3 June 2012
… y de los cambios en el gabinete presidencial. En breve, el Comandante en Jefe tiene que nombrar al nuevo vicepresidente, es decir, su virtual heredero político. Quien quiera que sea, puede convertirse en presidente si se produce la ausencia temporal o permanente del actual mandatario. Recordemos que en diciembre pasado Chávez anunció que el vicepresidente Elías Jaua, el ministro de la Defensa de entonces general Carlos Mata Figueroa, el canciller Nicolás Maduro, y el Ministro de Relaciones Interiores, Tarek El Aissami serían los candidatos a las gobernaciones de los estados Miranda, Nueva Esparta, Carabobo y Táchira, respectivamente. Dado que la campaña está por comenzar, llegamos al “llegadero”, Chávez tiene que renovar el gabinete y nombrar a su sucesor “just in case”.
Estos nombramientos tienen vital importancia porque nos dirán hacia donde apunta el comandante supremo, en su legado político. De lo primero que estamos pendientes, es ver si revoca a alguna de las candidaturas mencionadas. Por ejemplo, si ratifica a Jaua o designa a Nicolás como vicepresidente, se haría evidente quien lo representará cuando no esté en Miraflores.
Por otra parte, si regresa a Francisco Ameliach, Jesse Chacón o a Ramón Rodríguez Chacín al gabinete como Ministro de Relaciones Interiores, lo interpretaríamos como un fortalecimiento del factor militar del PSUV en el control del gobierno.
Si titula a José Vicente Rangel como canciller, su retorno a gobierno, indicaría la búsqueda de un negociador en los difíciles momentos que se avecinan.
En el caso de que su hija o hermano vaya a la vicepresidencia –lo cual sería un craso error por la resistencia dentro de las filas oficialistas por una nominación de esta naturaleza- demostraría las intenciones absolutistas del gobernante.
Lo cierto, es que tendremos nuevos ministros de Relaciones Interiores, Relaciones Exteriores, además del vicepresidente, y quien quita que el líder del oficialismo no aproveche para hacer otros cambios estratégicos dependiendo del camino que tome, y renueve el alto mando castrense, incluyendo al ministro Henry Rangel Silva.
