Ana Beatriz Osorio llega para quedarse con "Yo no soy loca, soy bipolar"
- Aquilino José Mata

- 28 ago
- 6 Min. de lectura

Actriz, presentadora, directora y escritora, además de terapeuta Gestalt, la venezolana Ana Beatriz Osorio partió hace dos décadas hacia Colombia, donde consolidó consistentemente una carrera, que hoy día, al acumular 35 años de trayectoria profesional, la motiva a regresar a su país natal. Aquí continuará su desarrollo artístico, apoyada en la invalorable experiencia adquirida en la vecina nación, en la cual tuvo éxitos resonantes como el monólogo de su autoría Por todo lo que jodemos las mujeres, que se mantuvo en cartelera durante 10 años ininterrumpidamente.
Para iniciar las presentaciones que marcarán su regreso a Venezuela, lo hará con No soy loca, soy bipolar, “un unipersonal que hace reír y reflexionar”, según lo define Juan Carlos Duque, su autor, quien también lo dirigirá en el teatro del Centro Cultural Chacao, la institución que preside. Se estará presentando los días viernes 29 de agosto (7:00 pm.), sábado 30 (8:00 pm.) y domingo 31 (6:00 pm.).
A lo largo de sus 50 minutos de duración, No soy loca, soy bipolar aborda la depresión y otros trastornos mentales, como la bipolaridad, utilizando como inteligente recurso la comedia, pero lo hace de una manera amable y cortés, sin dejar por ello de provocar carcajadas en la audiencia ni invitar a la reflexión.
Ana Beatriz Osorio, ya cercana la fecha del estreno, está más que feliz. Y tiene dos razones más que justificadas: el debut con un nuevo espectáculo y el reencuentro con sus raíces venezolanas. “Estoy en Caracas, ya definitivamente. Hice mi mudanza internacional, llegué para quedarme”, nos dice con actitud optimista al comenzar la entrevista.
-¿Cómo resumes No soy loca, soy bipolar, el monólogo que marca tu regreso a Venezuela?
-Es un relanzamiento que está haciendo Juan Carlos Duque, su autor. Tengo el honor de escenificar ese texto, que va por la misma línea de lo que he venido haciendo, que es llevar la terapia al arte, al teatro. Como lo hice en Por todo lo que jodemos las mujeres, mi anterior monólogo, escrito, dirigido y protagonizado por mí. Tuvo 10 años ininterrumpidos en la cartelera colombiana, porque es una obra que combina la terapia con el humor, ¿y qué mejor que el humor para poder transformar la vida y la conciencia?
El que interpretaré ahora será mi segundo monólogo, pues por el éxito de Por todo lo que jodemos las mujeres, no volví a tocar otro proyecto similar, y es ahora cuando decido hacerlo.
-¿De qué iba ese monólogo? ¿Qué lo diferencia del que harás ahora?
-Aquel era autobiográfico y lo planteé como el de una mujer que se pierde en el amor, mendigándolo. Esa dependencia emocional, esa locura de que no te traicionen, todo el tema del matrimonio; ahí se tocan muchísimos aspectos, sobre todo el de la competencia entre las mujeres. Competimos tanto entre nosotras, que a veces nos volvemos locas; es decir, evidencia qué es lo que hace que una mujer se vuelva dependiente en el amor.
-¿Y qué diferencia ese tipo de mujer con la bipolar que encarnas ahora?
-La bipolar tiene que ver con una mujer, Adriana Fonseca, que al sufrir este trastorno entra en la mente de una mujer, que también lo padece, pero dentro de una tragicomedia fantástica. La gente se va a divertir y al mismo tiempo se darán cuenta de muchas cosas de nuestra propia vida y de nuestros propios dramas, nuestros dolores y depresiones.

