, tus amigos deportistas, políticos –y por supuesto tu familia, te vamos a extrañar.
Dentro de las diferencias -que las tuvimos - me decías: "¡qué pasa contigo, mijo querido!", porque esa era su esencia: la cercanía, nobleza y la reconciliación.
Hoy lloro tu partida, al igual que toda Nueva Esparta, que no solo lloró esta pérdida irreparable, sino que acompañó a ese amigo leal, compadre, buen hijo, excelente padre, mejor esposo, abuelo maravilloso en su última morada, a ese ser humano excepcional que supo dar lo mejor de sí.
Un líder social que fue mi inspiración para ponerme a legislar en materia de las personas con discapacidad. Recuerdo que creaste programas especiales para su inclusión y atención directa.
No es casual que tu partida haya llegado el día del Patrono de Porlamar, San Nicolás de Bari o como tú la llamabas: "Porlamar de mis amores", esa ciudad por la que no dejaste de trabajar jamás.
Su partida nos deja un vacío inmenso en quienes tuvimos el honor de conocerlo. Su ejemplo y entrega permanecerán siempre en nuestra memoria. Sin duda alguna, un gran líder. Pido a Dios y a la Virgen del Valle que te reciba en su Santa Gloria, y mucha fortaleza a su esposa Leynys e hijos. Hasta siempre Alfredito, porque un líder nunca muere, y la mejor manera de honrarte, es siguiendo tu legado.


