Sin alimentos ni protección para el frío, los migrantes fueron dejados el sábado frente a las puertas de un centro para refugiados que durante el fin de semana no trabaja. En un intento por aliviar la presión sobre la frontera norte ante la gran cantidad de migrantes expulsados de Estados Unidos, las autoridades mexicanas iniciaron el traslado a la Ciudad de México de cerca de un centenar de venezolanos.
Las autoridades migratorias mexicanas embarcaron en dos autobuses a un primer grupo de venezolanos, que fue expulsado el jueves de EEUU, y los trasladó desde la ciudad fronteriza de Matamoros, estado de Tamaulipas, hasta la sede de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR), en el centro de la capital mexicana.
Las autoridades estadounidenses acordaron además que devolverán a los que crucen la frontera ilegalmente desde México, una cifra que superó las 33.000 personas solo en septiembre.
Pese a las nuevas restricciones de Washington, migrantes aseguran que no tienen planes de volver a Venezuela y que seguirán insistiendo en ir a EEUU. VOA
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