-¿Tu principal desafío con este nuevo monólogo?
-El desafío fue tener que investigar verdaderamente un trastorno clínico, porque esto va mucho más allá de cualquier cosa que vaya a ser actuación normal, tiene que ver con un trastorno clínico. Me ha tocado trabajar para investigarlo muy bien.
-¿De qué manera lo hiciste?
-En Colombia me formé como terapeuta Gestalt y me especialicé en constelaciones familiares sistémicas. Fue una década de estudios, cuatro años y medio de Gestalt y otros cuatro años y medio en constelaciones, con tesis de grado y pasantías.
-¿Te hiciste terapeuta Gestalt para aplicarlo a tu trabajo, o no fue así?
-Qué buena pregunta. Yo lo hice porque ese era uno de mis talentos de siempre, el ayudar a la gente empíricamente a través del don de la palabra. Me llegaban muchas cosas a veces para poder ayudar a la gente con sus problemas. Entonces decidí desarrollar ese talento y paré las telenovelas para dedicarme fuertemente a trabajar y a prepararme bien como terapeuta y también para sanar un poco mi historia de dolor, las historias de dolor que yo he tenido en el amor durante tantos años, tantas veces. Cuando yo me di cuenta dentro de la Gestalt que no hay mejor lugar que el escenario para poder integrar esos aspectos de la personalidad, entonces fue cuando dije que usaría el escenario para poder llevarlo ahí y ayudar a las personas, más que desde un consultorio terapéutico. Y eso es lo que estoy haciendo y lo que quiero seguir haciendo, no solamente en el teatro, sino también tengo escritas varias cosas: películas, series, televisión. Estoy trabajando para poder tener muy pronto un programa de radio, donde también pueda darle voz a todo lo que aprendí allá.
-¿Cómo fue ese redescubrimiento de Venezuela que te hizo venir a quedarte?
-Creo que ya es la hora de estar aquí. Colombia me dio muchas cosas, que ya estoy lista para devolver y entregar a mi país. Para eso llegué: para poder servir a través del arte, de la terapia y del mundo del entretenimiento. Sé que era el momento de venir, eso se siente en el alma.
-¿Lo mejor que te ha pasado en tus 35 años artísticos?
-La transformación personal a nivel terapéutico y el crecimiento como persona, porque creo que lo más importante para un artista es aprender a conocerse y poder tomar su historia para usar el arte para sanar.
-¿Y lo no tan bueno de todos estos años?
-Lo difícil de estar fuera de mi país.
Juan Carlos Duque, autor: “Abordé dos temas del milenio”

En No soy loca, soy bipolar, Juan Carlos Duque plantea en tono risueño los cambios radicales de estados de ánimo de una mujer en distintos episodios en los que se ve sumergida, como consecuencia de su padecimiento del trastorno bipolar.
-Esta obra se estrenó en Miami en 2016 y por tres años consecutivos la estuve presentando con otra actriz venezolana maravillosa, Fabiola Arace, pero allá nos detuvo la pandemia.
-Tiempo después, cuando vi a Ana Beatriz Osorio en el unipersonal Por todo lo que jodemos las mujeres, dije: "al fin conseguí a mi bipolar", no por alusiones personales, sino por su gran actuación.
Al consultársele sobre el mensaje que lleva consigo el monólogo, subrayó:
-Lo importante de esta obra es que ayuda a visibilizar el tema de la salud mental, de trastornos como la bipolaridad y la depresión. Ambos son asuntos del milenio, que vivimos como hechos de la cotidianidad. Y después de la pandemia, se han acrecentado.
-¿Fue eso lo que te motivó a escribirla?
-Así es, al hecho de que es un tema cada vez más actual, que está en la palestra, que no se había planteado en una obra. Aparte de lo novedoso, es muy interesante, para cualquier actor, tener un personaje que transite por diferentes emociones y pasar de un estado a otro, lo que llaman las transiciones en la actuación. Me pareció que podía ser fascinante.
-¿Te tomó mucho tiempo escribirla?
-En un fin de semana escribí la obra, pero pasé aproximadamente seis meses investigando sobre el tema, viendo documentales, entrevistando a personas, a pacientes. Y al final, cuando ya tenía toda la información recopilada, fue cuando me senté a escribir y sentía como si me estuviesen dictando la historia. Además de que me tocó convivir con algunas personas, sobre todo en la época en que viví en Miami con "roomies" y conocí a dos personas con trastorno bipolar.
No soy loca, soy bipolar es un interesante reto artístico que afrontan Ana Beatriz Osorio como actriz y Juan Carlos Duque como escritor. Ambos se proponen llegar al mayor número de audiencias posibles, para lo cual estructuran nuevas presentaciones en Caracas y el interior del país.
Las entradas para las tres funciones del fin de semana ya están a la venta en las taquillas del Centro Cultural Chacao, en la avenida Tamanaco de El Rosal, y a través de tickets.liveri.com.ve






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