Esperando el "cisne negro"
- Adolfo Salgueiro

- 9 ago
- 3 Min. de lectura

La expresión “cisne negro” alude a una posibilidad sorpresiva y poco probable de que ocurra un acontecimiento que puede generar profundo impacto. La metáfora surge del hecho cierto que la mayoría de los cisnes tiene plumaje blanco, pero ello no excluye que en alguna rara oportunidad pueda nacer uno de plumaje negro.
Lo anterior aplicado a la lucha política para lograr la restitución de la democracia y el Estado de derecho en Venezuela nos permite reconocer que desde hace más de veinte años los demócratas hemos estado buscando un cisne negro representado por diversos acontecimientos que en algún momento sugerían la posibilidad de la aparición sorpresiva cuyo impacto pudiera modificar el rumbo. El cisne negro no ha aparecido en estos veinticinco años y por eso podemos presumir que existen más probabilidades estadísticas de que pueda aparecer más temprano que tarde. Ojalá.
Desde las movilizaciones anti-Chávez de “con mis hijos no te metas” en el año 2000 provocadas por el primer intento presidencial de interferir ideológicamente con la educación primaria, hasta las históricas megamarchas, el paro cívico-petrolero (2002-2003), la renuncia del presidente (11 de abril de 2002), la derrota de la reforma constitucional propuesta por el régimen en 2007, el interinato de Guaidó (2019), las elecciones primarias de octubre de 2023 que reconocieron el liderazgo opositor indiscutible de María Corina Machado, hasta la elección presidencial de 2024 ganada por Edmundo González Urrutia (70% vs 30%) la cual el régimen desconoció sin vergüenza alguna, todos ellos pudieron haber sido cisnes negros llegados en un escenario inesperado.
Pero lo lamentablemente cierto es que a estas horas Maduro y sus secuaces siguen en Miraflores y los demócratas siguen frustrados, perseguidos, presos o en el exilio.
Los más recientes eventos electorales como el del 25 de mayo pasado para la Asamblea Nacional y luego el del 27 de julio para alcaldes nos permiten constatar a) que si el padrón electoral es de 21 millones de ciudadanos y la participación fue de 43% como anunció el CNE, ello significaría más de 8 millones de ciudadanos en las calles saliendo a votar. ¿Usted vio alguna movilización cercana a esas cifras? b) como era de esperar, el oficialismo se hizo con 85% de los cargos en disputa sin exhibir prueba o soporte alguno. c) Quienes apuestan sus aspiraciones al resultado de la presión que pueda ejercer Mr. Trump observan que un día retiran la licencia a Chevron y al día siguiente se la devuelven, con lo que se genera un estado de confusión que también desmotiva el ánimo de movilización. d) Los grandes bloques democráticos del mundo -Estados Unidos, Unión Europea, etc.- anuncian e imponen sanciones cuyo impacto sería irreparable. Maduro sigue en Miraflores.
Con estos ejemplos más varios otros que hay, a lo que se suma la brutal represión instalada y la blandenguería de los actores internacionales, es difícil pedir al pueblo la movilización y asumir el dolor que seguiría cuando después de tanto esfuerzo Maduro sigue en Miraflores. No es extraño escuchar diálogos paternos preguntando ”¿tú recomendarías hoy a tu hijo salir a la calle a manifestar?”. ¿Ud. qué respondería?
Valoramos y admiramos la persistencia de quienes en medio de tantas adversidades aún mantienen la fuerza, el ánimo de lucha y la confianza en su dirigencia, legitimada ya varias veces por el sufragio y el coraje, mientras el egoísmo político y la traición de la “oposición alacrana” genera fricciones y divisiones imposibles de comprender y menos aún de aceptar. Solo queda esperar el cisne negro. Mientras, Maduro sigue en Miraflores.
Así las cosas, lo prudente sería que ante las aparición de un cisne negro, cualquiera que sea, le echemos mano y solo después nos ocupemos de acomodar las cargas. ¿Seremos capaces?
Terminando de escribir estas líneas nos enteramos de la noticia de que el gobierno de Estados Unidos ha duplicado la recompensa por la detención y entrega de Nicolás Maduro al récord histórico de 50 millones de dólares. Como venezolano me siento avergonzado.






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