El 4 de septiembre de 1941, nace en el barrio marabino del El Empedrao, estado Zulia, el octavo hijo de un humilde matrimonio, a quien bautizaron como Felipe Antonio Pirela Morón, nombre completo de quien con los años, por su privilegiada voz y su muy singular estilo para interpretar los temas románticos, conocerían como “El bolerista de América”.
Desde niño tuvo interés por la música y junto con dos de sus hermanos y algunos vecinos formó parte del grupo Los Happy Boys. Luego, en 1957, trabajó en una radioemisora de Maracaibo y actuó también en Ondas del Lago TV, donde se presentó en un espacio de aficionados, que le valió ser contratado por la orquesta de Juanito Arteta, director musical de ese canal regional. Al año siguiente prueba suerte a Caracas, donde actuó en locales nocturnos y fue reclutado por Los Peniques, orquesta de planta del famoso Show de las 12, que por Radio Caracas Televisión animaba Víctor Saume.
El zuliano pasó discretamente por esa banda, pues Los Peniques contaba con los vocalistas Víctor Piñero, Chico Salas, Ada Vizuet y Tony Izaguirre, todos consagrados, lo cual le dificultaba el camino al principiante, que se conformaba con cantar al menos una canción en el último set bailable. Las cosas transcurrían sin pena ni gloria, hasta que un buen día el maestro Billo Frómeta lo escuchó cantar y mostró interés por sus servicios, para incorporarlo a su orquesta, la Billo’s Caracas Boys, que estaba reagrupando al serle levantado el veto que le había impuesto la Asociación Musical y que le impidió por casi tres años trabajar en Venezuela.
El 14 de julio de 1960 Billo pone en marcha su nueva agrupación. Presenta como bolerista a Felipe Pirela, quien para entonces solo contaba 19 años de edad, y como guarachero a otro zuliano, Cheo García.
Uno de los primeros éxitos de Pirela fue el bolero de Italo Pizzolante Puerto Cabello, al que seguirían Para qué recordar, Por la vuelta, Quisqueya, Pobre del pobre, El malquerido y Sombras, temas con los cuales inició una serie interminable de sucesos discográficos, nacional e internacionalmente.
El maestro Billo le brindó la oportunidad de lucir todo su talento en un álbum que diseñó especialmente para él, con una compilación de viejos y nuevos temas, titulado Canciones de ayer y de hoy, que se convertiría en todo un suceso. Ya estaba consagrado en Venezuela, por lo cual comenzaron a lloverle propuestas de otras orquestas, como las de Tito Rodríguez, Renato Capriles (Los Melódicos) y Chucho Sanoja, además de varias disqueras y esto lo puso ante la disyuntiva de separarse de la agrupación que lo había dado a conocer.
De manera amistosa abandona la Billo’s Caracas Boys en 1963 y firmó contrato con el sello Velvet, con el que grabaría Únicamente tú, álbum con el cual consolidaría su fama y prestigio. Si con la orquesta de Frómeta había llegado a los mercados de Colombia, Ecuador, Perú, Republica Dominicana y Miami, con este elepé pudo abarcar también al numeroso público latino de la ciudad de Nueva York. Con Velvet obtuvo también contratos en México, donde lo bautizaron como “El bolerista de América”. En esa etapa se convierte en el primer cantante venezolano en vender más de un millón de discos.
Por esa misma época contrajo nupcias con la joven Mariela Montiel, pero su tormentosa relación los llevó a divorciarse dos años después; paradójicamente, al tiempo que consolida su éxito en el exterior, la fama de Pirela cae dramáticamente en Venezuela, por lo escandaloso de las incidencias de su separación matrimonial.
Esto lo entristece y se va a Colombia, país en donde vivió tres años, para luego residenciarse en Republica Dominicana y finalmente en Puerto Rico, donde la madrugada del 2 de julio de 1972 fue asesinado cuando regresaba al Hotel Borinquen Towers, en San Juan, luego de una actuación en el centro nocturno Molino Rojo, en la localidad de Caguas, en un incidente que aún hoy no está suficientemente aclarado y que produjo múltiples especulaciones por parte de la prensa sensacionalista.
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