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El 8 de octubre comienza la transición gane quien gane

Actualizado: 23 ago 2022

21 August 2012

El 7 de octubre sucederá una jornada de incertidumbre hasta que se conozca –realmente- quien es el nuevo presidente electo de Venezuela. Pero, sea Hugo Chávez o Henrique Capriles quien gane, se abre un período de transición en Venezuela...

De ganar el comandante, su triunfo en unas elecciones reconocidas por la oposición, elevará su liderazgo nacional, latinoamericano e internacional. Dada la crítica enfermedad, su figura se crecerá a niveles impensables hasta míticos. Sin embargo, Chávez no “explotará su victoria” –en términos militares- tratando de eliminar a los adversarios o cerrando medios de comunicación como en otras ocasiones. Su éxito le habrá demostrado que es preferible convivir con la oposición porque su fama, su notoriedad, prestigio y glorificación, local e internacional, dependerá de su apego a la democracia y a la tolerancia con los medios de comunicación que le adversan. Intentar un camino autocrático, despótico, lo llevaría a igualarse a dictadores como Saddam Hussein, Hosni Mubarak, Muammar Gaddafi o Bashar al-Assad, y arriesgarse a botar por la borda el prestigio obtenido. Además, sus compromisos con la UNASUR y el MERCOSUR lo obligan a defender las libertades democráticas. No practicarlo le puede costar perder a importantes aliados como Brasil o Argentina, o echar por tierra la neutralidad de otros países como México, Colombia o Chile, en relación a su régimen en Venezuela.

Por otra parte, Chávez está consciente de la probabilidad cierta de que no termine su mandato presidencial, producto de su dolencia. Defender su obra, su historia, su gloria, y su familia, dependerá de la supervivencia de su proyecto político y de su partido, el PSUV, si llegara a no estar presente. Lo cual no sería viable si el país sigue dividido en dos. El comandante debe cesar el enfrentamiento, porque una factible ausencia podría derivar en conflagración y colocar al país en una situación como Siria o Libia. En estas circunstancias, a la postre, su celebridad se convertiría en deshonra y su familia, en victimas de una descarnada persecución.

Por ello, pensamos que un Chávez vencedor trabajaría y llamaría para lograr una conciliación nacional, la cual -de lograrlo- le permitiría gobernar con mayor eficacia mientras esté a cargo, y una sucesión presidencial, dada la ausencia absoluta o permanente del Jefe del Estado, sin mayores problemas.

Hasta el momento sigue siendo Nicolás Maduro el adalid más señalado para relevar al comandante. Un dirigente del PSUV que por su condición y preparación como sindicalista, por su experiencia como canciller y por su trayectoria política, lo convierten en el mejor negociador para la crisis que se presentaría en el caso de un vacío de poder gubernamental.

De ganar Henrique Capriles … su liderazgo crecerá. Se convertiría en la nueva esperanza de Venezuela, pero deberá cuidarse de no pretender aplastar al chavismo. Intentar hacerlo también conllevaría colocar a Venezuela al borde de una guerra civil.

Capriles tiene que continuar su mensaje integrador, de unidad nacional. Sus compromisos durante la campaña electoral deben transformarse en políticas de Estado. No puede haber acoso en la administración pública contra los chavistas. Las misiones han de seguir y mejorarse, los programas de construcción de viviendas y todos los planes que con resultados positivos para la gente, como los de salud, de seguridad social y los subsidios a los más pobres, tendrán que permanecer por largo tiempo.

Se notarán cambios en la forma de administrar PDVSA, Banco Central, empresas del Estado, bancos del gobierno, y –poco a poco- se incorporarán transformaciones en la educación, en el manejo institucional e instrumental de la Fuerza Armada.

En las relaciones internacionales, perderán vigencia el ALBA y Cuba, pero como consecuencia de que el petróleo seguirá fluyendo, siempre que lo paguen, y las dádivas se acabarán. UNASUR y MERCOSUR continuarán andando como entes multilaterales de importancia para el desarrollo de la nación y la diplomacia venezolana.

Será un período de transición, de evolución y de desmonte de la autocracia. No obstante, Capriles tendrá que mostrar cambios contundentes para calmar a los sectores más radicales antichavistas. Para ello, puede apelar a distintas fórmulas como cerrar algunos programas emblemáticos del chavismo en los canales gubernamentales y –eventualmente- devolver el canal 2 a RCTV.

Para alcanzar la gobernabilidad, Capriles tendrá que buscar acuerdos –en el buen sentido de la palabra- en primer lugar, con Hugo Chávez, así como también, y por separado, con el Alto Mando castrense, con la bancada mayoritaria del PSUV en la Asamblea y con los magistrados del Tribunal Supremo. Deberá otorgar garantías para que no existan persecuciones de orden político.

Igualmente, Capriles deberá demostrar una enorme capacidad de negociación porque no solamente tendrá que lograrlo con el chavismo, sino con la propia Mesa de la Unidad. Debe conformar un gabinete donde estén representados los partidos que le apoyaron. Ignorar a Acción Democrática o a COPEI podría ser fatal. La división en Nicaragua de las fuerzas democráticas, les hizo perder el poder y con ello, la vuelta del sandinismo al gobierno. Conciliar a las nuevas fuerzas como Primero Justicia, Un Nuevo Tiempo, y Voluntad Popular, de Leopoldo López, será vital. Deberá darle oxígeno y vida a la izquierda que le apoya como el PPT de Henry Falcón, al “Podemos” de Ismael García, y al movimiento de José “Gato” Briceño. Pero no solo debe incorporar a todos los factores políticos que le apoyaron, también deberá proporcionar el mayor apoyo a la sociedad civil en su gobierno de integración y concentración nacional, en el cual, aunque parezca increíble podrán estar presentes personalidades que apoyaron a Chávez en el pasado reciente, para atraer y consolidar el respaldo del chavismo light a su gobierno. Asimismo, Capriles deberá procurar que las gobernaciones en manos pesuvistas se integren en el Consejo de Estado con amplia participación.

Es nuestro pronóstico que –gane quien gane- el 8 de octubre se abrirá un período de transición en el país. Si triunfa Chávez no será más de lo mismo. El actual presidente preparará la transición para su contingente retiro involuntario. Si vence Capriles se establecerá la transición para volver a lo pautado en la Constitución Nacional vigente.









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