La herramienta predilecta del chavismo para retener el poder, a pesar de su enorme rechazo, son, como ya sabemos, las elecciones. Dicho esto, cualquiera pudiera suponer que son un manantial de democracia ¡Nada más lejos de la realidad! son elecciones con instituciones 100% controladas por ellos, con instituciones públicas 100% psuvizadas, allí ha estado su secreto a vox populi, sin ninguna oposición que se oponga, al contrario, parece que extraen muy buenos dividendos.
¿Cuál es la estrategia electorera del chavismo para las presidenciales 2024? Son diversas, entre las cuales podemos mencionar:
1) Inhabilitar a la primera opción electoral del país, María Corina Machado, para lo cual cuenta a su vez con el apoyo del G4+, alacranes y demás falsas figuras. Ella nunca ha sido parte de las componendas que han estafado la esperanza de los venezolanos (MUD-G4-PUD), al contrario, representa lo único distinto a lo que ha protagonizado la política venezolana los últimos 23 años, es la candidata anti-sistema, anti-estatus quo, por eso sus enemigos esperarán el momento oportuno para inhabilitarla.
No pueden inhabilitarla con mucha antelación porque sería asesinar las presidenciales desde
muy temprano, probablemente esperen la realización de las primarias a fin de evitar que utilice la opción de la “sustitución”, pues seguramente, al que le alce la mano transferirá su liderazgo.
2) De este modo, el régimen pudiera esperar la realización de las primarias y tiempo después
inhabilitarla, de este modo, el abanderado de las primarias tendría que ser el segundo lugar o el candidato no inhabilitado que obtenga mayor cantidad de votos, muy seguramente, el de AD o UNT, cómplices flagrantes del chavismo, es decir, aseguraría la subsistencia del mismo estatus quo de estos 23 años.
3) Las “megaelecciones”, lo hemos dicho anticipadamente. Maduro no puede afrontar elecciones en solitario, su vergonzoso rechazo haría inviable cualquier maniobra tendente a fingir su triunfo sin esperar consecuencias, por tal motivo, el chavismo se ve obligado involucrar a su (no tan querido) arsenal de candidatos a gobernadores y alcaldes, a fin de comprometerlos directamente en la cruzada electorera.
Un plan B podría ser, en lugar de alcaldes y gobernadores, involucrar a concejales y diputados regionales, a fin de jugar con las circunscripciones, tal como hicieron en 2010 con las parlamentarias de ese año donde jugando ilegítimamente con ellas obtuvieron menos votos que la oposición, pero sacaron más diputados.
4) Múltiples candidatos extra primarias, el régimen financiará una decena de candidatos (o más) a fin de diluir el voto opositor en las presidenciales, buscará la manera de disipar el efecto primarias, así cuente con un candidato blando, proveniente de sus cómplices.
Ya comenzó a jugar, el inesperado cambio de CNE, cuando había ofrecido su “apoyo técnico” a las primarias, es una demostración de la imposición de sus intereses a como dé lugar, después de todo, lo tiene muy fácil porque no cuenta con una oposición real que se oponga, la única que sí lo hizo fue la Coordinadora Democrática con su presión social incesante, quien logró derrocarlo, pero por razones aún desconocidas, el régimen retornó con una injusta ñapa de 21 años y contando. Si no se encuentra una oposición de verdad, que presione dentro y fuera, que escape a la agenda del régimen, nada cambiará.
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