En agosto de 1999, Vladimir Putin fue nombrado primer ministro de la Federación Rusa, luego a finales de ese mismo año sustituyó al presidente enfermo Boris Yeltsin, de tal manera que tan pronto como asumió el cargo, Putin perfilo lo que vendría y afirmó que Rusia era y seguiría siendo una gran potencia. En la Europa de aquel momento se le vio como un reformador que debía reorganizar la caótica Rusia de los años noventa.
Interesante que incluso en junio de 2001, el presidente estadounidense George W. Bush calificó a Putin de "confiable y directo" después de una cumbre. Bush, jefe de Estado de la
principal potencia de la OTAN, dijo que pudo mirar dentro de su alma.
Ya en 2024, 25 años después de la llegada de Putin al poder, la OTAN se prepara para una nueva carrera armamentística, buscando garantizar la defensa contra la agresión rusa que es
ahora la principal tarea de la alianza.
Con los horrores que se conocen a diario producto de la invasión Rusa a Ucrania y todo lo que eso conlleva, no podemos olvidar la estrecha relación que mantuvo en su momento el fallecido Hugo Chávez con el presidente de Rusia. Para algunos ya olvidado discurso, para otros muy fresco aun, en el momento en que por cadena de radio y televisión Chávez anunciaba acuerdos estratégicos en distintas áreas, económica, cultural y la más importante para él, el aspecto Militar, rompiendo con los Estados Unidos como proveedor principal durante mucho tiempo.
Es así, como Chávez indico que el destino de Venezuela y el de la Revolución Bolivariana, estarían siempre ligadas a las de su amigo Putin. Hoy en día, años después de la muerte de Chávez y con Nicolás en la Presidencia, Venezuela o el régimen intentan continuar bajo el ala de Rusia, pero lo observado en el breve encuentro que sostuvo Nicolás con Putin, muchos lo ponen en duda.
De nada ha importado para Putin, el que se haya beneficiado de los millones de dólares manejados por los Chavistas, vendiendo cualquier cantidad de chatarra armamentista, helicópteros que se caen y un largo etcétera, a precio de nuevos.
Por otra parte, no se puede olvidar que los negocios de Chávez se enmarcaron en múltiples visitas que este efectuó a Moscú, con el único objetivo de estrechar los lazos como ya dijimos en lo económico, lo político y lo militar. La intención declarada del Hugo fue reforzar la posición en la pugna que libra el Chavismo con su adversario predilecto: el gobierno estadounidense y, en particular, el presidente de turno en EEUU. Al mejor estilo Cubano, Hugo Chávez siempre reiteró durante sus constantes ataques contra el "imperialismo estadounidense" que había que acabar con ellos ya que "destruye a los pueblos y mina sus valores tradicionales" y fíjense quién está destruyendo a Ucrania en su afán expansionista.
Por el momento ya Chávez no está, Nicolás no sabe qué hacer con su vida. Se tiro un viaje de 20 horas para estar en la reunión de los países BRICS y solo sirvió para ser la burla de los demás países.
Con el panorama actual, vale la pena recordar un episodio ocurrido en el año 2008, en el que Vladímir Putin le indico a Hugo Chávez, que Rusia estaba dispuesta a compartir con Caracas el uso de la energía nuclear con fines pacíficos. Imaginen si eso se hubiera hecho realidad, simplemente terrible, seguramente ya estaría Jorge o Diosdado amenazando con desatar la Guerra del Fin del Mundo. Aunque usted no lo crea.
Al día de hoy, Vladímir Putin ha reducido al mínimo su círculo de amistades a nivel internacional y Venezuela no está entre ellos. Desde el comienzo de la guerra con Ucrania, solo China y Turquía, por el momento, son los únicos interlocutores del Kremlin.
Lo cierto es que de concretarse al final lo que sucede con Ucrania, prácticamente ningún país del entorno Europeo estará a salvo de que se repita algo similar. Lamentablemente la
diplomacia no ha dado resultados y con el paso de las horas y días muchos mueren, millones de refugiados cruzan a países vecinos como pueden buscando huir de la cruel guerra, sin que nadie ni nada detenga al “Amigo Putin”. La guerra en Europa sumada a la delicada situación de oriente con Israel y Palestina dejara una marca difícil de olvidar en estos
tiempos modernos, comparable quizás con lo ocurrido en algunos momentos de la Segunda Guerra Mundial.
Muchos países ya rompieron lazos con Moscú y seguro vendrán más, lo que causará que muchas economías se tambaleen. Aun falta mucha tela por cortar y las consecuencias tal vez se verán a mediano o a largo plazo. Esperaremos a que regrese Nicolás con sus cuentos de mentira, seguramente tratando de ocultar lo que todo el mundo observó: que se está quedando más solo que la una y que el tiempo se le acaba, como a muchos de sus colaboradores, así de simple y sencillo.
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