Indignante, algunos venezolanos aún guardan esperanzas en lo “electoral” con instituciones
públicas 100% psuvizadas. El asunto es que piensan con el corazón y no sienten con la cabeza.
Son muchas las razones que nos advierten la inminencia de otro desengaño forzoso. Entre ellas, la naturaleza castrista del chavismo, hoy con fuertes pinceladas nicaragüenses.
El régimen es dueño de una concepción patrimonial del poder, siente que el país es suyo, las
instituciones, sus recursos, sus armas… Ahora bien, motivado a nuestra posición geopolítica cada cierto tiempo debe fingir democracia como cuando hubo abundancia de recursos con Hugo Chávez, gracias al fortuito boom petrolero le dio vida al peor populismo jamás registrado dentro y fuera, fundador del populismo internacional.
Luego de 2010 Pdvsa ya estaba agonizando, la corrupción atroz, la desprofesioalización, la
hirieron de muerte, pero fue Maduro quien le tocó pagar los platos rotos de su antecesor, a pesar que decenas de veces que se nos aseguró, crucifijo en mano, que el precio del petróleo podía caer a cero y en el país no iba ocurrir nada catastrófico porque ya éramos soberanos e independientes… Lo triste es que destrozada Pdvsa inmediatamente colapsamos.
Hace unos meses la algarabía por “lo electoral” era mayor, muchos recreaban en su imaginario una elección con una oposición real que anegada en votos ganaría al chavismo, éste entregaría democráticamente y el país retomaría su libertad, su auge, sus libertades, o sea, un tiro al piso.
Pero ahora que el régimen comenzó a jugar ¿Aún almacenan esperanzas en lo electoral con sus instituciones? Al parecer sí.
El castrismo venezolano comenzó a jugar. Recogió su Consejo Nacional Electoral para repotenciarlo, dejando a la oposición sin el apoyo prometido para las primarias, obligándola a realizarlas sola, aprisa, sin la manipulable organización del máximo órgano electoral que hace referencia el 293 de la Constitución. Pero no se queda allí, inhabilita absurda e infantilmente a María Corina Machado, por mucho, la principal opción de los venezolanos y que, a ciencia cierta, es la única que ataca al régimen en la forma correcta… radicalmente.
Pero el miedo los hará ir mucho más allá. Tengan por seguro que el chavismo tampoco permitirá competir a Machado en las primarias ni en ningún mecanismo que permita cuantificar su liderazgo, como lo hemos advertido. Conformará un séquito de candidatos a la medida para simular en 2024 otra elección como en 2018, asumirá los riesgos de las sanciones porque ya sabe vivir con ellas. Su plan B es intentar extraer máximo provecho a la necesidad de occidente del petróleo/gas que abunda en el subsuelo venezolano, obligarlos a reconocer los resultados.
El chavismo no entregará el ejecutivo “democráticamente” porque, siendo un régimen militarista, constitucionalmente el presidente es quien dirige y comanda la Fuerza Armada Nacional, además, porque dentro de sus facultades yace poder convocar directamente una constituyente, entre otras atribuciones exclusivas como asignar ministerios, ministros y la administración de la hacienda pública. Así que, para aquellos que aún imaginan “pajaritos preñaos” ¡Bájense de esa nube!
Por eso el miedo y el ahínco contra María Corina Machado, la única que plantea elecciones con condiciones, la que habla de enfrentamiento. Es la única que denuncia dentro y fuera, la que llama las cosas por su nombre, la que demuestra el coraje requerido, etc. Los demás candidatos solo prometen aumentos de sueldos…. ¡Una triste realidad!