El Ex presidente Carlos Andrés Pérez, en una entrevista que le hicieron estando en el exilio, ya hace algunos años, que con la gravedad de los errores que habían cometido para aquel momento las organizaciones con fines políticos Acción Democrática (AD) y el Social Cristiano
(COPEI), una vez que se saliera del desastre causado, estos tendrían, incluso que hasta cambiarse el nombre e iniciar una gran convocatoria para refundar desde sus cimientos a esos partidos, si es que pretendían seguir viviendo en el ámbito político del país. Con todo lo
que venimos observando pienso que eso ya arropa prácticamente a casi la totalidad de las organizaciones políticas. Incluso, a quienes apoyan o han apoyado al oficialismo.
De allí que, sin ánimo alguno de atacar el desarrollo y esfuerzo actual de la plataforma democrática para obtener el triunfo el próximo 28 de julio, si quiero poner el foco en lo que está sucediendo respecto a las candidaturas. Si, en plural, porque son dos, una legalmente admitida por el órgano electoral y la otra no.
Debemos partir, en primer término, diciendo que sin lugar a dudas nos encontramos en presencia de una campaña electoral sumamente atípica, la cual se está desarrollando en un país sumamente golpeado en lo económico y social por decir lo menos, en donde el régimen
pretende generar un marco de estabilidad que simplemente existe para la cúpula Chavista y sus allegados, pero para 95% del resto de los ciudadanos no.
En ese contexto de campaña distinta, se encuentra la realidad del estimado Embajador Edmundo González Urrutia, quien es el candidato legalmente en carrera por la silla de Miraflores y por el otro lado la Ingeniero María Corina Machado, inhabilitada y no inscrita.
Teniendo claro el panorama, aunque suene pedante, no para muchos resulta normal que quien recorre, habla y se expresa por todo el territorio nacional, moviendo masas y un largo etcétera, sea justamente quien no es quien ostenta la candidatura y quien en todas
las concentraciones despliega un pendón con la fotografía del verdadero candidato.
Por otra parte, en la mayoría de los medios al referirse a la cruzada por entusiasmar al electorado, en un alto porcentaje se refieren a que María Corina ya presentó a su equipo económico para cuando gane la presidencia. María Corina arrasará en la elección y cuanto epíteto se le puede colocar, muy grave eso, porque la candidata NO es ella.
Para colmo de males, perece que no hay alguien que le diga al señor Embajador que asuma que es él el candidato, con todos los hierros. En diferentes entrevistas ha respondido ante interrogantes referidas a un posible triunfo, que María Corina tiene todo resuelto, guardo silencio al respecto.
A lo que si llegamos como conclusión es que se debe convenir en la ejecución de una misma línea de acción de cara a los comicios presidenciales previstos para julio, pero es una tarea urgente, el discurso de quien es la cara legal de la candidatura debe cambiar para captar mucho más a la gente por una parte.
Por el otro lado hay que enfocar los esfuerzos a la organización de la defensa del voto, en las mesas electorales y en los centros de votación. No caer en el triunfalismo de las redes sociales que pareciera que es el hilo conductor de muchos y al sumar no son ni 1 millón, que
dicho sea de paso no alcanza para ganar una elección.
Finalmente se deben poner los pies sobre la tierra, nunca olvidar la calaña de personas con las que se lucha. Personas que luego de tantos años no están dispuestas a perder sus beneficios. Me refiero a todos en el mal gobierno y también a un grupo que siendo oposición
han vivido a costa de ser los eternos perseguidos del régimen, cosa que se acabaría si el Chavismo deja el poder.
Por lo pronto la dualidad continuará. Una candidata en la calle montada sobre un camión desenrollando un cartel de Edmundo González Urrutia ante la multitud y gritando "¡Tenemos candidato" y otro en la boleta electoral, que por cierto, ya es pública para los
electores la capacidad de reinventarse de los venezolanos. Es increíble y una vez más atajaremos el asunto y bajo las circunstancias nada normales haremos lo correcto, para buscar salir de la situación actual y volver al reencuentro, así de simple y sencillo.
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