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Juan Vicente Torrealba dejó un legado de historias, canciones y recuerdos


Juan Vicente Torrealba compuso más de 300 temas y escribió un libro sobre "su llano". Foto: Archivo A.J.M

Se están cumpliendo cinco años del fallecimiento en Caracas de Juan Vicente Torrealba, el maestro del arpa, quien saltó a la estelaridad al concebir un estilo de canciones que se nutrieron de la música del llano, pero revestidas de un cautivante sonido estilizado de reminiscencias urbanas. Su deceso fue el 2 de mayo de 2019.


Aunque creció y vivió su infancia y adolescencia en el llano, nació en Caracas. “Mi familia venía a la capital a pasar cortas temporadas y en una de ellas nací yo, el 20 de febrero de 1917, cerca del Nuevo Circo, entre las esquinas de Tejar y Rosario. A los ocho meses me llevaron al llano, al hato Banco Largo, cerca de Camaguán, propiedad de mi familia”, nos contó en una ocasión.


Aquí a Caracas lo mandaron después a estudiar. “Pero no aprendí nada, yo llegué hasta quinto grado. Luego me llevaron para el hato y mientras mi hermano mayor se ocupaba del ganado, yo preparaba los caballos. Además, aprendí a tocar la guitarra. Así estuve hasta 1948, cuando decidí irme a la capital con la finalidad de hacerme una economía propia, pues lo que producíamos en el hato era de varios hermanos”.


-Empecé en 1949 en la Radio Nacional de Venezuela, tocando guitarra. Interpretaba música llanera y valses tradicionales, como “Adiós a Ocumare”. Allí conocí a María Luisa Escobar, compositora y encargada de las relaciones públicas de la radio. Ella me dijo: “Su música es muy bonita profesor -así me llamaba-, pero usted debe darla a conocer”. Entonces me regaló un acetato de 12 pulgadas y dio la orden para que grabaran esa noche lo que yo quisiera. Me llevé a mi hermano Arturo, que estaba estudiando, y a mi hijo Santana Torrealba, que tenía 9 años. Toqué un pajarillo y un carnaval instrumental, de cuatro, guitarra y maracas. Allí nacieron Los Torrealberos”.


-¿Y cómo llega a tocar el arpa y dejar la guitarra?

-Por consejo de la misma María Luisa Escobar. Ella me convenció de que esa música que yo hacía lo lógico era que se tocara con arpa, en lugar de guitarra. Había dejado un arpa en el hato Banco Largo y la fui a buscar. Aprendí a tocarla sobre la marcha, fui mi propio maestro y así afloraron las composiciones que luego serían populares.


Una de sus primeras creaciones fue “Concierto en la llanura”. Después vinieron las cantadas. Para ello, utilizó a intérpretes como Mario Suárez, Rafael Montaño y Héctor Cabrera. “Por mi grupo pasaron también mujeres, como Marisela, Magdalena Sánchez, Pilar Torrealba y Rudy Hernández, quien viajó conmigo para una gira por España.


-¿Las canciones de esa etapa que pegaron más fuerte?

-La primera fue “Rosa Angelina”, que cantaba Mario Suárez. Pero todo lo que yo componía pegaba. Los años 50 fueron míos, con canciones como “Desilusión”, “La potranca zaina”, “Rosario”, “Muchacha de ojazos negros”, “Junto al Jagüey”, “Sabaneando”, “Solo con las estrellas”… lo que componía gustaba, y entre ellas hay varias dedicadas a regiones venezolanas, como “Valencia”, “Barquisimeto”, “Guayanesa” y “Esteros de Camaguán”. Fueron muchas.


-¿Cree que ha influenciado a otros compositores?

-Pienso que sí. Chelique Sarabia lo ha dicho abiertamente. Él me contó que cuando se quiso meter a compositor, no sabía qué hacer con la métrica. Entonces agarró una canción mía, “Isabel”, le quitó la letra, le hizo otra y después le quitó la música y le adaptó la de él. Así nació “Cuando no sé de ti”. Hugo Blanco, y lo vine a saber después de viejo, es una de las personas que más me admira. Yo a ellos dos los aprecio muchísimo”.

-Cuando empecé no sabía hacer letras, por lo que tuve la colaboración de Germán Fleitas Beroes, que era de Camaguán y tenía la misma visión del llano que yo. Entre otras, él escribió “Guayanesa” y “Esteros de Camaguán”. A Ernesto Luis Rodríguez también lo utilicé. Era un poeta fabuloso. Cuando compuse “Valencia”, recurrí a él para la letra, y ahora esa canción los valencianos la tienen como su himno popular. También escribió “Rosario”, “Por el camino real”, “Junto al jagüey” y “Secretos de amor”, entre las que recuerdo”.


-¿Una de sus grandes satisfacciones?

-Haber recibido en 2015 el premio Grammy Latino como reconocimiento a mi trayectoria.


Juan Vicente Torrealba vivió 102, compuso más de 300 temas y cumplió su sueño de escribir un libro titulado “El llano de Juan Vicente”.




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