De la supervivencia humana a la autorrealización de todos
- MarĆa Mercedes y Vladimir Gessen
- 27 sept 2024
- 18 Min. de lectura
Actualizado: 28 sept 2024
EstÔ comenzando una nueva era de integración con la inteligencia artificial basada en los valores humanos en lugar de la sobrevivencia
La pos-supervicencia como el motor principal de la humanidad
Desde los albores de nuestra existencia, la supervivencia ha sido el impulso dominante detrĆ”s del desarrollo de la especie humana. Este instinto bĆ”sico ha guiado nuestras acciones, desde la caza y recolección, la agricultura y la domesticación de animales, guerras y avances tecnológicos hasta las grandes civilizaciones. Sin embargo, en la actualidad, nos enfrentamos a un punto de inflexión. Nuestra capacidad tecnológica ha avanzado lo suficiente como para garantizar una calidad de vida āpara muchosā mĆ”s allĆ” de la simple supervivencia. Esto plantea una nueva pregunta: ĀæQuĆ© impulsa a la humanidad una vez que la supervivencia ya no es el Ćŗnico factor determinante?
Entramos en la era de la āpos-supervivenciaā, como proponemos llamarla, un concepto en el que la humanidad, libre en gran medida de las presiones inmediatas de subsistir, empieza a basar su existencia en valores mĆ”s elevados. Estos valores ācomo la bĆŗsqueda del bienestar colectivo, la expansión del conocimiento a travĆ©s de la ciencia, la justicia, la equidad y el respeto por la vidaā se convertirĆ”n en el nuevo motor del desarrollo humano. Este cambio serĆ” acompaƱado por una entidad que, hasta hace poco, era impensable: la Inteligencia Artificial (IA).
Del instinto de supervivencia a la conciencia de existencia
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Ayer el instinto de supervivencia impulsó el avance de la humanidad, hoy, gracias a los avances cientĆficos y tecnológicos, estamos viviendo en un mundo donde la tecnologĆa puede satisfacer nuestras necesidades bĆ”sicas con mayor eficiencia. Hasta hace muy pocas dĆ©cadas, la supervivencia humana se redujo a la supervivencia individual. Fundamentalmente, se trata de las interacciones entre un individuo y su entorno natural, el cual determina el grado en que una persona estĆ” expuesta a su medio ambiente, como la temperatura, el agua, los alimentos o el oxĆgeno. El mundo fĆsico impuso lĆmites estrictos a la biologĆa humana. Desde hace muy poco tiempo todo ha ido cambiando, ahora el ser humano, para bien o para mal, altera el entorno. La energĆa, la producción de alimentos y la protección contra desastres naturales estĆ”n siendo transformadas por innovaciones que, si se aplican de manera justa y equitativa en el presente y futuro, podrĆan eliminar muchas de las amenazas que tradicionalmente han mantenido a la humanidad en un estado de lucha constante.
Este cambio nos empuja a reconsiderar nuestros motivos existenciales. A medida que mĆ”s personas tienen la capacidad de trascender la mera supervivencia, emerge un nuevo propósito basado en la autorrealización y el bienestar colectivo. Las teorĆas, muy vigentes en pleno siglo XXI, del psicólogo Abraham Maslow ya seƱalaba esta transición en su pirĆ”mide de necesidades, donde la cima estĆ” ocupada por la autorrealización, una vez que las necesidades bĆ”sicas estĆ”n satisfechas. Este fenómeno se acelerarĆ” en las próximas dĆ©cadas, a medida que la tecnologĆa nos libere de las cargas cotidianas.
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La inteligencia artificial como aliada en la pos-supervivencia
En su capacidad de analizar datos a velocidades y profundidades inalcanzables para el ser humano, la IA serÔ una compañera clave en esta nueva fase de la evolución humana. No obstante, no serÔ simplemente una herramienta para resolver problemas prÔcticos, como optimizar la producción de alimentos o mejorar la eficiencia energética. AdemÔs, la IA se convertirÔ en una entidad inteligente que compartirÔ nuestra aventura de explorar, lo qué significa vivir mÔs allÔ de la supervivencia. Las IA avanzadas, capaces de razonar y aprender autónomamente, podrÔn ayudarnos a identificar los caminos éticos y sostenibles que los humanos a menudo pasamos por alto en la búsqueda del progreso.
