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Vladimir Gessen: Quien siembra odios recoge tempestades

Actualizado: 23 ago 2022

28 February 2014

“Luego de quince años de sembrar el odio social, fundamentalmente por parte del fallecido presidente Chávez, los venezolanos recogen sus nefastos frutos. Una vez más se cumple el adagio: Quien siembre vientos –en este caso odios- recoge tempestades” afirma el psicólogo y analista Vladimir Gessen en entrevista exclusiva para El Diario de Caracas. Al aplicar el odio social la sociedad –explica Gessen- se divide en raza superior versus raza inferior, o los “buenos” y los “malos”. Chávez comenzó, entre “escuálidos” versus “bolivarianos”, luego entre “patriotas” y “majunches”. Siempre usando términos despectivos y discriminatorios porque escuálido significa sucio, asqueroso, macilento, según la Real Academia de la lengua y majunche es mediocre, deslucido. En el presente se fomenta igualmente la separación entre los “buenos” del oficialismo y los “fascistas”. Esta codificación conduce a la división, a la enemistad de los venezolanos y a la creación de enemigos entre seres iguales, lo cual viola la Constitución y la Carta de los Derechos Humanos, ya que prohíben cualquier tipo de discriminación.

¿A qué le atribuye el odio que observamos en la calle?


– Es indiscutible que la contienda política en Venezuela alcanza ahora su efectiva dimensión: De los pugnas democráticas entre los adversarios a los cuales nos acostumbramos, pasamos a la recta final de una confrontación política que ha sufrido Venezuela en los últimos años, la cual se asemejaría a un enfrentamiento entre enemigos, lo que podría provocar una conflagración civil y militar.

¿Está hablando de una guerra civil?

– En realidad lo que se denomina guerras civiles, siempre son militares y armadas. Si la Fuerza Armada de Venezuela se mantiene unida institucionalmente, no habría guerra civil. No obstante, se nos avecina una verdadera guerra política en los próximos tres meses. No habrá términos medios y si este conflicto escala y, comienzan cada extremo a armarse, y a hacer uso de poder de fuego, las fuerzas armadas tuvieran que tomar cartas en el asunto y evitar un baño de sangre.

¿Cómo hemos llegado a que muchos analistas y destacados políticos y militares se planteen la posibilidad de una guerra civil?

– Lamentablemente, Hugo Chávez desde sus comienzos habló más como militar que como político, y más como comunista que como demócrata. Recuerdo que en su campaña electoral ya decía barbaridades como que iba a freír en aceite las cabezas de sus contrincantes. Luego siguió practicando la tesis marxista de la Lucha de Clases y del Odio Social. El propio Marx la definió en su Manifiesto Comunista: “Toda la historia de la sociedad humana… es una historia de luchas de clases… en una palabra, opresores y oprimidos, frente a frente siempre, empeñados en una lucha ininterrumpida, velada unas veces, y otras franca y abierta, en una lucha que conduce en cada etapa a la transformación revolucionaria de todo el régimen social o al exterminio de las clases dominantes”. Y, así como Marx enseñó el método de la lucha de clases, Lenin estableció otro parámetro, el odio de clases, al cual denominó el motor de la revolución comunista.

¿Por esto hace responsable a Chávez de lo que está ocurriendo?

– Hay dos Chávez, uno que copió la consigna “patria socialista o muerte” durante más de una década, fomentando a su vez la rabia y el odio social, y otro que surgió en los últimos 20 meses de su vida, período en el cual quitó la consigna de “muerte”, dejó de hablar del odio y abrazó las enseñanzas cristianas de “amor y vida”. Quiso morir en paz… El problema es que durante años Chávez sembró mucho odio social porque, además de seguir a Marx y a Lenin, le agregó al odio de clases, lo que aprendió de la noción de estrategia militar en el curso de estado mayor que dice –poco más o menos- así: “Toda estrategia deberá involucrar una idea de disuasión, presión, coacción, competencia o combate contra algo o alguien, porque de lo contrario, si no hay enemigo, en realidad no habrá contra quien aplicar la estrategia… la cual se debe alcanzar mediante operaciones Ofensivas, de Debilitamiento, Inhabilitación, Engaños, Neutralización, Distracción, Penetración, Ruptura, Envolvimiento, Disuasión e Imposición”. Conceptos que Chávez siguió al pie de la letra pero en contra de civiles sin importar que fueran sus gobernados.

