Para celebrar sus 50 años en la escena, la actriz Flor Núñez vendrá a Venezuela para hacer una temporada de “La casa de Bernarda Alba”, de Federico García Lorca, a escenificarse a partir de la primera semana del próximo mes de agosto en el teatro del Centro Cultural Chacao, en la avenida Tamanaco de El Rosal.
De este montaje, que dirigirá y versionó el dramaturgo venezolano José Jesús González, formarán también parte del elenco las actrices Ana Castell, Norma Monasterios, Grecia Augusta Rodríguez, Magaly Álvarez, Aracelis Prieto, Egnis Santos, Bárbara Arex, Marxlenin Cipriani y Nancy Pérez. La producción estará a cargo de Jayler Romero y Zara Fermin.
Fue precisamente en una obra de García Lorca, “La zapatera prodigiosa”, en la que Flor Núñez hizo su debut en las tablas con el grupo del liceo Andrés Bello, bajo la dirección de Eduardo Calcaño.
Además de “La casa de Bernarda Alba”, la actriz también presentará en Caracas y otras ciudades de Venezuela el monólogo “Doctora Sexo”, basado en textos de Darío Fo, con el cual ha tenido éxito de crítica y público en varios países.
Flor Núñez vive en Miami desde 2003 y con esa ciudad como centro de operaciones, ha trabajado en televisión, teatro y cine.
-Y no solamente en Estados Unidos -comenta entusiasta a través del hilo telefónico-, sino también en otros países. He ido a hacer telenovelas y películas a Puerto Rico. Daniel Lugo me llevó la primera vez y a partir de entonces he seguido trabajando allá. Hice Doña Bárbara y en 2007 Las combatientes, una película muy famosa, donde fui la única extranjera de las tres protagonistas. He seguido yendo con obras como Fleco y lentejuela, que hago con Elba Escobar y con mi espectáculo de stand up comedy Matrimonio para tres.
-¿Y en televisión?
-En Telemundo hice, entre otras telenovelas, El rostro de Analía, en Venevisión Internacional encarné a la malvada antagonista de Marjorie de Sousa en Sacrificio de mujer y en Puerto Rico participé en Reina y señora y tuve una actuación especial en Silvana sin lana.
-Parece que el teatro ocupa buena parte de su tiempo artístico…
-Estoy muy dedicada al teatro. Por lo general hago una obra aquí en Miami unos días y giro con otras. Junto a Elba Escobar estoy con Fleco y lentejuelas, que seguimos moviendo por otras ciudades. Casi todas las produzco, dirijo y actúo. Fue en Miami cuando empecé a incursionar en la dirección, aunque en Venezuela tuve una escuela de actuación e hicimos un montaje maravilloso de Bodas de sangre de Lorca. De Carlos Roa y Eduardo Haiek hice el unipersonal Memorias de Venezuela, que propone un recorrido del país de antaño a través de 10 personajes que inspiraron textos de Aquiles Nazoa, José Ignacio Cabrujas, Conny Méndez, Julio César Mármol, Leonardo Padrón y Laureano Márquez. Es un montaje que amo profundamente.
-En los últimos meses he estado presentando también en Miami “Monólogos en tacones”, junto a Elba Escobar, Nohely Arteaga, Eyleen Abad y Gabriela Vergara. También sigo dando clases de actuación.
-¿Sigue en contacto con Venezuela?
-Siempre voy, porque allá tengo familia, he presentado obras de teatro y doy clases. No me desligo jamás porque es mi país, es mi tierra. Así correspondo a ese amor que le profesan a uno por las redes sociales, que es inigualable. El venezolano es generoso, con una gran capacidad de lucha y una alegría, que aunque se le ha ido borrando de la cara, persiste. Ese empuje nos llevará a la libertad, pero cuando tomemos conciencia de que la solución está en nuestras manos y no en seguir pensando en que otro lo hará por nosotros.