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El triunfo de la izquierda en México: ¿Presagio para el 2024?


López Obrador reunido con gobernadoras, gobernadores y servidores públicos del gobierno federal. Foto: @lopezobrador_

El consenso en el ambiente político de México es que el presidente populista Andrés Manuel López Obrador obtuvo una gran victoria en las elecciones del 4 de junio en el Estado de México, y que el gobernante Partido Morena será invencible en las elecciones presidenciales de 2024.


Sin embargo, la coalición opositora Va por México aún podría ganar las elecciones de 2024 si se mantiene unida y elige un candidato carismático que no sea percibido como un representante de las cúpulas de los partidos tradicionales.


En otras palabras, López Obrador, quien según la Constitución de México no puede postularse para la reelección, aún podría ver malogrado su proyecto de convertir a Morena en partido hegemónico que permanezca en el poder por mucho tiempo.


Si alianza opositora permanece unida y nombra a un candidato formidable, podría ganar en 2024. Volveré a este punto en un minuto.


Aunque el partido de López Obrador ganó solo una de las dos elecciones estatales del 4 de junio, la del estado de México, y perdió en el estado norteño de Coahuila, fue un triunfo importante para López Obrador.


El estado de México, con 12.5 millones de votantes, es el más poblado del país. Había sido gobernado por el opositor Partido Revolucionario Institucional durante casi un siglo.


Tras las elecciones del 4 de junio, el partido de López Obrador ahora gobernará 21 de los 32 estados del país, lo que le dará una gran ventaja para movilizar personas y recursos para las elecciones presidenciales del 2024.


Los gobernadores del partido oficialista ahora gobernarán sobre 70 por ciento de la población del país, mientras que la coalición opositora gobernará solo sobre el 27 por ciento.


Pero hay factores por los que el partido gobernante Morena debería estar nervioso de cara al 2024.


Primero, hubo una gran tasa de abstención en la votación del 4 de junio. Solo el 49 por ciento de los votantes registrados en el estado de México votaron, casi un 4 por ciento menos que hace seis años.


Esa fue una señal reveladora de que los mexicanos no están entusiasmados con los políticos tradicionales, y podrían ser salir a votar por un candidato opositor que no salga de las cúpulas partidarias.


Eso ha pasado en Estados Unidos con Donald Trump, en Brasil con Jair Bolsonaro, en Chile con Gabriel Boric, en Perú con Pedro Castillo, y podría pasar en las elecciones de octubre en Argentina.


También podría pasar en México si la alianza opositora elige a un candidato de la sociedad civil, o que no esté asociado con las jefaturas partidistas.


En segundo lugar, el partido Morena puede verse debilitado por su disputa interna sobre quién será el candidato presidencial. Hay cuatro contendientes principales, incluida la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, y el canciller Marcelo Ebrard, y puede que alguno de los perdedores aduzca un fraude interno.


Más importante aún, el partido Morena es una creación de López Obrador, y a medida que nos acercamos a las elecciones de julio del 2024 se debilita el poder del presidente para mantenerlo unido. Un gobierno plagado de disputas internas no da una imagen de solidez, y eso podría afectar a su candidato o candidata.


En tercer lugar, la coalición opositora podría pasar a la ofensiva uniéndose detrás de un candidato sorpresa como la senadora Xóchitl Galvez.


Ella nació en la pobreza absoluta, habla el idioma indígena otomí, se graduó de ingeniera en computación, se convirtió en empresaria, luego fue nombrada jefa de la oficina gubernamental de asuntos indígenas a comienzos de la década del 2000, y en 2018 fue electa senadora nacional por la oposición.


Ella, o alguien como ella, destruiría la falsa narrativa de López Obrador de que la oposición de México está liderada por “conservadores” y “oligarcas”.


Aunque Galvez fue electa senadora por el Partido Acción Nacional, no forma parte de la cúpula del partido, y proyecta una imagen de independencia.


En resumen, salvo un candidato opositor que pueda dejar en ridículo el falso relato de López Obrador de que la oposición está dirigida por los ricos, es muy probable que el oficial Morena gane en el 2024. Pero la coalición opositora tiene hasta octubre o noviembre para elegir a su candidato.


Todavía podría dar una sorpresa.


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