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Dogma 95: cuando el cine decidió decir la verdad

Dogma 95 murió oficialmente en 2005 pero su espíritu estÔ mÔs vivo que nunca
Dogma 95 murió oficialmente en 2005 pero su espíritu estÔ mÔs vivo que nunca

Hay veces que el cine se siente como un parque de diversiones. Todo es ruido, fuegos artificiales, imĆ”genes perfectas y tramas vacĆ­as. No estoy en contra de eso —yo tambiĆ©n disfruto un buen blockbuster—, pero hay dĆ­as donde uno quiere otra cosa. Algo mĆ”s crudo. MĆ”s real. MĆ”s humano. AhĆ­ es cuando vuelvo a Dogma 95.


Este movimiento nació en 1995, cuando dos directores daneses —Lars von Trier y Thomas Vinterberg— firmaron un manifiesto con un nombre ruidoso: Dogma 95. Pero mĆ”s que un manifiesto, era un grito de guerra. Un basta al artificio. Un ā€œno mĆ”s mentirasā€. Porque el cine, decĆ­an, se habĆ­a vuelto una trampa estĆ©tica: todo era forma, nada fondo.


El corazón del Dogma era el famoso ā€œVoto de Castidadā€, una lista de reglas que hoy parecen imposibles pero que en su momento significaron libertad total:


Las 10 reglas del Dogma 95:


1. El rodaje debe realizarse en locaciones reales. No se puede aƱadir nada

que no estƩ allƭ (ni sets ni props).

2. El sonido no debe ser producido separadamente. Solo sonido directo.

3. La cƔmara debe ser en mano. Cualquier movimiento o quietud debe

seguir a la acción.

4. La película debe ser en color. No se permite iluminación especial o

artificial.

5. No se permiten efectos ópticos ni filtros.

6. No puede haber acción superficial (como asesinatos o armas).

7. No puede haber alienación temporal o espacial. La historia debe suceder

aquĆ­ y ahora.

8. No se permiten pelƭculas de gƩnero (nada de thrillers, westerns, etc.).

9. El formato debe ser 35 mm.

10. El director no debe aparecer en los crƩditos.


Radical. Loco. Hermoso.


Yo descubrƭ Dogma 95 cuando estudiaba cine en la Escuela Internacional de Cine y TV en San Antonio de Los BaƱos, en una Ʃpoca donde pensaba que lo importante era conseguir la mejor cƔmara, el mejor lente, el mejor presupuesto.


Pero ver Festen o Los idiotas me cambió el chip. Esas películas tenían una fuerza emocional que no venía de lo técnico, sino de lo humano. De mirar al dolor sin filtros. De no embellecer la miseria. De no disfrazar la verdad.


Y hoy, casi 30 años después, me pregunto: ¿no estamos volviendo al mismo dilema, pero desde el otro lado?


Vivimos en una era donde puedes filmar una película con tu celular. Donde una IA puede corregir el color, generar una canción original, o incluso escribir un guion decente. Las barreras técnicas ya no existen. Pero eso no quiere decir que estemos contando mejores historias.


La trampa ahora es otra: hacer que todo se vea perfecto, aunque no tenga alma.


Dogma 95, en su esencia, no era sobre reglas, sino sobre propósito. Sobre no esconderse detrĆ”s del estilo. Y esa idea, en este mundo saturado de imĆ”genes "bellasā€, me parece mĆ”s vigente que nunca.


AsĆ­ que, si quieres meterte en este universo de cine crudo, sin adornos y sin excusas, te dejo acĆ” cinco pelĆ­culas fundamentales del Dogma 95, con sus miserias, sus aciertos y su verdad pelada:


1. Celebración (Festen) – Thomas Vinterberg (1998)


La joya fundacional. Una cena familiar se convierte en un campo de batalla emocional cuando el hijo mayor revela un secreto atroz sobre su padre. Brutal, sin anestesia, sin escape. Uno de esos relatos que te deja incómodo por días.


2. Los idiotas (Idioterne) – Lars von Trier (1998)


Una banda de jóvenes simula tener discapacidades mentales para provocar a la sociedad. Es ofensiva, bizarra y profundamente triste. Von Trier lleva el Dogma al límite de lo soportable.


3. Mifune – SĆøren Kragh-Jacobsen (1999)


Un ejecutivo huye de la ciudad y vuelve a sus raƭces rurales para cuidar a su hermano. Hay humor, ternura y algo muy real detrƔs de su caos. MƔs accesible, pero sin perder el espƭritu Dogma.


4. La camarera y el ladrón (Italiensk for begyndere) – Lone

Scherfig (2000)


Una comedia romƔntica... sƭ, dentro del Dogma. Un grupo de personajes rotos encuentra refugio en una clase de italiano. CƔlida, ƭntima, humana. Demuestra que la belleza tambiƩn puede ser sencilla.


5. Julien Donkey-Boy – Harmony Korine (1999)


Caótica y experimental. Un retrato de esquizofrenia contado con cÔmara nerviosa, edición sucia y dolor real. La primera incursión estadounidense en el Dogma, y una de las mÔs desafiantes.


Dogma 95 murió oficialmente en 2005, cuando sus creadores lo declararon ā€œcerradoā€. Pero su espĆ­ritu estĆ” mĆ”s vivo que nunca. Porque mientras existan historias que necesiten ser contadas sin maquillaje, habrĆ” alguien con una cĆ”mara (o un celular) dispuesto a romper las reglas para decir la verdad.


Y eso, en este mundo lleno de filtros.


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