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Cómplice en el secuestro de sus “indulto-sobrinos”


Los llamados “indulto-sobrinos”, ya sin el prefijo que tanto los estigmatizó. Y en la calle. Libres cual brisa mañanera. Como si no hubiesen roto ni un solo plato. Todo por obra y gracia de Mr. Biden.


Habían sido víctimas de un “secuestro” perpetrado por la “Drug Enforcement Administration”, DEA.. Pero lo más grave: La tenebrosa agencia gringa contó en la comisión de tal delito, con la complicidad de nadie más, ni nadie menos que, del Narcotío. A éste, por lo pronto, Mr. Biden, no lo ha indultado. Ni de sus supuestos crímenes. Ni de ser llamado como lo llaman, cognomina ex virtute. Pero el susodicho míster, no “aguanta dos pedidas”. Perdón, lo que no aguanta, son dos barriles de petróleo.


Doña Cilia, desde un comienzo calificó de secuestro la detención de sus amadísimos parientes -los pobres- por las autoridades de EE. UU. (“BBC”, enero 13, 2016); Diosdado y su carnal, Rodríguez Gómez, entonces presidente de la Asamblea Nacional y Vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela, respectivamente, se pronunciaron en idéntico sentido ¿Por lamebotas o por mofarse del sufrimiento de la doñita? Porque bobos tampoco son ( “La Voz de América”, noviembre 17 de 2015 y “El Universal” de México, julio 25, de 2015). Finalmente, “Telesur TV”, vocera oficial del desgobierno usurpador, después del polémico intercambio de presos (¿?) de secuestrados (¿?) de víctimas (¿?) de malandrines (¿?) ratificó la tesis del hipotético, rapto.


La Asamblea Nacional de Venezuela, período 2005-2011, producto del fraude electoral orquestado por Chávez, en retribución, siempre le fue muy sumisa. Lo confirma la Ley contra el Secuestro y la Extorsión que promulgó, verdadera letra muerta. Sobre todo, cuando quienes la infringen son los roboLucionarios o sus amigotes.

Veamos:

Es ilegal pagar rescate a cambio de la libertad de un rehén (artículo 26). Si a usted -Dios lo guarde, apreciado lector- le secuestran un ser querido, no solo tiene prohibido entregar dinero para que lo suelten, sino que si desacata tal mandato se convierte en cómplice de los secuestradores. Lo que lo haría merecedor de prisión, entre seis años y varios meses, mínimo y 20 años, bien redondos, como máximo. Si en lugar de dinero, el canje es de personas, opera la misma pena ( artículos 3, 8 y 11). Salvo que, el infractor sea el Narcotío y que los liberados sean sus sobrinos, porque los miembros de esa familia, tienen derecho a la impunidad y valga el oxímoron.

Los Angeles Times”, en relación con el cambalache de los, "indulto-sobrinos", por siete ciudadanos norteamericanos, informó lo siguiente: “El intercambio de presos tuvo lugar el sábado en la isla caribeña de San Vicente y las Granadinas, gobernada por un aliado de Maduro, revelaron a la Associated Press, tres personas en Venezuela enteradas de la operación. Según funcionarios del gobierno de Mr. Biden, cada uno de los dos grupos de prisioneros, llegó en vuelo especial desde el país de su reclusión”. "Al mejor estilo Pedro Navaja", y esto del “estilacho” no lo ha publicado el “L.A. Times”, sino lo afirmamos, nosotros.


En EE. UU., esas operaciones por odiosas que nos resulten, son legales, pero en Venezuela, como lo hemos demostrado con holgura, son ilícitas y sus muñidores, vulgares secuestradores, en grado de complicidad.


El más reciente Informe de la "Misión Independiente sobre el Establecimiento de los Hechos en Venezuela, 2022" lo corrobora: El gobierno usurpador de Venezuela, es una montonera de asesinos, torturadores, corruptos, ecocidas, comanditarios de los narcoterrorismos, iraní y del ELN; de violadores de los DD. HH., de los pueblos indígenas. Pero siempre se puede descender un escalón más bajo, en los avernos.


¡Acabar de cómplice, secuestros de sus propios sobrinos a la vez de causa y efecto de estos últimos porque si un mal tío, no hay peores "indulto-sobrinos".


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