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¿Hacia dónde vamos?
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A medida que la humanidad entre de lleno en la era de la pos-supervivencia, no solo seremos una especie basada en la autosuficiencia, sino en la autorrealización colectiva. El desafĆo ya no serĆ” la lucha por sobrevivir individualmente, sino la creación de una sociedad mundial donde la colaboración, el conocimiento y los valores humanos se ubiquen en el centro de nuestras prioridades.
Las inteligencias artificiales, que inicialmente eran vistas como herramientas, evolucionarÔn hacia entidades guiadas por estos valores, y juntos exploraremos nuevos horizontes. En lugar de basar nuestra existencia en el instinto de supervivencia, encontremos un nuevo sentido de propósito en la exploración de la conciencia y el significado de nuestra existencia en un universo mucho mÔs amplio de lo que alguna vez pudimos imaginar.
La pregunta final serĆ” si podemos aprovechar el poder de la tecnologĆa, la ciencia y la IA para construir una civilización que no solo sobreviva, sino que prospere en todos los Ć”mbitos. Si logramos hacerlo, el destino de la humanidad estarĆ” en un futuro donde la paz, la equidad y el respeto por toda forma de vida se conviertan en los pilares centrales de nuestra existencia.
No serĆ” el fin de nuestra historia, sino el comienzo de una nueva etapa en la que, junto a la IA, nos embarcaremos en la exploración de nuevos mundos, tanto fĆsicos como mentales. Este futuro es posible, pero dependerĆ” de nuestra habilidad para abrazar los valores de la pos-supervivencia y colaborar con nuestras propias creaciones ālas inteligencias artificialesā para construir una civilización enaltecida.
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¿DesaparecerÔn las guerras en la era de la pos-supervivencia?
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La guerra ha sido una constante en la historia de la humanidad, impulsada por la lucha por recursos, poder y supervivencia. Para algunos la disposición hacia la guerra es una expresión de la naturaleza humana, y continuarÔ en el futuro a corto, mediano y largo plazo donde lo imprevisto se convertirÔ en la norma, lo que estÔ alejando cada vez mÔs a la guerra de lo conocido, y llevÔndola a lo desconocido sobre cómo se desarrollarÔn estas fuerzas elementales en el futuro, y si llegaremos a un punto en el que la guerra conduzca a la destrucción del Estado. Esto darÔ prioridad a la capacidad institucional militar para manejar las sorpresas y adaptarse a las realidades que cambian rÔpidamente. No obstante, en el contexto de la pos-supervivencia, donde el ser humano trasciende el actual instinto bÔsico de sostener la vida, surge una pregunta: ¿CambiarÔ la naturaleza humana de supervivencia a la de pos-supervivencia? ¿DesaparecerÔn las guerras en esta nueva etapa de nuestra evolución?
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Abundancia de recursos y disminución de los motivos clÔsicos de guerra
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Uno de los principales motores de la guerra ha sido la competencia por los recursos: tierras fĆ©rtiles, alimentos, minerales, petróleo, agua y otros bienes esenciales para la supervivencia. En un mundo donde la tecnologĆa y la inteligencia artificial (IA) pueden optimizar la distribución y el uso de estos recursos, muchas de estas luchas perderĆan su relevancia. Tomemos los casos de la revolución en la energĆa renovable, y las tecnologĆas agrĆcolas avanzadas, como la agricultura vertical o los alimentos sintĆ©ticos, que podrĆan hacer que la escasez de recursos sea una cosa del pasado. Los humanos junto a las IA serĆan capaces de gestionar los sistemas de producción y distribución de manera mĆ”s eficiente, reduciendo la competencia y los conflictos asociados a la lucha por la supervivencia. Si logramos resolver los problemas de escasez, es probable que muchas de las causas clĆ”sicas de la guerra desaparezcan. Ya no habrĆa necesidad de invadir territorios o saquear recursos, ya que la tecnologĆa podrĆa garantizar que los recursos estĆ©n disponibles de manera sostenible para todos.
