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Richard Páez, un migrante irreverente de corazón vinotinto


En Orlando, EE.UU. Richard Páez afirma que está viviendo "una etapa familiar que nunca había tenido porque siempre estaba viajando". Foto: Wikipedia

“Tenemos que restituir la Venezuela que merecemos y eso lo logramos poniéndonos la camiseta vinotinto. A los venezolanos que estamos afuera y los que están adentro les digo, colóquense la camiseta de nuestro país con orgullo y hagan cosas para cambiar, de esa manera nos vamos a reencontrar en un futuro para reconstruir a Venezuela”.


Comenzamos precisamente con la frase que usó Richard Páez Monzón para culminar la entrevista especial por el primer aniversario de Radio Migrante . Un llamado de unión y orgullo nacional desde el corazón de un hombre que, aseguró nunca haber querido salir de Venezuela, pero que desde 2020 pasó a formar parte de la estadística de más de 7 millones de venezolanos alrededor del mundo.


El doctor, recordando que se graduó de médico cirujano en la Universidad de Los Andes (ULA) y tiene un postgrado en traumatología en Argentina, conversó con Andrés Cañizález sobre fútbol, el reto que le significó tener la responsabilidad de cambiar la historia del balompié venezolano y su vida ahora como migrante y feliz abuelo en ejercicio de sus funciones.


Estoy en Orlando, Estados Unidos, junto a mi esposa. Nos vinimos en 2020 aprovechando que mi hijo Ricardo David trabaja como entrenador en el Cincinnati FC, entonces nos quedamos acá con mi nieta apoyándolo mientras él está en otra ciudad. Estoy viviendo una etapa familiar que nunca había tenido porque siempre estaba viajando. Ahora soy un abuelo con total autonomía”.


Richard Páez es una figura indispensable en el deporte venezolano. Tiene una historia con

particularidades pero a la vez similar a decenas de las que hemos tenido a lo largo del primer año de Radio Migrante. La pandemia de COVID-19, lo llevó a tomar la decisión de no correr riesgos en un país que ama, pero cuya crisis complicaba el control de un virus que golpeaba

fuertemente hasta a los países del primer mundo.


“Mi migración se dio por una alineación de circunstancias. En 2020 dirigía a Mineros cuando

comenzó la pandemia y todo cambió. Decían que era una gripecita, pero yo siendo médico tenía claro que no era así y a mi edad no quise exponerme. Nos vinimos a Estados Unidos y decidimos quedarnos”.


El irreverente que cambió el sentido del color vinotinto



El diccionario de la Real Academia Española conceptualiza la palabra “irreverente” como

“contrario a la reverencia o respeto debido”. Precisamente esta palabra es una marca registrada del proceso de Richard Páez, la misma con la que asegura haber motivado a un grupo de jugadores a los que solo les faltaba confianza.


A partir del 2001 logramos una transformación trascendental en la vinotinto, un equipo

catalogado como 'cenicienta'. Fue allí cuando un técnico venezolano, futbolista venezolano que vivió en carne propia las goleadas de escándalo, introdujo un mensaje retador a los jugadores. Les dije que tenían que ser irreverentes al ponerse la camiseta nacional”.


Aquel reto que cataloga como “inspirador y emocional” sirvió para que esa generación lograra lo impensado. Vencer a Uruguay en el Centenario, derrotar a Colombia en Barranquilla y a Chile en Santiago.


Mis jugadores sabían que cuando se ponían la camiseta vinotinto representaban a todo un país, inclusive a aquella generación que aún no había nacido pero que crecería viendo a una selección ganadora”.


Así fue, desde fuera de la Venezuela que lo vio nacer, crecer y desarrollarse ve cómo ese color representa la esperanza, el arraigo por el país y hasta a una migración que desde muchos países alrededor del mundo sigue saliendo a la calle con su camiseta vinotinto puesta.


Con esta entrevista a Richard Páez Monzón, Radio Migrante culminó un mes aniversario de muchas sensaciones y compromiso.


Seguiremos acompañando a la migración venezolana, exaltando los valores de una migración que, como lo dijo Richard Páez en su mensaje final, va por el mundo buscando una vida mejor con la vinotinto encima.

Enrique Rondón Nieto / Nota de Prensa


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