No han pasado ni 24 horas desde que se conocieron los resultados de las elecciones presidenciales en Argentina, pero ya la sociedad en su conjunto está pensando en lo que será el balotaje previsto para el domingo 19 de noviembre y que enfrentará al actual ministro de Economía, Sergio Massa, y al candidato ultraliberal Javier Milei.
Con prácticamente la totalidad de las mesas escrutadas, el peronista Massa –quien representa al gobierno en el espacio político conocido como Unión por la Patria- obtuvo el 36,68 % de los votos válidos, mientras que Milei el 29,98 %. En tercer lugar, y lejos de la segunda vuelta electoral, quedó la referente de la oposición de centro derecha, Patricia Bullrich, con el 23,83 %.
De acuerdo con analistas de distintos espacios políticos consultados por la Voz de América, el resultado de la elección se convirtió en una sorpresa dado que Milei era el principal favorito a quedarse con la contienda. Incluso muchos esperaban que dentro de su partido La Libertad Avanza que Milei habría podido ganar en primera ronda. Pero no ocurrió.
Ahora, a menos de un mes de la segunda vuelta electoral, se abre un abanico de escenarios totalmente distintos a los esperados antes.
“Tanto Massa como Milei intentarán seducir al electorado que se quedó con el resto de los candidatos”, expuso en entrevista con la VOA el consultor político Carlos Farah.
La búsqueda para tejer alianzas
Muestra de la necesidad de tender puentes con el electorado que eligió por candidatos que quedaron fuera de la contienda, Massa y Milei decidieron tener un discurso moderado en la noche del domingo, distinto al que venían manteniendo en las últimas semanas de campaña.
“Vamos a construir una nueva etapa de nuestra política argentina, el 10 de diciembre (fecha en la que asume el próximo presidente), voy a llamar a un gobierno de unidad nacional”, expresó el actual ministro de Economía frente a miles de seguidores que lo arengaban.
Por su parte, el líder de La Libertad Avanza aseguró que se encuentra “frente a la elección más importante de los últimos 100 años”, al tiempo que agregó: “Si no trabajamos juntos nos hundimos, tenemos que trabajar juntos para terminar con la corrupción y con el hambre”.
En diálogo con la VOA, la politóloga y analista Geraldine Dana consideró que, en su discurso, “Milei dejó de lado la postura de romper con la casta política para volcarse a uno más tradicional de anti peronismo con la intención de seducir al electorado de Bullrich que no quiere votar por Massa”.
Esta postura dialoguista también quedó en evidencia con el candidato oficialista. “Massa viene hablando de un gobierno de unidad nacional y ahora tiene la posibilidad de hablar de uno de unidad democrática para ir a buscar los viejos votantes de Horacio Rodríguez Larreta, de la centro derecha, los renuentes de Bullrich como así también los de Juan Schiaretti, cuarto en los resultados, y de la izquierda”.
Una frase pinta el panorama de pies a cabeza: “Massa va a llamar hasta el último personaje de la política argentina para convencerlo de que lo tienen que acompañar a él, desde antes de las elecciones ya había dialogado con referentes del PRO, el partido de Mauricio Macri”, explicó el analista Carlos Farah.
El rol de una oposición dividida
“Para Juntos por el Cambio, el principal espacio opositor encabezado por Bullrich y que aspiraba a llegar al balotaje, el resultado es una debacle electoral que pocos esperaban”, indicó el analista y consultor Patricio Giusto, quien valoró además que ese espacio político está conformado por distintos sectores. “Posiblemente cada uno tenga un comportamiento distinto”, añadió.
Si bien es cierto que “no se puede calcular el movimiento del electorado como una matemática exacta”, tal como advierte Manuel Alejandro Rayran, docente e investigador de la Universidad Externado de Colombia, los ojos estarán puestos en las declaraciones que tengan los principales líderes de la oposición para volcarse por un candidato u otro.
Para Alejandro Catterberg, director de la consultora Poliarquía, “se rompe la polarización entre macrismo y kirchnerismo que tan presente estuvo en la Argentina en la última década”. Es allí donde, a su modo de ver, Sergio Massa puede buscar acuerdos entre los más moderados, y por eso el llamado de ayer a una “unidad nacional”.
En la lectura del analista Patricio Giusto, “una parte del electorado de Horacio Rodríguez Larreta ya en esta general votó por Massa”.
La negociación que tanto Milei como Massa establezcan con los dirigentes que quedaron fuera de la contienda tendrá que tener un ojo en la distribución partidaria del congreso nacional y de las provincias, consideró en diálogo con la VOA el consultor Iñaki Martínez Soria.
Esto es porque ningún espacio tendrá mayoría en el parlamento y las gobernaciones del país quedaron muy distribuidas con distintos colores políticos.
La mirada puesta en la economía
Argentina sufre la peor crisis económica de los últimos 20 años, con una inflación interanual cercana al 140 %, una pobreza que llega al 40,1 % de la población según cifras oficiales y una tasa de empleo informal que asciende a niveles históricos, tal como publicó la Organización Internacional del Trabajo en su último reporte global.
Se le suma la devaluación constante del peso argentino frente al dólar estadounidense, lo que empuja el proceso inflacionario, y un déficit fiscal que ninguno de los últimos gobiernos pudo corregir a pesar de los constantes pedidos del Fondo Monetario Internacional (FMI).
En este contexto, los ojos de los próximos días estarán puestos en ver cuál es la reacción del mercado ante los resultados electorales de este domingo. A primera hora del lunes los bonos soberanos argentinos habían caído hasta un 10 % y el dólar libre, conocido como “blue”, se había mantenido ciertamente estable en comparación a la cotización del viernes.
“Sólo faltan tres semanas para la próxima elección y este poco tiempo le puede jugar a favor a Sergio Massa por dos motivos”, consideró el analista Giusto.
“Primero, porque Milei se dijo cosas muy fuertes con los otros referentes de la oposición y le será difícil recomponer el vínculo tan rápido. Y, segundo, porque no hay mucho tiempo para que la economía siga rompiéndose como sucedió en los últimos meses”.
Además, el mismo consultor entiende que el actual ministro de Economía “todavía tiene herramientas a su disposición para implementar controles sobre el dólar que eviten su suba y para continuar con el llamado ‘plan platita’ que tantos resultados le dio”, haciendo referencia a los múltiples anuncios económicos e impositivos del gobierno que favorecieron a la clase media trabajadora, histórico electorado del peronismo.
Prácticamente todos los analistas consultados por la VOA consideraron que las elecciones todavía están abiertas, que no hay ningún resultado escrito y que, a 40 años del regreso a la democracia en la Argentina, una vez más serán los ciudadanos quienes el 19 de noviembre elijan con su voto al presidente por los próximos cuatro años.
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