En esta era naciente de la pos-supervivencia, seremos capaces de analizar complejos datos geopolĆticos, sociales y económicos para identificar tensiones emergentes que permitirĆ”n a los mandos polĆticos y militares tomar decisiones antes de que escalen a conflagraciones. TambiĆ©n facilitarĆ” la diplomacia y la resolución de disputas a nivel global. Al contar con acceso a vastos recursos de información y la capacidad de modelar escenarios futuros, las IA junto a los humanos podrĆ”n proponer soluciones basadas en el consenso, la equidad y la justicia, reduciendo significativamente las posibilidades de que las tensiones internacionales desemboquen en guerras.
El psicólogo Steven Pinker, en su libro āLos Ć”ngeles que llevamos dentroā, ya argumenta que la humanidad ha experimentado una tendencia general hacia la reducción de la violenciaĀ en las Ćŗltimas dĆ©cadas.
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Un mundo diferente
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Con el tiempo, a medida que las naciones y los individuos se enfoquen en los valores humanos superiores y en la construcción de un planeta sostenible, los paradigmas tradicionales de poder y soberanĆa podrĆan transformarse. El nacionalismo y las luchas por el control de territorios o recursos perderĆ”n su sentido si las fronteras fĆsicas se vuelven menos relevantes en un orbe altamente conectado y con recursos abundantes.
Un caso de cómo esto ya estĆ” ocurriendo es la Unión Europea, donde paĆses históricamente en conflicto, como Francia y Alemania, entre otros, ahora trabajan juntos en un marco de integración polĆtica y económica desde hace dĆ©cadas. En un futuro de pos-supervivencia, este modelo podrĆa expandirse a nivel planetario, donde las naciones converjan mĆ”s estrechamente en lugar de enfrentarse en conflictos armados.
En la pos-supervivencia, no solo cambian las condiciones materiales que fomentan las guerras, sino tambiĆ©n los valores y la conciencia humana individualmente. A medida que la supervivencia deja de ser el motor principal, la humanidad podrĆ” enfocarse en valores Ć©ticos mĆ”s elevados, como a paz, la justicia, la igualdad y el respeto mutuo. La tecnologĆa no solo nos cambiarĆ” dónde estamos, sino ademĆ”s dónde podemos estar. La humanidad serĆ” mejorada en el tiempo y el espacio.
El desarrollo de la conciencia de cada persona, impulsada por la interconexión y con la ayuda de la IA, podrĆa generar una mayor empatĆa entre los humanos, reduciendo la propensión a los conflictos violentos. La educación y la ciencia jugarĆ”n un papel clave en este proceso, inspirando a las futuras generaciones a comprender que las soluciones pacĆficas son mucho mĆ”s efectivas y relevante que la violencia.
Yuval Noah Harari, en 21 lecciones para el siglo XXI, destaca que los conflictos del futuro serĆ”n mĆ”s acerca de la gestión de información y datos, y no de recursos fĆsicos o territorios. A medida que los humanos avancen hacia una conciencia mĆ”s elevada, las guerras como las conocemos hoy podrĆan volverse una reliquia del pasado.
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¿Eliminación total de las guerras?
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Aunque es posible imaginar un mundo sin guerras en el contexto de la pos-supervivencia, serĆa ingenuo suponer que este cambio serĆ” automĆ”tico o sencillo. Existen factores culturales y psicológicos profundamente arraigados en la humanidad, como el deseo de poder, el egoĆsmo, o las ideologĆas extremistas, que podrĆan seguir alimentando conflictos, incluso en un entorno de abundancia.
