El pasado domingo 12 de noviembre fue el debate presidencial en Argentina y si me preguntas si hubo un claro ganador ¿Acaso fue Massa? ¿Será qué ganó Milei? Pues siento desilusionar a los seguidores de ambos candidatos, pues quien realmente ganó fue El Miedo. De hecho, esta palabra, que más que una palabra es un sentimiento terrible, fue el concepto más nombrado por ambos candidatos cuando se les consultó ¿Por qué querían ser presidentes de nuestro país?
La respuesta de Milei fue una invitación para que la gente vaya a votar sin miedo, porque “El
miedo paraliza” y hace que el Status Quo se mantenga. En cuanto a Massa, el candidato y actual ministro de economía, abordó la respuesta dirigiéndose a quienes votan por él “por miedo a las propuestas del otro candidato”.
Yo les diría a los dos “Gracias por preocuparse para que no tenga miedo, pero ahora me dan
terror” … y es que lo que vimos la noche del domingo fue el preámbulo de cuatro años que
serán retadores, por decir lo menos. La realidad es que se evidenció que la política, sin
importar del lado de la grieta en que te sitúes, está divorciada de los problemas de la gente.
¿Murió la grieta?
Una de las frases que dijo Massa al cerrar el debate fue “Quiero ser presidente para demostrar que murió la grieta”. Pues lamento contradecirte Sergio, te diría que la división de los argentinos está más viva que nunca. El fin de semana recordé cuando en Venezuela no se
podía decir por quién votabas pues terminabas siendo atacado; también de las relaciones
familiares y de amistad que se perdieron por culpa del fanatismo que inculcan los políticos a
sus bases.
De hecho, el sábado, 24 horas antes del debate, iba caminando por la Avenida Rivadavia y al
pasar por la esquina de Medrano, había un seguidor de Milei entregando volantes. Cuando de repente una chica en bici, simpatizante de Massa le gritó al hombre: “Asesinos, no tienen
vergüenza”. A lo que el hombre ofuscado, y amagando con perseguirla le respondió: “Chorros (ladrones), HDP, los que no tienen vergüenza son ustedes”.
Pero ese no fue el único incidente. Días antes fui a una cena con amigos, y todo iba genial
hasta que se sentó la política a la mesa. Al ser el único venezolano me comenzaron a consultar temas, tratando cada uno de llevarme a su esquina. Simplemente le contesté lo que vi en Venezuela por muchos años, cuando fui testigo del backstage de la política nacional:
“A los políticos les conviene esto, que la gente se pelee, se fanatice y los defienda a ultranza.
Que la política se convierta en un Boca Vs River (o es un Caracas- Magallanes). Así todos nos
enemistamos y mientras nos peleamos ellos hacen sus negocios sin problema”
Tras mi comentario se volvió incomoda la cena, pues los Mileistas, es decir quienes apoyaban a Milei, me acusaban de zurdos. Los Massistas (simpatizantes de Massa) me tildaban de Facho. Así que en un momento me levanté, inventé una excusa y me fui.
Quiero aclarar que no me fui por miedo, porque miedo y plata nunca tuve. Me marché porque
tengo por norma no pelearme con nadie por política, pues no elijo a mis amigos por su
posición política sino porque les tengo afecto. Ojalá que algún día el miedo y la incertidumbre
de la gente se traslade a los políticos. Debemos terminar de entender que ellos trabajan para
nosotros.
¿Quién ganará las elecciones de próximo domingo 19 de noviembre? No importa, pues lamentablemente vamos a perder todos los argentinos.
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