Gaza: Una oportunidad para la paz
- Trino Márquez
- hace 18 horas
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Desde el ataque terrorista perpetrado por Hamás el 7 de octubre de 2023, hace casi dos años, en la Franja de Gaza se ha producido lo que todo el mundo ha visto a través de las fotografÃas e imágenes televisivas que los reporteros de diferentes medios transmiten desde el lugar de los acontecimientos: más 66.000 muertos –la mayorÃa niños, mujeres y ancianos-, la destrucción de la inmensa mayorÃa de la infraestructura –incluidos hospitales, escuelas y edificios residenciales-, el asesinato de personal de salud que trabajaba para organismos internacionales de asistencia humanitaria, y de periodistas y reporteros gráficos que cubrÃan
la fuente. Los crÃmenes y la ruina han alcanzado tal nivel de horror, que un organismo usualmente tan pasivo y lento como Naciones Unidas, califica de genocidio lo que está ocurriendo en Gaza.
El estremecimiento internacional frente al horror de los que sucede en la Franja en presencia de todo el planeta, condujo a que el presidente Donald Trump emprendiera una iniciativa dirigida a que BenjamÃn Netanyahu, su protegido y aliado incondicional, aceptara, en principio, un acuerdo a través del cual podrÃa alcanzarse la paz en Gaza. El acuerdo no constituye, como dice el periodista Tom Bateman de BBC News, un camino seguro para lograr la paz, pero sà un marco global que podrÃa terminar con la saña con la que actúa el ejército israelà bajo las órdenes de Netanyahu. PodrÃa detener la limpieza étnica y el desplazamiento a los cuales está siendo sometida la población gazatÃ. AbrirÃa la oportunidad para que, en un plazo no muy lejano, los palestinos renazcan de los escombros bajo los que se encuentra en la actualidad.
El proyecto presentado por Trump incluye, entre sus aspectos fundamentales: La liberación en menos de 72 horas, luego de suscrito el compromiso, de los rehenes que aún están en poder de Hamás y la entrega de los cadáveres de los retenidos fallecidos durante el cautiverio; el desarme y desmovilización del grupo yihadista; el cese de la operación militar de Israel en el territorio palestino; la liberación de cientos de palestinos detenidos por Israel; la entrada inmediata de ayuda humanitaria en Gaza; la eliminación de túneles e infraestructura de combate en la Franja.
Otro punto importante se relaciona con el establecimiento de una junta de paz, encabezada por el Presidente norteamericano, que supervisarÃa la instrumentación de los acuerdos. A ese órgano podrÃa incorporarse Tony Blair, el exprimer ministro británico, quien, al parecer, ha mostrado su interés en contribuir con el organismo. Más adelante, los gazatÃes votarÃan por una autoridad de "transición" en la que los polÃticos y lÃderes afiliados a Hamás no podrÃan participar.
Hamás aún no se ha pronunciado oficialmente. Se sabe, sin embargo, que formula un conjunto de objeciones importantes que bloquean la posibilidad de suscribirlo. Esa agrupación islamista piensa que estarÃa firmando su condena de muerte. QuedarÃa fuera de la
posibilidad de participar en un futuro gobierno y de concurrir a los procesos electorales que se convoquen. Además, como la proposición contempla su desmovilización y desarme, quedarÃa amputada para emprender acciones militares que comprometan la estabilidad de la
Franja y la región. La milicia, ya se sabe, considera que debe incluirse un calendario con fechas claras del repliegue del ejército israelà de la Franja y las garantÃas de que la ofensiva de Israel acabará realmente, y no se reanudarán, como ha sucedido en otras oportunidades. Allà encontraron la excusa.
El hachazo a Hamás resulta inevitable y favorable. Sus dirigentes, que habÃan perdido legitimidad y popularidad en Gaza por todos los años de descomposición e ineficacia, cometieron la masacre del 7 de octubre con plena conciencia de las graves consecuencias que provocarÃa sobre la población civil de su paÃs. TenÃan que estar conscientes de que
Netanyahu –al frente de un gobierno de ultraderecha nacionalista, en medio de una situación personal comprometida, debido a las acusaciones de corrupción en su contra y por pretender controlar el Poder Judicial- utilizarÃa el ataque contra esos ciudadanos indefensos para iniciar una ofensiva que lo fortaleciera ante sus adversarios, sedimentara su impopular gobierno y cohesionara a importantes sectores de la ciudadanÃa por la agresión de la que el paÃs habÃa sido objeto. El comportamiento de Hamás fue criminal e imperdonable. Ahora tiene que pagar las consecuencias de su insensatez. Quien ha cargado con las culpas es fundamentalmente el sufrido pueblo palestino, además vÃctima durante casi dos décadas de los desmanes de la facción yihadista.
Ahora es el momento de que Hamás, aparte de padecer la presión del Gobierno israelÃ, sienta el peso de los sectores que, aunque han condenado la desmesura de Israel, reprueban sin atenuantes el comportamiento de esos terroristas.
Todas las organizaciones y foros mundiales que promueven la convivencia pacÃfica, las negociaciones, los acuerdos de paz entre las naciones y los pueblos, deben pronunciarse a favor de que se alcance la paz en la Franja. La Internacional Socialista, la Internacional Demócrata de Centro, la Internacional Liberal, la Unión Europea, la Unión Africana, los paÃses árabes, la ONU, la OEA. Todos aquellos que quieran expresarse para aislar a los guerreristas, donde también se encuentra BenjamÃn Netanyahu y la ultraderecha israelÃ, deben hacerlo.
El acuerdo representa una oportunidad para la paz. No debe desperdiciarse.