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3 claves que hay que saber antes de empezar el año


Renombrados astrólogos, anticipan que el 2026 será un año bisagra, marcado por el fuego de Aries y el inicio de un nuevo ciclo espiritual y social. Foto: Imagen de Mohamed Hassan en Pixabay
Renombrados astrólogos, anticipan que el 2026 será un año bisagra, marcado por el fuego de Aries y el inicio de un nuevo ciclo espiritual y social. Foto: Imagen de Mohamed Hassan en Pixabay

El 2026 se presenta como un año de transición, un punto de inflexión entre lo que la humanidad ha sido y lo que está llamada a convertirse. Así lo afirma la astróloga y tarotista Lourdes Ferro: “Es el comienzo de un nuevo ciclo espiritual, social y creativo, donde el fuego del signo de Aries, arquetipo del inicio y del coraje, vuelve a encender la historia”.


En diálogo con Clarín, la autora de Guía astrológica 2026 (Planeta) señala: “Lo más importante para entender estos años -2023, 2024, 2025, 2026 y 2027- es que ya no funcionan como antes. Antes, estábamos acostumbrados a que la energía cambiara en diciembre y que el año nuevo arrancara con una vibración distinta, pero eso dejó de suceder”.


Según la especialista, la energía que marcará 2026 comenzó a sentirse desde la segunda mitad de 2025. “Por eso digo que estamos como en una cápsula: por un lado, corren los años del calendario y, por otro, los años energéticos. Los primeros siete meses de 2026 van a tener una intención muy parecida a la de los últimos seis meses de 2025”.


Tres ejes clave para el 2026


Según los tránsitos planetarios que activarán la energía de 2026, Ferro define tres puntos clave para orientar el año.


Empieza una era nueva: del sueño a la acción con propósito


El ingreso de Neptuno en Aries el 26 de enero y el de Saturno en el mismo signo el 13 de febrero marcan la tónica del 2026. La astróloga explica que esta combinación abre una era donde lo inspiracional deja de ser solo idea y pasa a exigir acción concreta.


Neptuno en Aries trae visión, un deseo profundo de cambio y motivaciones internas renovadas, mientras que Saturno en Aries pide estructura, responsabilidad y resultados. Esta dupla redefine lo que significa iniciar algo: no basta con entusiasmarse, sino que el impulso debe sostenerse en un plan.


A nivel personal, esto puede sentirse como una urgencia por empezar proyectos o tomar decisiones postergadas, aunque el año premia la constancia más que la impulsividad. En el plano colectivo, Ferro anticipa el surgimiento de liderazgos más directos, pioneros y exigidos en coherencia, donde las ideas se transforman en acciones medibles por su impacto.


Cambio en la economía e ideas: revolución práctica y mental


El segundo eje del año está marcado por los movimientos de Urano y Quirón. Urano se pone directo en Tauro el 3 de febrero y, semanas más tarde, el 25 de abril, ingresa en Géminis.

Esto describe dos cambios consecutivos: primero se acelera la transformación en lo material -economía, formas de trabajo, recursos, modelos productivos- y luego se acelera la transformación en lo mental y tecnológico, con nuevas herramientas, más información circulando y mayor velocidad.


A mitad de año, el 19 de junio, Quirón entra en Tauro y profundiza el foco en el valor, el cuerpo, los recursos y el merecimiento. Según Ferro, este tránsito obliga a revisar la relación con la materia: el dinero, la estabilidad, el cuerpo, el placer, la seguridad, dejando al descubierto qué formas de sostén eran frágiles y cuáles son reales.


Dos ritmos claros: avanzar, y luego ajustar


El tercer eje no está dado por un planeta puntual sino por el pulso del año. El 2026 tendrá dos ritmos claramente diferenciados. El primer semestre estará marcado por movimientos directos y entradas fuertes, incluido el paso de Neptuno y Saturno a Aries, el ingreso de Urano a Géminis y el recorrido directo de Júpiter entre Cáncer y Leo. Es una etapa de inicios, expansión y decisiones.


En cambio, el segundo semestre inaugura un proceso de revisión: Neptuno retrograda en Aries desde el 7 de julio, Saturno lo hace desde el 26 de julio, Quirón desde el 3 de agosto, Urano retrograda en Géminis desde el 10 de septiembre y Júpiter retrograda en Leo el 12 de diciembre, antes de que Neptuno y Saturno vuelvan a ponerse directos hacia fin de año. Esto convierte a 2026 en un año no lineal: primero se impulsa a actuar y luego se exige ajustar.


Los proyectos que se lancen sin base sólida tenderán a caerse, mientras que los que hayan sido diseñados con claridad se fortalecerán. El segundo semestre será un período propicio para editar, ordenar, redefinir metas, renegociar acuerdos y sostener únicamente aquello que realmente valga la pena.

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