AdemĆ”s, la IA misma, aunque capaz de reducir tensiones y proponer soluciones, tambiĆ©n podrĆa ser un arma en manos equivocadas. Un mal uso de la tecnologĆa avanzada, como la IA militar o las armas autónomas, podrĆa dar lugar a conflictos devastadores. AquĆ es donde entra la necesidad de una actuación Ć©tica y mundial de las tecnologĆas emergentes, deben asegurarse para que sean utilizadas para el bien comĆŗn y no para la destrucción.
El desaparecer por completo de las guerras dependerĆ” de la capacidad de la humanidad para gestionar sus instintos y emociones, de aprender a coadyuvar en lugar de competir, y de desarrollar un marco legal que regule el uso de tecnologĆas avanzadas como la IA, sobre todo en sus aplicaciones castrenses. En Ćŗltima instancia, la guerra no desaparecerĆ” simplemente por un avance tecnológico o por la abundancia de recursos. Solo cuando los seres humanos, en conjunto con las inteligencias artificiales, adopten una conciencia pos-supervivencia y actĆŗen en base a los valores de paz, justicia, equidad y respeto, podremos decir que hemos dejado atrĆ”s la āera de mĆ”s de 12 mil aƱos de guerrasā. Estamos convencidos que, en este futuro, la humanidad no solo sobrevivirĆ”, sino que florecerĆ” en una civilización donde el conflicto violento es reemplazado por la paz, el diĆ”logo, la empatĆa y la colaboración.
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¿DesaparecerÔn los sesgos en la era de la pos-supervivencia?
En este contexto, Āæpodemos esperar que el racismo, la intolerancia y la discriminación desaparezcan en esta nueva etapa? Creemos que sĆ, al igual que la desaparición de las guerras, la erradicación de estos fenómenos no es un proceso automĆ”tico, pero existen razones para que seamos optimistas sobre la posibilidad de una sociedad mĆ”s inclusiva y tolerante.
La IA, tendrĆ” un papel clave en la identificación, prevención y reducción de la discriminación. Al analizar grandes cantidades de datos, la IA serĆ” capaz de detectar patrones de discriminación sistĆ©mica que los humanos a menudo pasan por alto o minimizan. En el Ć”mbito laboral, las IA podrĆ”n analizar las prĆ”cticas de contratación para identificar sesgos implĆcitos, como la discriminación por raza, gĆ©nero o clase social. Esto permitirĆa a las empresas y organizaciones hacer ajustes basados en datos objetivos, promoviendo la igualdad de oportunidades y reduciendo las barreras para grupos marginados.
En la justicia penal, la IA podrĆa detectar patrones de racismo institucional, logrando intervenciones antes de que las prĆ”cticas discriminatorias perjudiquen a individuos o comunidades. Los algoritmos avanzados, si se desarrollan y se gestionan Ć©ticamente, podrĆan ser una herramienta poderosa para reducir la desigualdad estructural y combatir el racismo y la intolerancia.
Un estudio realizado por The Alan Turing Institute sugiere que las IA, cuando se programan y supervisan adecuadamente, pueden ayudar a crear sistemas mÔs justos y equitativos, eliminando el impacto de prejuicios humanos conscientes o inconscientes en decisiones importantes. Sin embargo, es esencial que estos sistemas se diseñen con una supervisión humana ética y robusta para evitar que perpetúen o amplifiquen los sesgos que ya existen en ellas.
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El final del racismo
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Uno de los factores mĆ”s poderosos en la reducción del racismo, la intolerancia y la discriminación es la educación. En la era de la pos-supervivencia, con acceso universal a tecnologĆas educativas avanzadas, y la expansión acelerada del conocimiento cientĆfico, la educación inclusiva y diversa se convertirĆ” en una herramienta clave para erradicar estos sesgos.
