“Los que ríen los últimos” o el arte de existir en la adversidad
- Aquilino José Mata
- 26 jun
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 27 jun

“El arte tiene el poder de trascender fronteras, de tocar almas y de recordarnos quiénes somos”. Con esta convicción, la empresa Productora de Sueños, bajo la dirección de Carolina Rincón, trajo a Venezuela el que califica como “uno de los textos teatrales más importantes de la cultura universal”, Los que ríen los últimos, que es el título de esta pieza, escrita por Eusebio Calonge, dramaturgo español, creador e impulsor del grupo La Zaranda desde hace tres décadas, cuyas obras se han representado en más de treinta países en cuatro continentes y que acaba de estrenar en el Trasnocho Cultural, dirigida por Rafael Barazarte y con el soporte histriónico de Miguel Issa, Antonio Delli y Wilfredo Cisneros.

“Como cabeza de este proyecto, lo que me motivó a llevarlo a cabo, junto con el director, los actores y el resto del equipo, es mi profunda admiración por La Zaranda”, remarca la veterana productora teatral. “Lo que me subyuga de esta notable compañía teatral es su compromiso en llegar al alma de los espectadores, que salen de la sala haciéndose importantes preguntas sobre su alma, en torno a su existencia, tal y como sucede con Los que ríen los últimos, doce números para payasos con triple salto mortal (título completo de la pieza). Este hecho de por sí ya es suficiente para mí como productora artística”.
“Los venezolanos aún recuerdan con admiración y entusiasmo las presentaciones de La Zaranda en los magníficos festivales de teatro, que bajo la iniciativa de Carlos Giménez y el Ateneo de Caracas se celebraban en el país. En esos encuentros, el público reía, se conmovía y se maravillaba con la potencia de una agrupación que ha sabido desafiar el tiempo con su arte.”
Es por ello que Rincón se congratula al tener la oportunidad de producir un montaje que le permite a los venezolanos renovar la posibilidad de ver buen teatro.
Los que ríen los últimos "nos sumerge en la historia de tres artistas, fragmentos de pasiones olvidadas, que se encuentran en un vertedero, aislados y atrapados en la incomprensión. A pesar de haber conocido la gloria, ahora son disidentes de su tiempo, en busca de un nuevo significado para sus vidas. En este viaje, la poesía, la memoria, la reflexión sobre el tiempo y la crítica social se entrelazan con la risa y la alegría para dar sentido a la existencia en medio de la adversidad.
Con la elocuente puesta en escena de Rafael Barazarte, las funciones de Los que ríen los últimos en el Trasnocho Cultural se estarán presentando hasta el 13 de julio, los días viernes (8:00 pm.), sábados y domingos (7:00 pm.). Las entradas están disponibles en la taquilla del teatro, en el sótano del Paseo Las Mercedes, y a través de su plataforma digital Ticketmundo.com.
El refugio, la resistencia y la esperanza están encarnados con la máxima expresividad escénica por parte de Miguel Issa, Antonio Delli y Wilfredo Cisneros. “Estos personajes se atreven a viajar a ciegas, pues aún tienen esperanza, y se atreven a invocar la risa como un acto de fe. Son tres magníficos actores en un tiempo cerrado y en un espacio emocionante y cautivador”, agrega Rincón.
Para el actor Miguel Issa, se trata de “una experiencia que conecta con el universo de ser artista y permanecer a pesar de las vicisitudes”, tal y como lo refleja su personaje de Pampingrao, “quien evade la realidad desde su ingenuidad”.
Para el autor, Eusebio Calonge, la obra explora un viaje sobre la dignidad del oficio en un mundo caótico. “Me alegran que los personajes lleguen a Caracas, un lugar lleno de luz, para expresar sus miedos y dudas en tiempos de incertidumbre. El teatro es un espacio para escucharnos y mantener viva la esperanza, aunque frágil”.
“Escribo desde el alma -prosigue el dramaturgo-. Escribir teatro es una rebelión contra la propia escritura, que aspira a ser vivida, no leída. En ese conflicto, el texto pugna por ser acción, y es allí donde se establecen los cimientos de lo dramático. Lo esencial de Los que ríen los últimos es un impulso y necesitamos de su eco para articularlo como lenguaje y la trama que se cruza crea su argumento. Tenemos que usar la poética del teatro como acto de rebeldía. En estos tiempos de poca luz hay que escuchar el ruido para llegar al silencio. Y es que solo concibo el teatro con la tarea transformadora de las almas que asisten a la obras, cuando el espectador se hace preguntas”.
Para más información sobre este viaje teatral que nos recuerda que, incluso en la adversidad, el arte sigue iluminando el camino, se puede acceder a las redes sociales @carorrin y @trasnochocultural.
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