Con relación a las “tres fuentes” que advirtieron a Guaidó acerca de la orden de captura en su contra, son muchas las hipótesis que pueden surgir, ninguna es descabellada en un país sin institucionalidad, gobernado a la fuerza con cómplices sin cuantía.
En primer lugar, el posible apresamiento del ex interino suena 100% lógico, en momentos que el régimen busca desviar el foco de atención sobre sus abominables actos de corrupción. La
manipulación política está a la vista hasta para los más cándidos ¿Por qué no se procedió antes?
El descaro hace mucho dejó de sorprender.
En segundo lugar, nos topamos con una arista interesante. Es muy inoportuno para el régimen apresar a un representante icónico de la oposición (lo creamos o no, es así) cuando sobre el chavismo recaen acusaciones, investigaciones, un juicio abierto por parte de la Corte Penal Internacional por la “presunción” de delitos de lesa humanidad, lo que nos deja una capciosa puerta abierta ¿Será una estratagema del Guaidó para intentar escalar en la popularidad de los venezolanos? ¡Todo es posible!
En tercer lugar, ya lo habíamos advertido hace tiempo, el régimen no ha comenzado a jugar de cara a las “elecciones presidenciales”. Ya dio su primer pitazo al evitar que María Corina Machado, la favorita (así tampoco lo creamos), inscribiese ante el Concejo Nacional Electoral su polémica candidatura para las primarias. El régimen se guarda bajo la manga el caso Monómeros, con el que se deshará de otras figuras, como Guaidó y su esfera. Aunque posiblemente se haya adelantado su accionar, es buen momento para hacerlo para acelerar la corta memoria de los venezolanos en los casos de corrupción rojos rojitos.
En cuarto lugar, Guaidó fue/es extremadamente útil al régimen. Al inicio del interinato en 2019 el chavismo estaba abatido; la hiperinflación, la escasez, su no reconocimiento, la presión
internacional, entre otros aspectos, permitían vaticinar su anhelado final, sin embargo, tras 4 años de interinato, el chavismo se fortificó estructuralmente dentro y fuera, tanto que ya ni siquiera depende de la renta petrolera. Lo que ocurre con la supuesta detención pudiera ser otra estrategia del régimen, usar a Guaidó filtrando supuesta información, estilo pote de humo, para continuar aturdiendo a los venezolanos ante tanta debacle noticiosa grave: El Aissami, inflación, devaluación, colapso de servicios, CPI, etc.
En quinto lugar, supongamos, el régimen finalmente detiene a Juan Guaidó, decidiendo darle el palazo a la lámpara. Este escenario provocaría reacciones internacionales, las cuales han sido totalmente inocuas ante el régimen. El castrismo venezolano ha sabido evadir las
sanciones, así como construir sus propias relaciones comerciales y financieras al margen de la comunidad internacional de occidente ¡No perdería nada!
No habría cambios, el castrismo venezolano continuará restringiendo libertades y derechos a los venezolanos, favoreciendo a su élite. Las “presidenciales” serán un calco del 2018 donde solo participarán políticos eunucos, 100% genuflexos al poder económico del chavismo. Los jerarcas rojos continuarán viajando por corredores seguros para ellos y Venezuela alargará sus pesares.
Todo esto porque la política nacional se circunscribe al pie de la letra al guión del chavismo, desde luego, el chavismo jamás impondrá un escenario en el que pueda perder. Una vez más, Venezuela requiere una oposición que se oponga, que escape del manual del régimen y comience a obrar, así sumará voluntades entre la inmensa mayoría de los venezolanos que se encuentran expectantes de liderazgos reales.
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