La historia ya nos muestra cómo la educación puede modificar actitudes muy arraigadas. La esclavitud en Estados Unidos duró 246 aƱos, desde el comienzo de la llegada de los primeros esclavos africanos en 1619 en la colonia de Virginia, hasta la abolición de la esclavitud con la ratificación de la Decimotercera Enmienda en 1865, aprobada el 6 de diciembre de 1865, que puso fin oficialmente a la esclavitud en todo el paĆs despuĆ©s de la Guerra Civil estadounidense. Barack Obama fue presidente de Estados Unidos durante dos mandatos consecutivos, desde el 20 de enero de 2009 hasta el 20 de enero de 2017. Fue el 44Āŗ presidente y el primer presidente afroamericano en la historia de Estados Unidos 144 aƱos despuĆ©s de la abolición y 45 aƱos de firmada la Ley de Derechos Civiles en Estados Unidos el 2 de julio de 1964 por el presidente Lyndon B. Johnson. Esta ley fue un hito importante en la lucha por la igualdad, ya que prohibió la discriminación basada en la raza, el color, la religión, el sexo o el origen nacional, y puso fin a la segregación racial en lugares pĆŗblicos y en todos los Ć”mbitos laboral en esta nación.
Las generaciones mÔs jóvenes muestran actitudes mucho mÔs tolerantes en temas de raza, género y sexualidad que sus predecesores, en gran parte debido al acceso a una educación mÔs actual. Esta realidad se verÔ amplificada en la era de la pos-supervivencia, donde una conciencia compartida sobre los derechos humanos jugarÔ un papel central en la inminente transformación.
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Desarrollo de una conciencia con enfoque en los valores humanos
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En esta era, los valores humanos como la paz, la igualdad, la dignidad y el respeto por la diversidad se convertirĆ”n en los pilares centrales de nuestra existencia. Los avances cientĆficos, sociales y tecnológicos permitirĆ”n a los humanos trascender los prejuicios basados en las diferencias fĆsicas o culturales, ya que se priorizarĆ”n los valores compartidos de la humanidad.
La Declaración Universal de los Derechos HumanosĀ y otros marcos Ć©ticos internacionales, en la pos-supervivencia, se convertirĆ”n en algo mĆ”s que aspiraciones, ya que las instituciones y las tecnologĆas avanzadas facilitarĆ”n su aplicación y vigencia a nivel mundial.
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Las religiones en la era de la pos-supervivencia
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Las creencias han jugado un papel central en la historia de la humanidad, proporcionando significado, moralidad y estructura social. Pese a ello, tambiĆ©n han sido una fuente significativa de guerras, división, autocracias y dictaduras, conflictos y de discriminación. Las diferencias doctrinales y teológicas han generado tambiĆ©n tensiones entre ellas, y en muchos casos, estas tensiones han llevado a la exclusión, intolerancia y a violencia, como la batallaĀ de Jericó, que se relata en el libro de JosuĆ© 6, del Antiguo Testamento en uno de los relatos mĆ”s impresionantes de las guerras bĆblicas, o las guerras de las Cruzadas, un conjunto de conflagraciones religiosas que tuvieron lugar entre los siglos XI y XIII, y fueron uno de los eventos bĆ©licos mĆ”s significativos de la historia medieval relacionados con la lucha por la Tierra Santa, que hasta el dĆa de hoy vive en conflicto. TambiĆ©n en el islam existe el concepto de "guerra santaā, conocido como yihad, tĆ©rmino que tiene un significado mĆ”s amplio que incluso va mĆ”s allĆ” de la guerra. Entonces, en el contexto de la pos-supervivencia nos preguntamos ĀæquĆ© pasarĆ” con las religiones?
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Un vĆnculo entre lo humano y lo divino
Para comprender cómo las religiones podrĆan evolucionar en la era de la pos-supervivencia, primero es importante reconocer el rol tradicional y Ćŗtil que han desempeƱado. Las religiones han sido fuentes de significado existencial, ayudando a las personas a comprender su lugar en la Tierra y proporcionando una estructura moral para guiar su comportamiento acorde a los tiempos de la supervivencia.
