El presidente francés Emmanuel Macron anunció el martes una ley urgente destinada a la reconstrucción tras una semana de disturbios a lo largo de Francia.
"Vamos a presentar una ley de emergencia para aplastar todos los retrasos, tener un procedimiento acelerado para reconstruir mucho más rápido", aseguró el mandatario este martes 4 de julio.
Asimismo, Macron llamó a un "regreso al orden republicano" luego de una semana de protestas que estallaron por la muerte de un joven de 17 años a manos de un policía.
Las declaraciones del jefe de Estado se produjeron en medio de una reunión en el Palacio del Elíseo con alrededor de 250 alcaldes de municipios y localidades que sufrieron daños en medio de consecutivas noches de violentas protestas.
El estallido social –que se registra desde el pasado 27 de junio cuando un policía disparó letalmente y a quemarropa a un adolescente durante una parada de tráfico, en Nanterre, a las afueras de París– ha desencadenado escenas de destrucción de edificaciones, saqueos e incendios de vehículos en las calles de varias ciudades. Entre ellas, Marsella y Toulouse, en el sur, Lyon, en el este, y Lille, en el norte y la capital francesa.
El fallecimiento del joven, identificado como Nohel, de 17 años, ha vuelto a poner sobre la mesa las discusiones en torno a presuntos actos de abuso de poder con tintes raciales.
En medio de este panorama, Macron señaló que la reunión apuntaba a "comenzar el trabajo minucioso y de largo plazo necesario para comprender las razones más profundas” por las que el país se sumió en ardientes motines, reseña france24
Pero el mandatario también mostró su desacuerdo con las expresiones violentas y durante el encuentro propuso multas para los padres de menores involucrados en actos de vandalismo o robos.
“Tenemos que encontrar una forma de sancionar de forma económica a las familias", sostuvo el jefe de Estado, según comentarios recogidos por el diario ‘Le Parisien’.
Entretanto, algunas empresas evalúan los daños causados a sus instalaciones en medio de las revueltas, que dejaron innumerables tiendas y otros sitios de comercio destrozados.
"Destruyeron todo (…) Nada de esto es obra nuestra, solo somos gente trabajadora que nos levantamos a las cinco de la mañana para poder alimentar a nuestros hijos y familias", afirmó a la AFP Alexandre Manchon, que trabaja en un estanco en la ciudad sureña de Marsella, que ha sufrido algunos de los peores saqueos en años.