La final de Peñaflor
- Juan E. Fernández, Juanette
- 19 dic 2023
- 3 Min. de lectura

Se suponía que el domingo 18 de diciembre nos quedaríamos en casa de mi hermano para ver la final del mundial entre Francia y Argentina, pero el destino me tenía preparada otra cosa: Ir a un parque de agua infantil a pasar el día, sí, como están leyendo: ¡El mismo día de la final!
Traté de zafar lo más que pude, busqué miles de excusas para quedarme, pero la culpa de no
pasar tiempo con mi familia, a quienes no veía desde 2019 pudo más. Así que, tras ayudar a mi hermano y cuñada a cargar las camionetas, nos subimos a los carros y viajamos desde la Zona metropolitana de Santiago de Chile hasta el Aquapark de Peñaflor, un parque que queda en Peñaflor (obvio, por eso se llama Aquapark de Peñaflor, sino se llamaría de otra manera).
Durante el trayecto, que fue de unos 40 minutos solo rezaba pidiendo a Dios que el lugar
tuviera TV para poder ver el último partido de Qatar 2022. Al llegar al parque de agua, me
sentí invadido por la naturaleza, el sonido de las aves y los animales de granja, solo fue
interrumpido por el ruido de más de 100 niños de todas las edades que corrían por todo el
lugar. Sé que eran más de 100 porque los conté varias veces durante mi estadía en el
Aquapark.
Sin duda las instalaciones son maravillosas, diría que ideales para pasar el día en familia pues además de contar con varias piscinas y granja de contacto. También tiene muchos parques, una pista de cuatrimotos y hasta caballos.
Ahora bien, si necesita Wifi o un televisor para ver una final del mundial, el parque de Peñaflor
no es una opción… si no entendió amigo lector, le aclaro que el lugar no cuenta con esos
servicios. Por lo que tuve que, primero ubicar señal, luego conectarme a YouTube y encontrar
un canal que transmitiera el partido. Pero sepa usted que como los derechos de transmisión
son carísimos, me tuve que conformar con oírlo, si, oírlo y no verlo.
Afortunadamente el narrador era un streamer argentino que le metía pasión a la historia, lo
que me permitió vivir e imaginar lo que pasaba en el estadio de Lusail en Qatar. Para los que
no vieron el partido, Argentina avanzó en el marcador gracias a un penal de Lionel
Messi. Poco después “El Fideo” Di María anotó el segundo tanto.
Hasta ese momento la alegría se apodero de todos los que estábamos en el parque… bueno en realidad de mí y de mis hijos, que de vez en cuando venían a preguntarme cómo iba el
marcador. Solo espero que migraciones argentinas no lea esto, porque seguro les sacan el
documento a mis hijos por preferir un tobogán con piscina en vez de un partido de la
Scaloneta.
Entre tanto, mi hermano que no es nada futbolero, trataba de calmarme diciendo cosas como
“Tranquilo, tienen a Messi así que van a ganar caminando”. La cosa es que ya pasada la mitad
del segundo tiempo, Francia descontó con un penal marcado por Kylian Mbappé, quien
minutos después marcaría el empate. Ahí mi hermano cambió su Speech por frases como:
“Bueno, es solo un juego”, “Lo importante es la salud”, “Está bonito el parque”, “Hace calor
¿Verdad?”. Pero yo sinceramente no estaba escuchando.
Luego se vino la prórroga, donde hubo un par de acciones que casi infartan al narrador que nos relataba el partido por YouTube. Y finalmente los penales, y acá quiero hacer una aclaratoria: si les parece agónico ver la tanda de penales por televisión, solo escucharlos es otro nivel de estrés. Más si quien lo narra se queda callado, se priva y hasta llora mientras canta los goles.
Pero finalmente, después de 36 años, Argentina se convirtió por tercera vez en campeón de un mundial de fútbol. Y mientras todos en el país de Messi, Di María, Scaloni y compañía copaban las plazas y avenidas con banderas y camisetas de la selección. El Aquapark de Peñaflor se convirtió, al menos por 10 minutos, en el Obelisco de Buenos Aires, porque la gente que estaba en aquel parque de agua chileno, gritaba y festejaba el triunfo de su país vecino como propio.
Sin duda, la final de Qatar 2022 pasará a la historia, pero cómo la vivimos en el Aquapark será algo que le contaré a mis nietos.
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