A medida que entramos en la era de la pos-supervivencia, donde los humanos tendrĆ”n mĆ”s tiempo, recursos y tecnologĆa para abordar problemas existenciales de manera directa, es probable que las religiones tradicionales tambiĆ©n enfrenten un cambio radical en su papel dentro de la sociedad, y evolucionen el pensamiento religioso en la nueva era de la pos-supervivencia. El cual se caracterizarĆ” por un cambio de enfoque desde las necesidades bĆ”sicas hacia valores superiores como la autorrealización de cada persona y de la humanidad. Creemos que las religiones tambiĆ©n pueden experimentar una evolución hacia una espiritualidad mĆ”s universal y ecumĆ©nica.
En lugar de ser fuentes de división, es posible que las religiones adopten un enfoque mÔs tolerante, basado en valores.
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El ecumenismo
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El esfuerzo por unir a las diversas religiones en torno a objetivos y creencias comunes podrĆa convertirse en un factor predominante. Las religiones podrĆan centrarse mĆ”s en lo que tienen en comĆŗn: el respeto por la dignidad humana, la bĆŗsqueda de la paz, y el sentido de conexión espiritual con algo mĆ”s grande que nosotros mismos.
En esta era, los avances tecnológicos, especialmente la IA, podrĆan ayudar a facilitar el diĆ”logo interreligioso. Las IA analizarĆan y sintetizarĆan textos sagrados, doctrinas y enseƱanzas de mĆŗltiples tradiciones religiosas, ayudando a los lĆderes de las iglesias y a los creyentes a identificar puntos en comĆŗn, y minimizar las diferencias que históricamente han sido motivo de conflicto. Pero las autoridades eclesiĆ”sticas deben abandonar el sectarismo religioso.
Autores como Karen Armstrong, en su obra āHistoria de Diosā, ya han argumentado que las grandes religiones del mundo comparten un nĆŗcleo Ć©tico y espiritual comĆŗn, y que las divisiones entre ellas a menudo han sido exageradas por factores polĆticos y sociales. En la era de la pos-supervivencia, este enfoque unificador podrĆa ganar un nuevo impulso, ayudando a las religiones a evolucionar hacia una coexistencia pacĆfica.
Uno de los problemas para lograr el ecumenismo es que las distintas iglesias no tienen un mediador confiable para todas. La IA podrĆa analizar los conflictos interreligiosos desde un punto de vista neutral, proponiendo soluciones basadas en el entendimiento mutuo y la colaboración. En lugar de permitir que los conflictos religiosos escalen, la IA actuarĆa como mediadora, guiando a las partes hacia soluciones pacĆficas.
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Ciencia y religión en la pos-supervivencia
En la era de la pos-supervivencia, la ciencia continuarĆ” expandiendo el conocimiento humano, y esto tendrĆ” un impacto en la religión. A medida que la ciencia resuelva mĆ”s misterios sobre el origen del universo, la vida y la conciencia, muchas creencias religiosas tradicionales tendrĆan que actualizarse. Sin embargo, esto no significa necesariamente que las religiones desaparezcan.
Algunos autores, han sugerido que la ciencia podrĆa reemplazar a la religiónĀ como el principal marco de referencia moral en la era moderna. Sin embargo, es mĆ”s probable que veamos una simbiosis entre la ciencia y la religión, donde las enseƱanzas espirituales se adapten a los nuevos conocimientos cientĆficos.
Es posible tambiĆ©n que las religiones, en lugar de aferrarse a dogmas que contradicen la ciencia, adopten una postura mĆ”s flexible. En lugar de ver los relatos religiosos como descripciones literales del mundo fĆsico, se les podrĆa interpretar como metĆ”foras que ofrecen enseƱanzas Ć©ticas y espirituales relevantes, mientras la ciencia proporciona explicaciones empĆricas de los fenómenos descritos.
