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Johansen y Liniers: dos genios al unísono


Johansen y Liniers retoman la ruta de un camino andado lleno de afortunados momentos. Foto: Ventura Producciones

Inclasificable y, sobre todo, muy divertido, es el espectáculo del cantautor argentino-estadounidense (nació en Alaska) Kevin Johansen. Después de diez años sin presentarse en Venezuela, regresó para hacer dos actuaciones, el fin de semana pasado, en el Centro Cultural de Arte Moderno.


Allí ofreció una selección de los temas más celebrados por su apreciable y devota legión de fanáticos venezolanos, en compañía del historietista e ilustrador porteño Ricardo Liniers. Mientras el primero canta con su expresiva voz grave sus canciones, el otro las dibuja con pincel, en trazos revestidos de inteligente, desenfadado e irreverente humor, que son proyectados en tiempo real en una gran pantalla.


Ambos conforman una dupla ciertamente singular y, ¿por qué no decirlo?, imbatible en términos de la poderosa atracción que ejercen sobre la audiencia. Nosotros, que nunca los habíamos visto, sentimos ese interesante influjo desde el mismo momento en que iniciaron su performance, hasta el fin de fiesta (nunca mejor dicho), con aquel público multigeneracional que abandonó sus butacas para subirse al escenario, convocados entusiastamente por los dos protagonistas, para bailar, cantar, hacer el trencito y tomarse seflies, mientras se movían, alocadamente, sin orden ni concierto, al ritmo de “Guacamole” y “Cumbiera intelectual”, dos de los himnos por excelencia de estos artistas que, al final de su show, nos dejaron con el regusto de satisfacción que dejan las cosas bien hechas y con afiebrada e inquieta imaginación.


Ojalá regresen pronto a Venezuela, pues nos quedamos con ganas de más. Esperamos que estos dos compenetrados amigos, que tan bien se la pasan sobre el escenario, no tarden otros diez años en volver. Lo de Johansen-Liniers es talento de altos quilates, de ese que no abunda y que por ello merece ser apreciado, sin que medien lapsos muy extensos, para admirar cómo armonizan sus respectivas disciplinas en función de generar un espectáculo definitivamente fuera de serie.  


Lo valioso de estos artistas es que juegan -y brillan- juntos o por separado. De hecho, tenían 10 años sin hacer este espectáculo, hasta que en 2022 decidieron volver a reunirse, con motivo de Mundial de Fútbol. Desde entonces andan en gira recorriendo Latinoamérica y Europa.


Individualmente, Liniers, residente en Estados Unidos, tuvo la oportunidad de enseñar en ese país en The Center for Cartoon Studies y publica en el diario argentino Página 12 su célebre tira Macanudo, que se edita igualmente en varios países, como Francia, Italia, Brasil, Perú y Canadá. También tiene más de 10 libros publicados con el compendio de su obra más significativa.


En cuanto a Kevin Johansen, en su recorrido como solista ha tenido fructíferas colaboraciones con Natalia Laforcaude, Jorge Drexler y David Byrne, por solo citar algunas luminarias que participaron en su disco Tú ve. El más reciente, Quiero mejor, teñido de su muy particular aliento creativo, ostenta con creces su muy singular y diferenciadora impronta.


De nuevo juntos, Johansen y Liniers retoman la ruta de un camino andado lleno de afortunados momentos, construidos con sus inusitados desmanes, esos que hacen que su hechizada audiencia, en cada show, no los pierda de vista ni un solo instante.


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