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El compadre


"La última vez que usted estuvo aquí, no tenía dientes y sin embargo me mordió,.. " Imagen: GDJ, Pixabay

Con el debido respeto para con los amigos que piensan y defienden la tesis de que, las sanciones en contra de los funcionarios chavistas deben ser levantadas, no puedo dejar de preguntar cómo es que, en un país que se encuentra sometido a un criminal proceso sancionatorio, como ellos afirman, haya acontecido uno de los más grandes desfalcos contra el erario público del que se tenga noticia en nuestra era republicana. Para tomármela con soda y estableciendo ciertas similitudes con la propuesta de los amigos, voy a contarles una anécdota que aparentemente le sucedió al general Gómez y la cual me fue referida, hace ya muchos años, por un dirigente histórico de AD.


Acabando de asumir el poder, el hombre de la Mulera, vino a visitarlo un compadre tachirense. El general lo recibió con un fuerte abrazo y viendo el estado de necesidad del pobre hombre, quien ni siquiera dientes tenía, ordenó que le dieran un cheque de 500 bolívares para que se colocara una plancha dental, comprara ropa y se alistara para recibir el cargo de Jefe Civil en un pueblo del Táchira.


Muy contento, el compadre se devolvió para su pueblo, allí se consiguió con un abogado, amigo, a quien le contó sobre el buen recibimiento que le había dispensado su compadre Gómez. El abogado se mostró en desacuerdo con la referida generosidad del dictador, ya que, teniendo éste tanto dinero, solo había entregado a su compadre una irrisoria cantidad. El jurisconsulto tomó el cheque y rápidamente observó que, entre los intersticios de las cantidades, sobraban unos espacios, en los cuales se podían insertar números y letras. Con un elaborado discurso convenció al ingenuo tachirense de que el general tenía tantas ocupaciones, dinero y propiedades que era prácticamente imposible que se diera cuenta de los montos cobrados en los cheques. Una vez obtenido el consentimiento, el timador procedió a agregar un cero a la cantidad escrita, la cual pasó de 500 a 5000 bolívares. La operación bancaria fue completada sin problemas y el objeto de la fechoría fue repartido.


Pasados unos meses, uno de los ayudantes del Benemérito se interesó por un cobro irregular en una de las cuentas del general. Intrigado, le preguntó a Gómez sobre un cheque de 5.000 bolívares que no lograba conciliar. En el curso de las investigaciones lograron detectar que el beneficiario y presunto estafador era el compadre tachirense. El ayudante propuso que mandaran a detener al delincuente, pero el dictador se negó, alegando que el compadre tendría que volver a retirar su nombramiento y allí le arreglaría las cuentas.


Pasados unos días, el mismo funcionario le comunicó al “Bagre” que su compadre había llegado y éste lo mandó a pasar al despacho de gobierno. Cuando se abrió la puerta, se abrió paso un hombre rejuvenecido, bien vestido, con una sonrisa de oreja a oreja que dejaba ver unos dientes relucientes. El visitante extendió los brazos para abrazar a su compadre y éste inmediatamente lo rechazó, diciendo: “¡Alto ahí compadre, no se me acerque, la última vez que usted estuvo aquí, no tenía dientes y sin embargo me mordió, ahora que tiene ese puñado de dientes me puede comer!."


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