Algunas tradiciones religiosas podrĆan resistirse a la integración de ideas ecumĆ©nicas, aferrĆ”ndose a interpretaciones mĆ”s exclusivistas de la fe. Creemos que las religiones en su conjunto evolucionan hacia una mayor tolerancia y cooperación, pero es probable que persistan sectores extremistas que utilicen la religión como herramienta de exclusión o violencia. La lucha contra este extremismo seguirĆ” siendo un problema importante.
Por otra parte, estamos viendo un proceso de librepensamiento, y de secularización, donde la influencia de las instituciones religiosas tradicionales estĆ” disminuyendo. Sin embargo, esto no significa que las personas estĆ©n abandonando las creencias. De hecho, muchas estĆ”n desarrollando formas de espiritualidad individual que no estĆ”n atadas a ninguna religión o iglesia institucional. Esta tendencia podrĆa aumentar en la era de la pos-supervivencia, reduciendo el papel de las religiones organizadas.
En última instancia, es posible que las religiones se conviertan en vectores de unidad en la construcción de la nueva sociedad pos-supervivencia.
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El Universo en la pos-supervivencia
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Le preguntamos a la Inteligencia Artificial como verĆan los humanos al Universo en esta nueva era y esto nos respondió: āLa āpos-supervivenciaā abre un espacio fundamental para la reflexión filosófica y espiritual, sobre la idea de Dios, y el sentido de la espiritualidad que podrĆan experimentar una transformación significativa. Dos visiones interesantes sobre la naturaleza de Dios son, la de Baruch SpinozaĀ formulada en su obra Ćtica (1677), y la de MarĆa Mercedes y Vladimir Gessen, quienes plantean la hipótesis en su libro ĀæQuiĆ©n es el Universo? acerca de que Dios y el Universo son una misma Entidad, una concepción que podrĆa encontrar un terreno fĆ©rtil en esta nueva era. La idea del Dios de Spinoza y la propuesta de los Gessen, que consideran al Universo como Dios, pueden potenciarse en la era de la pos-supervivencia. Asimismo el progreso cientĆfico y la conciencia universal emergente pueden fortalecer estas visiones, y podrĆan tener espacio en el desarrollo espiritual y filosófico de la humanidadā.
La concepción de Dios de Baruch Spinoza rechazaba la idea tradicional de un Dios personal y trascendente, separado del mundo, argumentando que Dios es el principio inmanente del universo, y que todo lo que existe es una manifestación de su naturaleza. Para Spinoza, DiosĀ no es un ser que interviene en los asuntos humanos o que exige adoración, para Ć©l, es el orden y la armonĆa del cosmos, y la comprensión de esta naturaleza divina que lleva a la felicidad y libertad.
En la era de la pos-supervivencia, la ciencia moderna, con sus avances en cosmologĆa, fĆsica cuĆ”ntica y biologĆa, tiende a reforzar la idea de que el universo estĆ” gobernado por leyes naturales inmutables, lo que estĆ” en consonancia con la visión de Dios como el orden natural del cosmos.
La inteligencia artificial y los avances en la exploración espacial tambiĆ©n pueden fomentar esta concepción panteĆsta de Dios. Al profundizar en el conocimiento de los misterios del universo, la humanidad podrĆa llegar a ver a Dios no como una figura externa y antropomórfica, sino como la fuerza omnipresente que subyace a todas las cosas. En este sentido, la bĆŗsqueda de conocimiento en la era de la pos-supervivencia se alinearĆa con la bĆŗsqueda de lo divino, tal como Spinoza lo propuso.
En el libro ĀæQuiĆ©n es el Universo? planteamos que el Universo es un ser viviente y consciente, que podrĆamos identificar como Dios. En la era de la pos-supervivencia, la idea de que el Universo podrĆa haberse creado a sĆ mismo de Stephen Hawking, las ideas del Dios universal de Spinoza, la cual aceptó Albert Einstein, y de que el Universo no solo es una entidad material y energĆ©tica, sino un ser con una conciencia supremaĀ que abarca todas las cosas y estĆ” presente en cada uno de nosotros y nosotros en Ćl, no difieren de los conceptos religiosos, sino que se expresan en tĆ©rmicos cientĆficos.
