Margot Benacerraf: Gracias por todo Madame Cinéma
- Juan E. Fernández, Juanette
- 4 jun 2024
- 3 Min. de lectura

Hace unos días me topé con la noticia de la muerte de Margot Benacerraf (14-8-1926 / 29-05-2024) la directora venezolana que en 1959, a los 33 años de edad, ganó el Premio de la Comisión Superior Técnica y el Premio de la Crítica Internacional en el XII Festival de Cannes, por la película Araya, su segunda y última película.
Tras enterarme de la noticia le escribí por Instagram a Jonathan Reverón, mi ex compañero de la Universidad Católica Santa Rosa, en Venezuela, quien en 2018 rodó el documental “Madame Cinéma” donde Benacerraf contó su vida.
En el mensaje le pregunté a Jonathan en qué plataforma podría ver su película. Minutos después Reverón me envió un link de Vimeo y una clave con el texto:
- Que lo disfrutes Juan Eduardo, gracias por escribir y reconectar.
Debo confesar que la película de Jonathan me reconectó con aquella Caracas de los 90, cuando, después de terminar secundaria, me inscribí en Cotrain cine, una escuela audiovisual donde la entrañable Liliane Blaser me abrió los ojos, enseñándome a disfrutar las películas de otra manera.
Recuerdo que fue ella, quien en 1997 me habló de la Cinemateca Nacional de Caracas, ese cine maravilloso que queda dentro del Museo de Bellas Artes y que fue la primera sala en su tipo en el continente. También me contó de la Sala Margot Benacerraf del antiguo Ateneo de
Caracas.
En esas salas vi películas como: Mujeres al borde un ataque de nervios, La naranja mecánica,
Érase una vez en América, La Dolce Vita, El pez que fuma, y por supuesto Araya. Esa debió ser la primera vez que escuché el nombre de Margot Benacerraf.
Años después, en la Escuela de Cine y Televisión de San Antonio de Los Baños, creo que fue el profesor Senel Paz quien me habló acerca de la segunda película de “Madame Cinéma”:
-¡Que poesía es Araya!, no me explicó por qué Benacerraf no ha rodado más películas.
Ese día descubrí que Margot Benacerraf estaba viva. No me quiero justificar, pero no fui el
único, de hecho, en el documental de Jonathan, la propia Benacerraf cuenta la siguiente
anécdota:
-En una oportunidad voy a retirar unas entradas en la taquilla del Teatro Teresa Carreño y al
decirle mi nombre a la joven que atendía, la chica pensó que me había equivocado de
teatro.
– Señora, eso es en el Ateneo- me contestó
Y le respondí
-Vengo al Teresa Carreño, Margot Benacerraf es mi nombre.
A lo que la joven respondió:
-Imposible señora, Margot Benacerraf murió hace muchos años.
Cuando vi aquella anécdota en el documental de Jonathan, contada por la propia protagonista, me sentí culpable no sólo como hombre de cine sino como venezolano.
¿Cómo puede ser que la mujer que le ganó en Cannes a Truffaut, Rosselini y Buñuel se
desdibujara de la vida pública?
¿Cuál fue la razón que hizo que Margot Benacerraf sólo rodara dos películas?
¿Por qué Araya tuvo que esperar 18 años para ser estrenada en Venezuela tras ganar Cannes?
Esas son solo algunas de las preguntas que se hizo mucha gente por décadas, y que gracias al documental Madame Cinéma de Jonathan Reverón, es la misma Margot quien las contesta.
Este film es hermoso, emotivo, nostálgico y además un documento invaluable para la historia
del cine en nuestro país.
Para terminar mi columna de esta semana quiero agradecer a Jonathan por su película, a su
productora Claudia Lepage, y por supuesto a Margot quien, a través de su trabajo como
promotora cultural, abrió las puertas a grandes mujeres del cine como Fina Torres, Solveig
Hoogesteijn, Elia Schneider, Mariana Rondón, Alexandra Henao, Liliane Blaser, Efterpi
Charalambidis y Claudia Pinto, entre otras.
¡Gracias por el cine Madame cinéma!
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