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Gessen: La campaña religiosa de Maduro es una trampa caza votos

1 April 2013



“Maduro debe demostrar que no miente cuando habla de paz y tolerancia liberando ¡ya! a los presos políticos,” afirma el psicólogo Vladimir Gessen en entrevista exclusiva para El Diario de Caracas. Maduro no toma el lugar de Chávez, se presenta únicamente como el ‘hijo’ del comandante. Creo que él piensa que así no usurpa simbólicamente el puesto de comandante en jefe de las fuerzas armadas, con la pretensión de dar órdenes a los militares, en nombre de Hugo Chávez, señala Gessen. “Raúl y Fidel Castro y Hugo Chávez no confiaron en las fuerzas armadas venezolanas al escoger al candidato que reemplazara eventualmente al presidente”...

¿Cuál es su interpretación sobre el lenguaje religioso que usa Nicolás Maduro en su campaña?

- Lo primero es que Nicolás Maduro debe demostrar que no miente, y una buena muestra de que es verdad lo que dice, sería liberar ¡ya! a los presos políticos. En estos momentos el candidato oficialista en cada alocución nos habla de paz y tolerancia, menciona a Jesucristo que hizo del perdón y el amor la base fundamental de su credo, pero en la realidad Nicolás no perdona, no es tolerante, en sus arengas también siempre están presentes los insultos y el odio hacia las millones de personas que no comparten su ideología, y los encarcelados por razones de persecución política –aun siendo inocentes- siguen confinados. Maduro ha podido, desde el 5 de marzo, indultar o sobreseer las causas que mantienen encarcelada a gente inocente. Lo segundo, es que Nicolás se presenta como el ‘hijo’ de Chávez, consciente de que no puede competir con la imagen del expresidente. Así, quiere alcanzar tres objetivos, uno, que los seguidores del fallecido comandante voten por el recuerdo de su líder, aunque el voto sea en realidad para Maduro. Dos, Maduro, de esta forma, no toma el lugar de Hugo Chávez, por el contrario se presenta únicamente como el ‘hijo’ que en nombre del líder va a gobernar. Con ello logra no usurpar simbólicamente el puesto de comandante en jefe de las fuerzas armadas, con la pretensión de dar órdenes a los militares, en nombre de Hugo Chávez. Hasta ahora, este galimatías le ha funcionado aparentemente tanto en el plano militar como en el político. La campaña religiosa de Maduro es una trampa busca votos.

¿Cómo funciona en el plano político…?

- Ninguno de sus detractores dentro del oficialismo lo ataca porque se confundiría como ir en contra de Chávez. Los detractores de Maduro, dentro de las filas del PSUV, guardan discreto silencio.... por ahora.

Volvemos con el lenguaje religioso…

- Si, el tercer objetivo que persigue Nicolás con el lenguaje religioso es porque toda religión se funda sobre un profeta, un líder espiritual y sus seguidores, que no son otra cosa que “sus hijos” dirigidos por “sus apóstoles”. Maduro sabe que Jesús de Nazaret les indicó a sus discípulos que sobre Pedro apóstol edificaría su Iglesia. Hugo Chávez pidió a sus partidarios que votaran por Nicolás Maduro. Por esto Nicolás trata de convertir en religión al movimiento político que dice representar, porque su liderazgo depende de la imagen de Chávez, no de él mismo. El supone que mientras el recuerdo del comandante esté presente él será su “hijo”, su apóstol principal, el “Pedro” donde se edificará su legado.

¿Esto es aceptado por los otros líderes militares y políticos de la revolución?

- No creo, pero todos quieren ganar estas elecciones y que el statu quo no cambie. Si Maduro no hubiera sido el candidato muy probablemente el PSUV se habría dividido, con la subsecuente derrota electoral. Por ello, todos apostaron a la unidad. No obstante, la procesión va por dentro y eventualmente aflorará, aunque Chávez ganara la presidencia con Nicolás como figura representativa del comandante. Luego, todo dependería del éxito o fracaso del gobierno. El día que los otros líderes de la revolución evalúen que Maduro no garantiza la supervivencia del proyecto, lo sacarán de la presidencia por las buenas o las malas. Si Maduro llegara a perder las elecciones, sería su fin como abanderado del oficialismo y el PSUV generaría un nuevo y verdadero liderazgo.

¿Considera que Maduro no es un líder? - El mismo lo dice: Es el ‘hijo’ de Chávez, un discípulo, o sea, un seguidor. Es probable –de ganar las elecciones y hacer una buena presidencia- que se convierta en un líder verdadero y no un representante del líder histórico. En el presente, lo que veo es que los dirigentes del PSUV llaman a votar por Chávez, ninguno pide el voto para Maduro como un nuevo líder de la revolución.

¿Por qué Chávez no escogió a otro dirigente de origen militar o un líder histórico del MBR200 original?

- En un principio Chávez lo hizo, apenas se descubre su enfermedad apartó a los dirigentes civiles, recordemos que envía a Jaua, a Tarek El Aissami y al propio Nicolás Maduro como candidatos a la gobernaciones de Miranda, Aragua y Carabobo, respectivamente, apartándolos del poder central. En ese entonces, Chávez le entrega el dominio partidista a los dirigentes de origen militar del MBR200, a Diosdado Cabello lo nombra jefe del partido y en el aparato de organización del PSUV coloca a otro militar, a Francisco Ameliach. Luego –y yo creo que fue por la influencia de Fidel y Raúl Castro –y en medio de la afectación producto de la enfermedad- Chávez cambió de opinión. Para mi es obvio que Raúl y Fidel Castro no confían en las fuerzas armadas venezolanas, mientras que Nicolás Maduro es un marxista formado por ellos en Cuba, y que considera a ese país –como el mismo lo dice- mi amada Cuba.

- Primero hay que precisar que Chávez no nombró sucesor, el pidió que sus seguidores votaran por Maduro. No explicó si se refería a unas primarias en el PSUV, o a la presidencia de la República. Creo que el expresidente Chávez pensó en que su póstuma presencia sería más fuerte con un liderazgo débil como el de Maduro, y además le debe haber pedido a Nicolás que hiciera lo que está haciendo: una campaña en su nombre, y si gana la presidencia que también gobierne en su memoria. Supongo que el comandante de esta manera creyó más seguro que se perpetuara su leyenda y su historia.

Por otro lado, Chávez debe haber supuesto que un liderazgo verdadero y fuerte con entidad propia, como sería cualquiera los de los militares del MBR200, tanto Diosdado Cabello, como Francisco Arias Cárdenas, o Francisco Ameliach, o alguno de los 11 gobernadores militares, entre ellos los generales Ramón Carrizalez, Jorge García Carneiro, Henry Rangel Silva y Carlos Mata Figueroa, todos exministros de la defensa, generarían una nueva percepción de jefatura del Estado que eclipsaría su evocación y remembranza. También estoy convencido que ni Chávez –en el fondo por su propia vocación conspirativa y golpista- no confiaba en las fuerzas armadas, al igual que los hermanos Castro, aunque ellos por distintas razones.

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