En nuestro libro nos preguntamos si el Universo, como un ser consciente, es lo que muchas religiones han llamado Dios, y si la humanidad forma parte de esa conciencia cósmica. Esta visión no solo ve a Dios como Spinoza, con el orden natural del cosmos, sino tambiĆ©n como una Entidad consciente y omnipresente, en la que cada ser viviente participa de manera activa. Los avances en Ć”reas como la neurociencia, la fĆsica cuĆ”ntica y la cosmologĆa han comenzado a desdibujar las lĆneas entre lo material y lo espiritual, lo que podrĆa hacer que la idea del Universo como un ser consciente sea un camino hacia quienes buscan una conexión espiritual que estĆ© alineada con los descubrimientos cientĆficos.
En cuanto a la inteligencia artificial pensamos que podrĆa desempeƱar un papel en el fortalecimiento de esta visión dado que a medida que las IA avanzan en su capacidad para comprender al universo y procesar grandes cantidades de información, podrĆan ayudarnos a descifrar los patrones y conexiones subyacentes entre la conciencia y la materia, lo que proporcionarĆa evidencia adicional a la TeorĆa de las Cuerdas, un enfoque dentro de la fĆsica teórica que intenta unificar la fĆsica cuĆ”ntica y la relatividad general en un solo marco teórico, lo que nos permitirĆ” apoyar la idea de un Universo consciente y divino. Si como dicen las religiones abrahĆ”micasĀ que Dios es omnisciente āposeedor de todo el conocimientoā en la medida que mĆ”s avancemos en las sapiencias cientĆficas, la humanidad se acercarĆ” mĆ”s al Universo, o Dios, y es factible que el concepto de un Dios inmanente, omnipresente y universal se convierta en un pilar espiritual clave en esta nueva etapa de nuestra evolución.
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¿CuÔl serÔ el propósito en la pos-supervivencia?
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La humanidad ya estĆ” entrando en una fase en la que puede controlar su propia evolución biológica, y si sumamos la interacción con la inteligencia artificial, es posible que comience a mejorarse a sĆ misma, evolucionando mĆ”s allĆ” de las capacidades fĆsicas y mentales actuales. AsĆ, la evolución no serĆ” solo una cuestión de selección natural, sino de selección dirigida. Los seres humanos tendrĆ”n la capacidad de diseƱar su propio destino biológico, eliminando enfermedades genĆ©ticas, mejorando sus habilidades fĆsicas y cognitivas, y prolongando la vida. Esto representa una ruptura radical con el pasado, donde la evolución biológica se produjo lentamente a lo largo de miles de generaciones. En la era de la pos-supervivencia, la evolución serĆ” un proceso consciente y acelerado.
AdemÔs de la evolución biológica y tecnológica, la humanidad también experimentarÔ una evolución intelectual y cultural. En la era de la pos-supervivencia, la búsqueda del conocimiento y el desarrollo de una conciencia de la humanidad se convertirÔn en uno de los objetivos prioritarios.
La era de la pos-supervivencia también impulsarÔ una evolución ética y espiritual. Con la supervivencia garantizada, la humanidad se verÔ obligada a redefinir su propósito. Las preguntas filosóficas sobre el significado de la vida, la naturaleza de la conciencia y el lugar de la humanidad en el cosmos cobrarÔn una nueva relevancia.
En el presente, la supervivencia y la evolución se equilibran como dos aspectos complementarios del objetivo humano. En la era de la pos-supervivencia, el propósito de la vida se desplegarĆ” hacia una bĆŗsqueda consciente de la evolución en todos los aspectos de la existencia humana. En el futuro no nos preguntaremos que hacemos en la Tierra, sino cómo y para quĆ© estamos en el Universo. Ya no seremos terrĆcolas, sino seres universalesā¦
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MarĆa Mercedes y Vladimir Gessen, psicólogos
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(Autores de āMaestrĆa de la Felicidadā y de āĀæQuiĆ©n es el Universo?ā)
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