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Los imperios: del agua caliente al fuego


Las posibles alianzas que iniciará la Universidad Simón Bolívar con Irán deja en el aire una serie de interrogantes. Foto: Wikipedia

Al inicio de esta supuesta revolución, la propaganda política nos vendió muchos enemigos: el

imperio norteamericano (no el ruso ni el chino), la empresa privada, la derecha, la burguesía,

las universidades y hasta los mismos venezolanos que no pertenecíamos a alguno de esos

grupos pero que no apoyábamos la nueva política éramos señalados como traidores,

escuálidos, lacayos y enemigos de la patria. Todos estos grupos eran un adversario a vencer,

pues según el gobernante fueron los culpables de nuestra desdicha y pobreza social (aunque

también de una riqueza inconmensurable que el país recibió). La manera de contrarrestar el

ataque de estos enemigos variaba según su naturaleza. Así, muchas empresas privadas fueron expropiadas lo mismo que las tierras productivas, los que firmaron el revocatorio contra el presidente aparecieron en la lista Tascón y fueron despedidos de sus trabajos. No olvidemos el despido del personal calificado de la industria petrolera, se negó presupuesto a las universidades y así con cada uno de estos elementos a vencer se usaron estrategias diferentes.


Según el discurso oficial, era la defensa de lo nuestro y el poder para el pueblo lo que nos

haría una próxima potencia, una potencia que no se arrodillaría ante ningún imperio. Lo

sorprendente es que el gobierno se puso de rodillas, lo más rápido posible, e inició una

vertiginosa inclusión de proyectos e ideologías provenientes principalmente de Cuba, cuyo régimen ha pasado a la historia por tener una sociedad sometida, controlada y moribunda. La influencia cubana abarcó todos los ámbitos fundamentales del país como el control de la producción petrolera, estableciendo cuánto y a quién se le vendería petróleo. En salud se excluyeron nuestros médicos y dieron prioridad a los médicos cubanos. En educación impusieron las famosas Misiones en cada uno de los niveles educativos. En el servicio exterior penetraron todos los estamentos medios. De más esta decir que esto no era gratis, y hoy en día la mayoría, tanto de los médicos como de los docentes cubanos desaparecieron, y quedamos en deuda a pesar del alto precio que pagamos y de la asistencia petrolera que le brindamos.


El afán de arrodillarse ante otras ideologías no se limitó a los hermanos Castro sino que aspiró ir un poco más allá y avanzó hacia Rusia, país que al igual que Cuba no es reconocido como democrático sino como un gobierno de oligarquías de enchufados que el presidente

venezolano comparte. Con Rusia se firmaron convenios para la explotación petrolera, la

compra de armas y de medicina, aunque lo significativo ha sido la compra de armas. Pero

como vemos la explotación petrolera venezolana sigue sin llegar al millón de barriles diarios,

hoy sólo contamos con la cuarta parte de lo que se producía antes de la llegada de Chávez.


En este ámbito petrolero quedamos en manos de los iraníes. Y antes de tomar un medicamento ruso debemos rezar a Dios para que nos proteja.


La entrega del país a cualquier imperio llegó hasta China, donde, al igual que los países mencionados la práctica democrática no es lo propio de este país asiático. Con los chinos se nos vendió la idea de que Venezuela adquiriría tecnología de punta, iniciando con el lanzamiento del satélite Simón Bolívar, aunque pareciese que el satélite decidió hacer como los migrantes venezolanos… se fue para no volver. De todos estos convenios lo único que nos ha quedado son deudas y más atraso en todos los sectores, porque estas nuevas amistades actuaron con una visón minera: excavamos y explotamos todo lo que se pueda llevar, luego, nos marchamos.


A pesar de los nefastos resultados que se han obtenido de estos convenios, se mantiene el deseo constante de establecer vínculos y negocios con otros países, preferiblemente no democráticos.


Y es que este mes se les ha anunciado a los venezolanos, las posibles alianzas que iniciará la

Universidad Simón Bolívar con Irán. En esta ocasión, Rector y Decano, autoridades de una

universidad Iraní hicieron presencia en la sede de sartenejas de la USB, universidad que

lamentablemente en este momento se encuentra en total abandono, y que a cualquier persona sensata le daría vergüenza mostrar, porque sería como mostrar una ciudad que hemos llevado a las ruinas. Tengamos presente que no hay algo más fácil de apropiarse que aquello que está abandonado y desolado.


La información que desde la USB se ha dado respecto a esta alianza destaca que deja

parcialidades políticas y religiosas a un lado, cuando es bien sabido que en Irán no hay

separación de la religión y el Estado. Esto tiene como consecuencia que el sistema educativo

iraní, incluyendo las universidades, es co-gobernado por la religión. Surgen una serie de preguntas: ¿Las mujeres podrán estudiar en la Universidad Simón Bolívar-Iraní?, ¿La Universidad Simón Bolívar-Iraní recibirá estudiantes judíos?, ¿La comunidad universitaria Simón Bolívar-Iraní deberá asumir las normas religiosas islámicas?, ¿Quiénes establecerán las líneas de investigación de la Universidad Simón Bolívar-Iraní?, en caso de que hubiesen mujeres profesoras y estudiantes ¿Tendrán que modificar su vestimenta ante la influencia de la cultura iraní?


Con tantos años que llevamos con este sistema, ya sabemos que no debemos dejar pasar estos indicios, porque son medidas que se van implementando lentamente hasta ya no poder

deshacernos de ellas. Las comunidades educativas, con lineamientos mixtos presentes en el

país, reflejan en buena medida su cultura originaria (Francia, Alemania, Italia, colectividades

religiosas), por lo que cabe esperar que un régimen fundamentalista no democrático haga lo

mismo en grado sumo. Por lo que tanto la comunidad Usbista como las ONG´s defensoras de

las mujeres y de los DDHH debemos plantar nuestra posición al respecto. Como dijo Kurt

Cobainque seas paranoico no quiere decir que no te persigan


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