top of page

Charly García: manual de supervivencia(y desobediencia) para oídos tercos

En la dictadura de Argentina, Charly García (23-10-1951) enseñó a leer entre líneas para sobrevivir sin dejar de cantar. Foto: Cortesía
En la dictadura de Argentina, Charly García (23-10-1951) enseñó a leer entre líneas para sobrevivir sin dejar de cantar. Foto: Cortesía

Hoy cumple años el tipo que no sólo hizo canciones: nos enseñó a respirar en clave de do mayor cuando afuera faltaba el aire. Charly es eso: un idioma propio. Un GPS emocional para cruzar dictaduras, resacas y resurrecciones sin perder la afinación.


Cuando decir “Alicia” significaba decir “Argentina”


En tiempos de mordaza, Charly no gritó: susurró metáforas. Canción de Alicia en el país fue el parte de guerra más delicado y feroz de nuestra música. Era como pasar mensajes en papelito por debajo de la puerta: todos entendían, nadie podía prohibirlo. Ahí nació una escuela: leer entre líneas para sobrevivir sin dejar de cantar.


El genio y el quilombo


Acá no romantizamos nada: la adicción no es póster, es trinchera. Charly la peleó a cielo abierto, se equivocó, volvió, cayó y se levantó con la misma convicción con la que entra un piano en mitad de la noche. Hubo manos amigas (como la de Palito Ortega), hubo disciplina y hubo algo más difícil: perdonarse en voz alta. Esa batalla también es obra. Y también nos salvó.


Que un día Fito toque a Charly en el Teatro Colón ya te dice todo: pasaron los años y las canciones se volvieron patrimonio afectivo. Y aquella maratón en el ex CCK (hoy Palacio Libertad) con Charly apareciendo y regalando momentos fue la firma en mármol de lo que ya sabíamos: su repertorio no envejece; nosotros sí.


¿Por qué Charly es la música argentina?


Porque nos urbanizó el oído. De Sui Géneris a Serú y de ahí al espiral solista, Charly mezcló la sofisticación con la vereda, el bandoneón imaginario con el sintetizador malcriado. Lo escuchas y dices “Buenos Aires”, aunque estés en Tokio, Roma o Nueva York. Hizo pop sin pedir permiso y vanguardia sin pedir perdón.


Epílogo (feliz): vuelve con “In the City”


Y cuando la leyenda parecía vivir de sus viejas hazañas, apareció In the City con Sting: diálogo elegante, pulso nocturno y esa sensación de que Nueva York y Buenos Aires comparten balcón. No es homenaje: es un partido nuevo, un renacimiento… o como dirían los futboleros: Charly agarró la pelota otra vez y nos guiñó un ojo desde el piano.


Lo que me deja Charly hoy


Que la libertad también se entrena. Que se puede decir todo sin decirlo, y que a veces hay que decirlo igual. Que caerse no es final si encuentras la nota justa para volver a empezar.


Feliz cumpleaños, maestro. Gracias por el idioma, por el coraje y por recordarnos que la belleza, incluso rota, sigue afinando.



21

¡Gracias por suscribirte!

Suscríbete a nuestro boletín gratuito de noticias

Únete a nuestras redes y comparte la información

  • X
  • White Facebook Icon
  • LinkedIn

© 2022 Informe21

bottom of page