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Vladimir Gessen: Como Colombia, Venezuela decide entre paz y conflagración

Actualizado: 23 ago 2022


26 September 2016

Luego de conversaciones, discusiones, debates y negociaciones, los extremistas y radicales de Colombia lograron ponerse de acuerdo y muy próximamente podría advenir la paz en ese país.

Lo curioso es que este acuerdo lo firman, por un lado, el gobierno, el presidente Juan Manuel Santos, quien fuera ministro de defensa cuando muere el Comandante del Secretariado de las FARC, Raúl Reyes, como consecuencia de un calculado bombardeo de las fuerzas armadas colombianas ordenado por Santos, y por el otro lado, el comandante en jefe Timoleón Jiménez, alias Timochenko, a nombre de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), luego de ser abatido el anterior comandante en jefe, Alfonso Cano, en una operación del ejército de Colombia.

El Gobierno presidido por Juan Manuel Santos, y las FARC, jefaturada por Timochenko, estarán convocado al país para aprobar los acuerdos que han firmado gobierno y las FARC luego de intensos diálogos y negociaciones. El presidente Juan Manuel Santos, impulsor de los diálogos con las FARC, anunció el apoyo al Plebiscito, y los comandantes de las FARC, también.

La firma del Acuerdo de paz con las FARC será este 26 de septiembre en Cartagena de Indias, y los colombianos responderán la pregunta de si se ¿Apoya el acuerdo final para terminación del conflicto y construcción de una paz estable y duradera en Colombia?, el próximo 2 de octubre.

¿Cómo pudieron ponerse de acuerdo estos enemigos que tenían todas las razones para mantener un odio in extremis?... Es lo que deben pensar los venezolanos y exigirles a sus líderes -de parte y parte- que impidan que en Venezuela entre en esa vorágine que estamos a punto de transitar, de no poner un alto en la escalada política que estamos atravesando...

Todas las encuestas señalan que 80 por ciento del país no quiere a Maduro de Presidente y lo pretende revocar. Ese mismo porcentaje aspira que exista un diálogo. Conversaciones que los radicales del gobierno sabotean, y tampoco las desean los radicales de la oposición.

Si no se da el diálogo y el acuerdo entre gobierno y oposición en Venezuela, la violencia in crescendo se pronunciará, e introducirá al país a etapas convulsionadas y peligrosas.

Es nuestra opinión que las fuerzas armadas venezolanas, encabezadas por su alto mando militar, deben preguntarse cuál será su papel como garantes de la Constitución Nacional: ¿Sumarse a una parcialidad, y provocar una ruptura que conduzca a un enfrentamiento de connacionales? O, si por el contrario van a precisar a las dos partes e impulsar un acuerdo nacional que permita la recuperación del país en paz.

Esta es la crónica de un escenario no deseado en Venezuela:

Primero fue el desconcierto... la indignación, luego la cólera encegueció las conciencias... El pueblo se levantó en violenta protesta... El líder había despertado las esperanzas de las gentes, que consideraron su muerte como la frustración de sus sueños... Las emisoras de radio controladas por los seguidores del líder asesinado llamaron de inmediato: ‘... Los enemigos lo acaban de asesinar... Pueblo ¡A las armas!... a la calle con cuanto haya a la mano... Asalten los comercios, tomen las armas, los explosivos... las molotov...’ La reacción fue inmediata en la capital, pero pronto el país estaría en estado de guerra. En otra ciudad, la muchedumbre atiborró la plaza Bolívar... En todo el país se iniciaban los disturbios... Se formaron Juntas revolucionarias... Autoridades... abrieron el arsenal para que el pueblo se armara. Las molotov causaban destrucción en todas partes. El fuego de algunas gobernaciones, de comercios y de propiedades, de la Nunciatura Apostólica, del Palacio de Justicia, de la Universidad de los Jesuitas, de los conventos, de hoteles, de Iglesias, propagó la quemazón... Apareció la llamarada del Colegio de la Salle... El pueblo cayó en el motín... El saldo fue de incontables muertos y heridos, la nación destrozada y el comienzo de una era de violencia”…

La hija de este líder, más tarde expresaría: “Ese fue el día de los asesinos... Sin él es imposible analizar el presente trágico e injusto de un país maravilloso… Cuando lo mataron, el día antes, me habían sacado de la escuela porque una compañera me dijo ‘ojalá asesinen a tu papá’…

Lo que han leído son declaraciones de Gloria Gaitán Jaramillo, narraciones de Aníbal Noguera de la Academia Colombiana de la Historia, y crónicas diversas de otros autores y periodistas, después del fatídico día 9 de abril de 1948, fecha en la cual fue asesinado Jorge Eliécer Gaitán en Colombia. La mayoría de científicos sociales, consideran que el asesinato de Gaitán coadyuvó en la creación de los ulteriores frentes guerrilleros colombianos como las FARC y de la violencia sufrida por mucho más de medio siglo en el país vecino. El historiador Gonzalo Sánchez señala que a “las guerrillas las hizo la violencia... no tiene un comienzo identificable. Cuando se toma conciencia de la violencia, ya está instalada en todos los contornos de la sociedad” ...

El 12 de abril de 2012, escribió Plinio Apuleyo Mendoza en su artículo "A 64 años del Bogotazo", publicado en ElTiempo: "El 9 de abril de 1948 quebró en dos nuestra vida. El país ejemplar -pacífico, democrático, civilista, de grandes figuras políticas, y abierto a opciones de cambio- sería visto luego como el más violento del continente. El eco de los tres disparos que aquel día oí a la una y cinco de la tarde desde una cafetería no se ha apagado aún"...

Esperemos que esta violencia se apague con el referéndum del 2 de octubre en Colombia. Luego de más de 200 mil muertos y 100 mil desaparecidos y 7 millones de víctimas y desplazados, el pueblo colombiano vote por la paz en el Plebiscito sobre los Acuerdos de Paz.

El Dilema: Los venezolanos dialogan o se matan

¿Venezuela qué hará? ¿El gobierno seguirá sordo y ciego, y negando la realidad? ¿Qué hará la oposición? ¿Qué las fuerzas armadas? ¿Qué los ciudadanos? ¿Transitamos la paz? o… ¿La violencia?...

Para Colombia no será fácil. Al salir las FARC de su área de influencia quedan todavía fuerzas guerrilleras como el Ejército de Liberación Nacional (ELN), los ejércitos narcotraficantes, y los paramilitares como el Clan del Golfo. Estos sectores tratarán de asumir los espacios que abandonan las FARC, pero el camino que tomen los colombianos, si votan por la paz, será el correcto, y a la postre la alcanzarán.

Para Venezuela tampoco será una panacea la convivencia entre las partes en pugna. No obstante, si Santos y Timochenko se sentaron y dialogaron… y obtuvieron resultados… ¿Por qué no podrían hacerlo el oficialismo y la oposición venezolana?...

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