– El odio dirigido en contra de razas o a ciertas clases sociales forma parte del odio social. Se fundamenta en la clasificación de la gente. La idea es crear enemigos ficticios quienes pasan a convertirse en reales para quien cree esa “única verdad”. Se culpa a alguien por pertenecer al grupo “mal visto” o “denunciado” y se promueve la mentalidad de “nosotros” contra “ellos”. No es más que una astuta manipulación de la conducta humana por parte de líderes de gobiernos autocráticos para imponer su poder y sus doctrinas. Hitler, a pesar de ser adverso a los comunistas, aplicó el odio como motor de su “revolución” nacionalsocialista (nazi) y para lograrlo en lugar de la lucha de clases como método, para diferenciarse de los comunistas, uso la lucha racial contra las “razas inferiores” como definió a la judía pero, presentándoles como los ladrones comerciantes y como la oligarquía que había robado al pueblo germano. En el fondo, fue una mezcla de racismo y lucha de clases. Su categorización significó la muerte de millones de seres humanos en el holocausto. Fidel Castro dividió a los cubanos entre “gusanos” y “revolucionarios”, y miles de cubanos fueron fusilados o presos por ser “gusanos”. Cabe señalar que lo que designaba esta grotesca forma de llamar a un ser humano era el no estar de acuerdo con el castro-comunismo. También en la guerra genocida de Ruanda, se llamaba a los adversarios “cucarachas”…a las que había que exterminar.

En Venezuela…

– Al aplicar el odio social la sociedad se divide en raza superior versus raza inferior, o los “buenos” y los “malos”. Chávez comenzó, entre “escuálidos” versus “bolivarianos”, luego entre “patriotas” y “majunches”. Siempre usando términos despectivos y discriminatorios porque escuálido significa sucio, asqueroso, macilento, según la Real Academia de la lengua y majunche es mediocre, deslucido. En el presente se fomenta igualmente la separación entre los “buenos” del oficialismo y los “fascistas”. Esta codificación conduce a la división, a la enemistad de los venezolanos y a la creación de enemigos entre seres iguales, lo cual viola la Constitución y la Carta de los Derechos Humanos, ya que prohíben cualquier tipo de discriminación. El problema del odio social que genera este método de lucha política, es que su final previsible son la violencia o la segregación del grupo odiado por el gobernante, como ocurrió en la tristemente célebre Lista Tascón.

¿Adónde conducirá el odio social en Venezuela?

– El problema del odio social que genera este método de lucha política es que normalmente cuando se han aplicado sus parámetros “el proceso” ha culminado en violencia contra el grupo odiado y en otros casos ha derivado en guerras entre Pueblos (Alemania, Kosovo, Croacia, los Balcanes o Camboya), guerras civiles (España, EE.UU., Ruanda) golpes de estado (Chile) o revoluciones (URSS, China, Cuba).

¿En nuestro país podría ocurrir algo así?

– Basta leer la historia de Venezuela para darse cuenta que ya ha ocurrido no una sino muchas veces. Este enfoque no tiene nada de teórico sino un efecto muy práctico en el porvenir inmediato de Venezuela: Pareciera que algunos dirigentes políticos del post-chavismo se encuentran acorralados y en su momento político más peligroso. Es su hora decisiva y van a hacer cuanto esté a su alcance para tratar de imponerse usando todos los recursos que hallen disponibles para conservar el poder. Uno de los combustibles que le dará fuerza y sentido a su lucha sería el Odio Social. Sin embargo, reconozco que Nicolás Maduro trata, en medio de estas aguas turbulentas, de maniobrar usando el “amor social” como discurso para evitar la confrontación que sin duda lo desalojaría del poder. Pero, tendría que controlar a los dirigentes “duros” o extremistas del oficialismo que sabotean esta estrategia del presidente.

¿Se refiere a Diosdado Cabello, Aristóbulo, Jorge Rodríguez…?


– Existen dos lenguajes del oficialismo, mientras Maduro convocaba a la Conferencia de Paz, una dirigente del oficialismo llamaba ramera o “jinetera” a María Corina Machado, y otros connotados asambleístas, dos gobernadores, un alcalde y algunos dirigentes de primer nivel del PSUV etiquetaban a los dirigentes de la oposición, como fascistas, bandidos, terroristas y criminales. El propio Nicolás se dejó llevar por su entorno y cometió el grave error político de encarcelar a Leopoldo López como si fuera un delincuente. Esto es fomentar el odio social.

¿Qué le recomendaría al presidente Maduro?

– Le diría que la herencia de la lucha de clases es uno de los más nefastos. De ese odio se han derivado los más terribles genocidios perpetrados en el Mundo… y que quien siembre odio recoge tempestades.









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