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Dublin: La capital de la cerveza y la alegría


Foto: Pixabay

En realidad, Dublin es la capital de Irlanda. Pero la sonrisa de sus habitantes, la música en las calles y la preeminencia que en el lugar ha tenido la cerveza Guinness son características que impactan al visitante.


Pero primero lo primero: Los venezolanos requieren visa para entrar a Irlanda. Ese trámite se realiza en VFS Global, "socio oficial de la Embajada de Irlanda en Venezuela". Está situada en el Centro Comercial San Ignacio, Nivel Terraza, Local T-30, Urb. La Castellana, Caracas. La página VFS Global tiene información detallada del procedimiento y para solicitar cita.


La solicitud de visa con los respectivos documentos son enviados a Bogotá, donde está la embajada. El proceso puede tardar entre 9 y 12 semanas. En ese lapso el solicitante no tendrá pasaporte.


Los ciudadanos que requieren visa, deben justificar en migración Irlanda, el motivo de la visita. Los argumentos deben ser sólidos y dentro de lo posible, debidamente documentados. Si es para un curso de inglés: la respuesta de aceptación de la institución, el comprobante de pago, dinero disponible para manutención durante el curso... Nada sobra. Si visitante no habla inglés, llamarán a un intérprete. Si no convence, corre el riesgo de ser devuelto a su lugar de origen.


La mayoría opta por una visa de turista para visitas de hasta 90 días o una visa de estudio y trabajo que permite estadía por 8 meses con permiso para estudiar inglés y trabajar.


Más allá de estudiar inglés


En el 2010 comenzó una silenciosa migración de Venezolanos a Irlanda. La intención inicial era estudiar inglés. Había facilidades de financiamiento y según algunas cifras, en el 2011 fueron registrados 444 ciudadanos provenientes de Venezuela en Irlanda; en el 2012 la cifra se duplicó y superó los 1.084. En el 2013 fueron contabilizados 2.413 venezolanos y en el 2014 la cifra subió a 2.550.


Ante la crisis económica, social y política que comenzó a sentirse en Venezuela, muchos de esos estudiantes decidieron trabajar en Irlanda con la finalidad de quedarse. Varios emprendieron proyectos como el caso los hermanos Oscar Leonardo y Oscar David Zambrano que llegaron en el 2013 a Dublin como estudiantes y hoy están al frente de Arepas Grill un restaurant que, como su nombre lo indica, su especialidad es la arepa venezolana pero ofrece una gama de sabores latinoamericanos.


Otro que se fue por el área de la gastronomía fue Luis Manuel Jorquera, quien luego de trabajar duro como ayudante de cocina en un restaurant y llenar todos los requisitos sanitarios, se dedica -junto a Saul Enrique- a la elaboración de tequeños y en diciembre pan de jamón y hallacas. Además de servir de intérprete.


Ahora a pasear


Luis Manuel ama a Irlanda, especialmente a Dublín. Por eso no tuvo reparos en dejar por momentos la harina, el queso y la levadura para mostrar parte del rostro de la capital de la llamada Isla Esmeralda.

Pasear por las calles llena de música ya es un placer. Algunos consideran que se requiere entre 5 y 7 días para llenarse de Dublin. Para los amantes de la naturaleza está Phoenix Park o el parque de los ciervos.

No hay alambradas ni rejas. Los venados están sueltos y permiten algo de acercamiento de los visitantes a quienes se les recomienda prudencia. Es una gran extensión de verde que llena el alma.


De Prisión a Museo


Kilmainham Gaol fue una prisión que encerraba a hombres, mujeres y niños. Compartían espacio criminales, quienes luchaban por la independencia de Irlanda y quienes cometían delitos menores para satisfacer el hambre con la comida de la prisión. Su historia es parte de la historia de Dublín. Actualmente es un museo con visitas guiadas.


Salud !!


Imposible salir de Dublin sin saborear una cerveza Guinness, que para los irlandeses no es solo una bebida; es parte de su historia desde 1759.

La Guinness Storehous es un museo con visita guiada donde, en fotografía, videos e instalaciones, se aprecia el desarrollo de esta fábrica de cerveza, que además ha estado compenetrada con el desarrollo de la ciudad y su comunidad. El recorrido finaliza en una barra donde se puede probar los diferentes tipos de cerveza que actualmente produce Guinnes.










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