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Venezolanos por el Mundo: Se satura sistema para solicitud de asilo en EEUU


Se satura sistema para solicitud de asilo en EEUU Foto: VOA

Horas antes del amanecer, los migrantes en uno de los refugios más grandes de México despiertan y se conectan en línea, con la esperanza de asegurar una cita para tratar de solicitar asilo en Estados Unidos. Unas 100 personas, en forma simultánea, buscan alcanzar la meta en sus teléfonos celulares. Según reporte de VOA, hay citas nuevas disponibles cada día a las 6 a.m., pero los migrantes se ven obstaculizados por los mensajes de error de la aplicación móvil CBPOne del gobierno de Estados Unidos, que ha estado sobrecargada desde que la administración Biden la lanzó el 12 de enero. Muchos no pueden iniciar sesión. Otros pueden ingresar su información y seleccionar una fecha, sólo para que la pantalla se congele en la confirmación final. Algunos reciben un mensaje que dice que deben estar cerca de un cruce con Estados Unidos, a pesar de que ya están en la ciudad fronteriza más grande de México. En el albergue Embajadores de Jesús, en Tijuana, solo dos de más de 1.000 migrantes obtuvieron citas en las primeras dos semanas, afirma Gustavo Banda, el director. CBPOne vino a reemplazar un mosaico opaco de exenciones a una orden de salud pública conocida como Título 42, bajo la cual el gobierno de Estados Unidos ha negado los derechos de los migrantes a solicitar asilo desde marzo de 2020. Las personas que han llegado de otros países aguardan en México a la espera de una exención o un cambio de política, a menos que intenten cruzar ilegalmente a Estados Unidos. Si la app tiene éxito, los solicitantes de asilo podrían utilizar CBPOne —incluso si se levanta el Título 42— como una alternativa segura y ordenada a la entrada ilegal, que alcanzó el nivel más alto jamás registrado en Estados Unidos en diciembre. También podría desalentar los grandes campamentos en el lado mexicano de la frontera, donde los migrantes se aferran a esperanzas irreales.


Migrantes denuncian engaños de autoridades migratorias en el sur de México


Migrantes varados en la frontera sur de México denunciaron este martes 31 de enero, que las autoridades del Instituto Nacional de Migración (INM) los engañan con documentos que les impiden abandonar Chiapas, estado en el límite con Guatemala. Originarios de República Dominicana, Venezuela, Ecuador, Colombia, Cuba, Haití y del Triángulo del Norte de Centroamérica explicaron a EFE que los agentes les dan documentos con la promesa de regularizar su estancia en México, pero en realidad los dejan “atrapados” para que no transiten hacia Estados Unidos. Desde hace una semana, las autoridades federales implementaron operativos para controlar la migración irregular y darles documentos, pero los migrantes afirmaron que solo les permiten llegar a Arriaga, municipio ubicado a unos 247 kilómetros del municipio fronterizo de Tapachula. En el parque central Miguel Hidalgo de Tapachula, las autoridades están asegurando a familias y después las llevan en furgonetas a la estación migratoria Siglo 21, una de las mayores del país, donde definen su situación jurídica o su deportación.


La protesta de migrantes venezolanos desalojados de un hotel en Nueva York


Migrantes venezolanos llegados recientemente a Nueva York duermen hace dos días en la calle, pese al frío invernal, en protesta por haber sido desalojados del hotel en Manhattan que les servía de refugio, para ser enviados a otro albergue que según ellos no reúne las condiciones para vivir. "Allí no hay calefacción y está haciendo frío, los colchones se hunden, las camas están muy pegadas y no sabes a quién tienes al lado; no hay dónde guardar las pertenencias y tienes que cruzar la calle para bañarte y hacer fila", denunciaron a Efe varios migrantes, algunos de los cuales han pasado previamente por otros albergues proporcionados por la alcaldía. Casetas de campaña, maletas, ropa, cobijas o bicicletas son las pertenencias de estos airados migrantes, todos hombres, frente al hotel Watson, en la conocida zona de Hell’s Kitchen, donde han vivido por meses tras su llegada a Nueva York, muchos enviados a la ciudad en autobuses por el gobernador de Texas, Greg Abbott.

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