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Horas cruciales


El tiempo pasa y 80% de los venezolanos espera una respuesta en las próxima horas. Imagen: geralt, Pixabay

El reloj corre inexorable contra los tiempos señalados por el Consejo Nacional Electoral para decidir quién será el candidato presidencial que representará a la oposición agrupada bajo el paraguas de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD). Al momento de escribir estas líneas (miércoles 17/04 en horas matutinas) todavía hay quien divaga sobre la posibilidad, cada día más etérea, de que María Corina Machado (MCM) pueda ser habilitada por un ejecutivo magnánimo que la dejará correr sola para que lo aplaste ante la avalancha de votos que sin lugar a dudas la respaldaría, no solo de quienes somos fieles seguidores de la PUD sino de muchos más que verían en ella una alternativa de cambio.


Uno, que no tiene acceso a fuentes privilegiadas de información, se imagina que estas horas finales en el cronograma electoral son un hervidero de reuniones entre partidos, de estos con instancias de poder, con asociaciones de la sociedad civil, con participación activa de la figura central, representada por MCM. No en balde fue la ganadora inequívoca de la elección primaria organizada por la PUD en octubre pasado, con más de 90% de votos a su favor. A pesar de tan avasallante triunfo, ella no pudo inscribirse como candidata de las fuerzas democráticas, agrupadas en la PUD para la elección presidencial pautada apresuradamente por el CNE para julio de este año. ¿La razón? Una extemporánea y anticonstitucional inhabilitación, inventada a saco por los juristas del horror instalados en los sillones del Tribunal Supremo de Justicia.


Un muy reciente comunicado de la PUD (16/04/24) anuncia que en aras de construir una ruta electoral unitaria que concrete el anhelo de cambio del pueblo venezolano, la Plataforma se ha declarado en sesión permanente para profundizar las gestiones que garanticen una candidatura unitaria, invitando a los principales líderes de la hora, MCM y Manuel Rosales (MR), junto a Gerardo Blyde como mediador, a reuniones que concluyan en algún acuerdo que haga posible materializar la victoria electoral del 28 de julio próximo. "Unidos para cambiar Venezuela" es la premisa del momento.


Lamentablemente, un comunicado de Vente Venezuela, organización que representa a MCM y unas declaraciones de MR el mismo día en que conocimos el comunicado de la PUD, no abonan al necesario ambiente de diálogo, indispensable en este momento. Para infortunio de los venezolanos, el destino de nuestro país parece ir a la retaguardia de los egos.


Nadie les pide que se amen, sí que busquen la unidad necesaria mínima para llegar con éxito al 28 de julio, teniendo claro que el adversario a derrotar no está entre nosotros sino enfrente. Esto último, por cierto, parece ser más diáfano entre los miembros de la sociedad civil que entre los líderes: los ciudadanos comunes entendemos claramente la necesidad, la urgencia de votar y sobre todo, de votar en unidad para salir de la miseria social en que vivimos desde hace décadas.


Por eso estamos exigiendo de los líderes el mínimo acuerdo de unidad. De no lograrlo, la responsabilidad por un imperdonable fracaso recaerá en los líderes de la oposición que no tuvieron la grandeza de conducir a su pueblo por el camino de la unidad hacia la victoria.


"Venezuela está ante una oportunidad de cambio político como no la ha tenido en los últimos 20 años", nos dice la politóloga Carmen Beatriz Fernández al hacer referencia a las presidenciales del 28 de julio. "Las elecciones presidenciales venezolanas de 2024 no serán libres ni justas. Al contrario, creo que serán las peores condiciones electorales de las últimas dos décadas (…). Obviamente hay divisiones y siempre las ha habido (…). Sin embargo, el adversario es tan amenazante y malvado que con frecuencia la oposición llega a los acuerdos necesarios. Aspiro a que también ocurra esta vez. Lo ideal es que priven los intereses comunes y la sensatez se imponga".


En esta oportunidad, MCM es la lideresa sin duda alguna, la gran electora, pero no la candidata. Injusta, ilegal, anticonstitucional como es, esa es nuestra realidad actual. Cualquier otra alternativa está en el terreno de las fantasías. Ya lo ilustré hace varias semanas en uno de mis artículos quincenales en TalCualDigital con esta historia bíblica: Moisés fue el elegido por Yaveh para sacar a su pueblo de Egipto y conducirlo a la tierra prometida, tras un vagar de cuarenta años por el desierto. Pero al momento final, Yaveh decidió que sería Josué, no Moisés, quien tumbara los muros de Jericó para llegar definitivamente al destino señalado.


En estos momentos finales, decisorios, acaba siendo tremendamente injusto para ese 80% de venezolanos que queremos salir de Maduro, que nos centremos en una lucha (¿espiritual?) sin destino sobre el bien o el mal, mientras tenemos la posibilidad real de asumir una lucha política que abra las puertas o por lo menos, una rendija, a nuestro Jericó local: un gobierno de transición hacia una mejor Venezuela, una Venezuela constructiva, con valores democráticos, que haga posible la inserción de los venezolanos en este siglo XXI, la era del conocimiento.


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