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Venezuela reportó en enero 13 fallecidos por COVID-19 y 983 contagios


Venezuela reportó en enero 13 fallecidos por COVID-19 y 983 contagios. Foto: Pixabay

Según las cifras oficiales, en enero Venezuela reportó 983 contagios de COVID-19 y 13 fallecidos por razones asociadas a la pandemia que, el 31 de enero, llegó a los 1.031 días con un saldo de 551.587 contagios y 5.845 fallecidos


Los estados más afectados en enero fueron: Aragua, Carabobo y Miranda.


Disminuyen los controles


El primero de enero, el Instituto Aeropuerto Internacional de Maiquetía (IAIM), a través de su cuenta en la red social Twitter, anunció que, a partir de ese momento no exigirían la prueba PCR para ingresar a Venezuela desde el exterior. Esta prueba permitía detectar los viajeros contagiados.


Como medida preventiva, desde entonces, las autoridades sanitarias exigen a los viajeros que ingresan a Venezuela el certificado de vacunación contra el COVID-19 en formato físico o digital con código QR cuya última dosis debe ser, al menos, 14 días antes de la fecha de ingreso al país; además, debe haber cumplido más de 270 días después de la última dosis del esquema completo. También se pide una dosis de refuerzo.


Venezuela cerró diciembre de 2022 con un total de 3.037 casos de COVID-19, de los cuales 1.633 se contabilizaron como contagios comunitarios y 1.404 como importados, de acuerdo con las cifras de los voceros del Estado.


No se debe bajar la guardia


Las medidas de bio seguridad van desapareciendo en Venezuela de manera paulatina. En algunos centros comerciales y otros lugares de concentración continúan exigiendo la mascarilla pero cada día se ve menos. Es el reflejo de una actitud optimista por lo que el pasado 4 de enero, en rueda de prensa el director general de la la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, advirtió que "el COVID-19 sigue siendo peligroso pero con las medidas adecuadas la emergencia podría terminar este 2023."


Agregó que persisten las “grandes desigualdades en el acceso a las pruebas, el tratamiento y la vacunación” y “que, en definitiva, el COVID-19 sigue siendo un virus peligroso para nuestra salud, nuestras economías y nuestras sociedades en general”.


Finalizó con una nota de optimismo: “No cabe duda de que el COVID-19 seguirá siendo un importante tema de debate, pero creo y espero que con los esfuerzos adecuados este sea el año en que la emergencia de salud pública termine oficialmente”.


Todo podemos poner de nuestra parte para que se concreten esos "esfuerzos adecuados" para que el 2023 sea el final de la emergencia que ocasionó el COVI-19.



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