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De cómo Américo Montero se mimetizó en José Gregorio

Américo Montero en Los favores del Doctor. Foto: Cortesía
Américo Montero en Los favores del Doctor. Foto: Cortesía

En su larga trayectoria de cuatro décadas de actuaciones en cine, teatro, radio y televisión, el actor Américo Montero realizó diversos trabajos, tanto en Estados Unidos como en México, durante la época de sus inicios artísticos, pero fue en su natal Venezuela donde haría la mayor parte de su carrera.


Vale decir que en su extenso recorrido profesional solamente un personaje lo marcó sensiblemente y para siempre, el del doctor José Gregorio Hernández, el “Médico de los pobres”, como popularmente conocemos a quien el Vaticano acaba de declarar santo este domingo 19 de octubre de 2025 .


Desde que en 1964 interpretó por primera vez al personaje que lo encumbró a la fama, Montero, nativo del estado Trujillo (nació en Boconó en 1928), al igual que José Gregorio, poco a poco se fue mimetizando en el ejemplar hombre que tan devotamente encarnó. Por encima del parecido físico -que lo había, y muy remarcado-, ostentó también su devoto estilo de vida, permanentemente ataviado de traje y sombrero negros, tal como luce el llamado Siervo de Dios en su iconografía más conocida. Se decía -algunas veces socarronamente y otras no tanto- que en no pocas ocasiones “no se sabía quién era quién”.


Después de su periplo en México y Estados Unidos, regresa en 1954 para trabajar en la naciente industria cinematográfica nacional, en títulos como Tambores en la colina (1956), de César Enríquez y Papalepe (1957), de Antonio Graziani, entre otros. Pronto se le vio en las tablas caraqueñas. Allí conoce y entabla amistad con el escritor y director Pedro Felipe Ramírez, quien a partir de entonces ejercerá sobre él una influencia definitiva y lo acompañará en el nuevo rumbo que emprenderá, alboreando la sexta década del siglo XX, a la televisión. Allí obtiene su mejor oportunidad al encarnar el personaje de Hilario Guanipa, en la primera adaptación a la pequeña pantalla de la novela de Rómulo Gallegos La trepadora, con la prometedora actriz Olga Henríquez como Victoria Guanipa. En esta producción de la desaparecida Televisa, Canal 4 (hoy Venevisión), ambos resultaron muy favorecidos  por la crítica.


Encuentro televisivo con el Siervo de Dios


Con este aval, Américo Montero llega a Radio Caracas Televisión, siempre de la mano de su mentor, Pedro Felipe Ramírez, quien al término de una investigación monográfica en torno a José Gregorio Hernández, la utilizó en un unitario con el título de La vida de José Gregorio Hernández. Fue la primera aproximación que escritor y actor hicieron para la televisión sobre el tema.


La interpretación del histrión resultó tan verosímil, que no dudaron en adjudicarle la protagonización de Los favores del doctor José Gregorio Hernández, que apoyada en la misma investigación de Ramírez y por la receptividad que obtuvo el unitario, se transmitió posteriormente en una serie de 70 capítulos, de media hora de duración cada uno. Se estrenó el 7 de marzo de 1967 y en el reparto participaron Adelaida Torrente, Dante Carle, Eva Blanco, América Barrios, Guillermo González, Manuel Poblete, Mahuampi Acosta, María Teresa Acosta, Orlando Urdaneta, Miguelángel Landa, Chumico Romero, Domingo del Castillo, Ninón Racca, Ana Castell, Agustina Martín, Henry Zakka y Arturo Calderón.


A estas alturas era inevitable que del suceso televisivo se pasara al cine. Es así como ese mismo año de 1967 surge El siervo de Dios, una taquillera coproducción venezolano-española, con un elenco integrado por destacadas estrellas de entonces, entre ellas, Bárbara Teyde, María Luisa Lamata, la niña Carmen Julia Álvarez, José Luis Silva, Jesús Maella, Arturo Calderón y Jorge Palacios. La dirección estuvo a cargo del español Agustín Navarro, con textos de Ramírez, adaptados por Juan Corona y Federico Muelas.


En la gráfica Américo Montero (de perfil), Humberto Tancredi, la niña Carmen Julia Álvarez y María Luisa Lamata en El Siervo de Dios
En la gráfica Américo Montero (de perfil), Humberto Tancredi, la niña Carmen Julia Álvarez y María Luisa Lamata en El Siervo de Dios

La película tuvo notable receptividad en Iberoamérica, lo cual propició que Radio Caracas TV se montara en la cresta de la ola con otro programa, Los favores del Venerable, escrito, por supuesto, por Pedro Felipe Ramírez. Esta vez se dramatizaron hechos que fueron consignados ante el Vaticano como pruebas de milagros realizados por José Gregorio, para ser avalados por la Santa Sede con miras a su canonización.


Ya en los años postreros de su trayectoria, con otros aires más renovadores soplando sobre los dramáticos de la TV, especialmente en Radio Caracas Televisión, Américo Montero participó en varias telenovelas de este canal, aunque en roles menores, en títulos como El desprecio y Por estas calles.


Así como José Gregorio Hernández permaneció célibe de por vida, igual lo fue el actor que tan fielmente lo interpretó, hasta la llegada de su muerte, el 26 de abril de 1993, por causas naturales, al fallarle el corazón mientras dormía.


Otros intérpretes de José Gregorio vía TV


En la década de los 90, un período particularmente floreciente en la TV venezolana, las dos televisoras rivales que lideraban el rating -Rctv y Venevisión- sacaban su artillería pesada de novedades para encabezar la sintonía. En medio de esa batalla, cada canal le dedicó en 1990 su propia miniserie a José Gregorio Hernández.


En La Colina escogieron a Mariano Álvarez para el rol estelar de El siervo de Dios –que volvieron a poner en pantalla esta semana con motivo de su canonización-, mientras en Quinta Crespo Flavio Caballero fue El Venerable. La de VV la escribió Leonardo Padrón, mientras que la del Canal 2 estuvo a cargo de los libretistas Claudia Nazoa, Omer Quiazragua y Armando Rivero.


En lo que se refiere a sus protagonistas, ambas interpretaciones resultaron muy aplaudidas y favorablemente reseñadas, aunque sin alcanzar la reverencial admiración que la audiencia televisiva le tributó a la caracterización de Américo Montero en los lejanos años 60 y 70..


Es de suponer que vía cine, televisión o plataformas de streaming, llegará en algún momento la vida de la Madre Carmen Rendiles, la otra santa venezolana proclamada hoy por el Vaticano, de cuya vida, hay que decirlo, se conoce muy poco.



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